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Desde que la cuenta regresiva a la última semana definitiva estaba corriendo, no quise desperdiciar mi tiempo más en tonterías y solo salí desde temprano vía el centro comercial en busca de aquel hombre "Santa Claus".

Sunghoon estaba bien abrigado al igual que yo, la mañana del 25 de diciembre estaba muy fresca.

Mi casa era un sitio un poco desastroso en esos momentos por la reunión que se llevó a cabo ahí, algunas de mis tías y mi madre estaban durmiendo en mi habitación y la suya, mis primitos estaban recostados sobre colchonetas en cualquier parte de la sala.

Tomé la mejor decisión, salir de ahí antes que me mandaran a limpiar algo que claramente no quería.

Sunghoon se cruzó de brazos y me siguió en silencio. Sus ojos estaban rojos todavía y sus ánimos decaídos, tomé su mano para posteriormente guardar mis manos en los bolsillos de mi abrigo.

―Te prometo que vamos a resolver esto, Sunghoon, no te irás ―aseguré para darle ánimos.

No tenía toda la certeza de lograrlo pero haría hasta mi último esfuerzo para conservar su presencia más allá de solo un mes. Y no era por el sentimiento egoísta de tenerlo solo yo, quería que él viviese como una persona normal.

Que hiciera lo que le gusta, que viviera como él quisiera y no solo a mí lado por voluntad de quién sea.

―Jake, gracias ―murmuró, sentí como entrelazó nuestros dedos y caminó un poco más a mi ritmo para estar a la par.

Mi recorrido hasta el centro comercial fue corto gracias al bus, no quería pensar en tener que caminar todo aquel extenso tramo, por suerte llegué a la parada en el momento justo para no tardarme de más y aprovechar la mañana al máximo.

― ¿Crees que en serio tenga algo que ver con eso? ―cuestionó Sunghoon, mirando el centro comercial desde lo lejos.

Yo alcé la mirada al cielo por un momento para luego mirar el centro comercial. ―Es lo único que tiene lógica, Hoon ―me encogí de hombros.

Mis ojos pasaron a las puertas del centro comercial, cerradas.

Dios, quítame lo imbécil de una vez.

¿Cómo no saberlo? Era obvio que el establecimiento estaría cerrado un 25 de diciembre.

La emoción de tener una respuesta casi cerca me hizo olvidar por completo la fecha.

Solté un suspiro cansado y me volví a ver al pelinegro, él curvó sus labios en una pequeña sonrisa que anunciaba una burla, mi corazón se sintió un poco liviano al verlo de esa forma.

No quería seguir quebrándome mientras lo escuchaba llorar por no querer irse.

―Ah, Jakey es un tonto.

Rodé los ojos divertido de su tono. Dimos la vuelta para regresar por donde habíamos venido pero Sunghoon me jaló de pronto frenándome.

― ¡Jake, mira! ―señaló a lo lejos, un sitio de entretenimiento.

Una pista de patinaje.

Asentí tomando dirección a aquel lugar junto al pelinegro, haría lo que él quisiera mientras no conseguía alguna respuesta para darle o romper aquel destino cercano.

Vi de reojo como su sonrisa incrementó y daba brincos en lugar de pasos mediante caminábamos hasta el lugar.

Sabía que yo sería un total desastre en eso pero lo vería ser feliz deslizándose tan ágilmente por esa pista y valía la pena.

🎄 𝑬𝒗𝒆𝒓𝒚 𝑫𝒆𝒄𝒆𝒎𝒃𝒆𝒓 𝟏𝒔𝒕 🎄 «𝗝𝗮𝗸𝗲𝗛𝗼𝗼𝗻»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora