Roma.
El holor a caucho quemado en el aire se hizo presente al primer sonido del rechinido de las ruedas de la camioneta contra el pavimento. No sé en qué momento había decidido cruzar la calle sin mirar, pero, sabía que esa calle no era muy transitada debido a que no había mucho por allí. Sin embargo, mi cuerpo me traicionó dejándome de piedra en mi lugar.
Había personas que tenían tipos de reacción, algunos eran ágiles y rápidos por el sentido de supervivencia, mientras que otros, yo, solo nos quedabamos en el mismo sitio a esperar la desgracia.
El conductor volanteo en zigzag, en mi dirección. Mis ojos se cerraron como acto reflejo, el sonido de mi corazón en mis oídos y el revoltijo en mis intestinos: me prepararon para el impacto que nunca llegó. Mis puños se había cerrado sobre las correas de mi mochila, dándome algún tipo de seguridad, mientras que sentí por unos breves segundos como mi alma salía de mi cuerpo.
Lo siguiente, me hizo caer en cuenta de lo que había hecho. Cuando el sonido estruendoso de la camioneta impactando contra algo, me dio a entender que acababa de provocar un accidente.
No quería abrir los ojos, porque si lo hacía, se volvería más real de lo que ya era.
«¿Qué tal si el conductor está mal herido?»
Maldición.
Con un suspiro de valentía, abrí lentamente los ojos y me arrepentí al instante de hacerlo.
Ay, no.
La parte delantera de la camioneta estaba sobre sobre la vereda y levemente levantada hacia arriba, ya que abajo había una toma de agua haciendo presión. El agua golpeaba con violencia desde abajo, mientras se esparcia por el suelo hasta llegar a una alcantarilla y caer.
Respire con agitación, pero obligue a mis pies a moverse. Lentamente, dando pasos erráticos, me acerqué hacia donde estaba todo aquel desastre que yo misma me había buscado por andar de torpe distraída.
Mis zapatillas se mojaron por el agua, pero no me importó.
Iba llegando hasta la cabina, cuando la puerta del lado del conductor se abrió de golpe y un pie enfundado en una bota negra de cuero, salió seguido del otro hasta dejarme ver unas gruesas piernas largas que emergieron desde el interior de la camioneta. La mano grande se aferró al techo, con fuerza, y se empujó hacia afuera completamente.
Trague saliva como pude debido al nudo que retorcía mi garganta.
Un gigante.
La silueta de un sujeto alto y completamente vestido de negro, se enderezo delante de mi. Su torso estaba cubierto por una camisa de seda negra, con mangas cortas que iban dobladas hasta la mitad de sus bíceps. Mientras que un par de tirantes de cuero, colgaban abrochados al borde de su pantalon en sus caderas.
-¡Joder! -siseo, furico.
Solo podía ver la parte trasera de su anatomía. Era un tipo enorme, debía medir como dos metros o más. Tenía el cabello oscuro, como el carbón, y semi largo, además de un brazo completamente tatuado. Detalle el pantalón de mezclilla negra que se ceñía sus largas piernas de manera correcta.
Abrí la boca, pero la cerré de nuevo.
¿Qué iba a decirle?, ¿Lo siento?, ¿No vi por donde iba?, ¿Me distraje?
Aunque fuese verdad, sabía muy bien que estaba metida en un gran lío.
-¿Te encuentras bien? -pregunte, de manera atropellada.
Él, apretó los puños con fuerza. Mostrando la tensión en su cuerpo.
Iba a matarme, eso era seguro.
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Volátil [#1] CORRIGIENDO
Novela JuvenilUn encuentro que lo cambia todo. Dos extraños destinados a conocerse. Y una historia llena de secretos que cambiará la vida de ambos para siempre. ¿Estas listo/a para conocer Volátil y lo que conlleva vivir la historia de Kay y Roma? #1 Pasado Osc...