Justamente en plena boda le llega una pequeña visita inesperada cambiando totalmente sus sentimientos.
Si este tipo de lecturas no es de tu agrado, simplemente ignora por favor.
La historia es mía Aries_9322, los personajes no me pertenecen son de S...
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Lo que menos quería hacer es salir a las calles de la ciudad, no cuando aquella desafortunada noticia llegó a oídos de sus padres. Era de esperarse que el señor Andreas estaría molesto y Seraphina por más que intentaba tranquilizar a su molesto esposo no servía de mucho.
"Más te vale que pidas perdón por tus tonterías"
Ahora no sabía que hacer, estando en una ciudad muy grande como lo es Madrid tenía una ligera posibilidad de encontrar al sujeto que le terminó arruinando la boda.
— Vamos Camus.
Esa era la voz de Surt quien se acercaba a su preocupado hermano. El fue testigo de aquella videollamada que hicieron sus padres anoche con él; sentía pena por su querido hermano pero también no podía defenderlo cuando su intención era totalmente interrumpir la boda de alguien más.
— Ya te dije que no quiero ir.
Le respondió cubriéndose el rostro con la almohada de la cama. No tenía el valor de salir, no quería ser señalado como el joven amante del supuesto torero de España.
— Por favor Camus no pienses que te dejaré solo aquí en el hotel, también tienes derecho de salir; deja a un lado esas noticias que solo buscan alimentar de chismes baratos.
— Deja de eso — Le contestó retirando la almohada de su rostro — No sé como le haré para buscarlo y pedirle perdón por mi error.
Surt se acercó a su hermano y tomó asiento en la orilla de la cama mientras tocaba con ternura sus largos cabellos escarlata.
— Sé que haces cosas estúpidas pero aún así te quiero hermanito. Ya verás que después de este incidente todo será una anécdota que recordemos con risas.
Con desgano, Camus se levantó del colchón para aceptar la salida con su hermano. Sólo esperaba que los lentes obscuros lo ayudaran a pasar desapercibido.
El espectáculo taurino se llevaría a cabo en la plaza de toros de Las Ventas, para no perder más el tiempo Surt decidió que la mejor manera de llegar sería en un taxi; tuvo que llevarse a su hermano de la mano para que no comenzara con sus indecisiones de querer quedarse.
— ¿Y si me lo encuentro en ese evento? — Cuestionó Camus jugando con sus dedos nervioso mientras los dos se encontraban sentados en la parte trasera del taxi.
— Sería una gran oportunidad pero aquí en España debe existir muchos toreros, así que lo veo algo imposible.
A Camus no le quedó otra opción más que sacar su celular y entretenerse en las redes sociales, aunque aquella noticia suya seguía compartiendose y generando una mayor cantidad de reproducciones aquel video donde llegó a interrumpir la boda.
— Te quejas de esa noticia y te sigues metiendo en tu celular — Surt le retiró su celular y lo guardó en el bolsillo de su pantalón — Además, ya estamos por llegar.
Camus desvió la mirada a su derecha, era cierto ya estaban por llegar a su destino; en aquel lugar las personas comenzaban a darse cita en la plaza de toros. El taxi se estacionó cerca de ese lugar para evitar entrar entre la multitud que se encontraba formada para poder ingresar.
— Pediré los boletos de la zona más alta para que no puedan verte ni decirte nada.
— No hace falta — Le respondió Camus colocándose la gorra que su hermano llevaba en sus manos.
Surt comenzó a reírse ante el comportamiento de su hermano, sabía que buscaría cualquier pretexto para poder pasar desapercibido entre la multitud. Ambos tomaron su lugar en la fila, para poder comprar los boletos, todo parecía en orden, nadie de los presentes se dio cuenta de aquel chicho que arruinó la boda.
A excepción de...
Justamente en ese preciso momento aquel joven de cabellos castaños pasaba en esos momentos por ese lugar. De no haber sido por esa bella, hermosa y larga cabellera rojiza que se ondeaba al compás del suave viento, eso fue lo que terminó llamándole la total atención.
Con pasos sigilosos se fue acercando hasta la fila para poder observarlo mejor; algo muy en el fondo le decía que se trataba de aquella belleza escarlata que había llegado de imprevisto en la boda el día de ayer.
— Disculpen.
En ese momento Surt fue el primero levantar su mirada para ver de quien se trataba, aunque ante él aquel castaño era un extraño más que quizá les pediría la oportunidad de dejarlo meter a la fila.
— Que se le ofrece — Cuestionó Camus dirigiendo su mirada mientras se retiraba los lentes de sol.
Ante este pequeño acto, Aioros se quedó sorprendido al darse cuenta que aquel pelirrojo era el mismo joven que interrumpió la boda de su amigo.
— Disculpen mi atrevimiento, mi nombre es Aioros y quería saber si están interesados en entrar a la corrida de toros del día de hoy — Cuestionó el castaño sin quitarle la mirada coqueta de encima al francés.
— Claro que queremos entrar, de lo contrario no estaríamos formados ¿No crees? — Le respondió Surt con desdén mirando al sujeto castaño con desaprobación — Además si lo que buscas es colarte a la fila déjame decirte que la fila empieza más allá atrás.
En ese momento Aioros negó con la cabeza y comenzó a reírse — Verán, puedo ayudarlos a tener un mejor lugar en la plaza de toros, si aceptan los llevaré al área de palcos.
Ambos hermanos desconfiaban un poco de aquel sujeto que jamás en su vida habían visto, Surt colocó a su hermano detrás de él para protegerlo; sin embargo no se esperaba aquella respuesta por parte del castaño.
— Sé que este bello joven fue aquel que arruinó la boda de un famoso, permítanme ayudarlos; los llevaré al área de palcos para evitar malos comentarios con las demás personas, no creo a esta belleza escarlata tolere que los demás hablen a sus espaldas.
En el momento que dijo "Belleza escarlata" Camus no pudo evitar sentirse sonrojado y no sabía si fue por el halago o por el mal concepto en el cual lo tenían las personas de España por su irreverente acto.
