Capítulo cuatro

227 37 154
                                    

Le daba un último vistazo a su traje de luces, el mozo de espadas ya lo había asistido para colocarse su vestimenta y ahora el detalle final se trataba de la montera, ese sombrero negro, redondo con dos piezas salientes en los laterales; su chaque...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Le daba un último vistazo a su traje de luces, el mozo de espadas ya lo había asistido para colocarse su vestimenta y ahora el detalle final se trataba de la montera, ese sombrero negro, redondo con dos piezas salientes en los laterales; su chaquetín hacía un perfecto juego su taleguilla.

Shura intentaba mantenerse firme y concentrado en su próxima participación; sus demás colegas ya se encontraban en el centro de la plaza dando su espectáculo y él quedaba al último.

Aún en su mente recordaba la plática que tuvo con el señor Minos quien le propuso la idea de volver a casarlo con su adorado Afrodita pero que esta ocasión Shura es quien debería absorber los gastos de aquella boda de ensueño que Dita quería.

Y la segunda opción que le dio es que aquella cantidad de dinero que gastó en la boda, nuevamente se lo devolviera y así harían un borrón y cuenta nueva en sus vidas.

Mientras se debatía por aquellas palabras de Minos, también se le vino a la mente ese apuesto jovencito que llegó a interferir en su boda.
Era muy lindo tal cual lo dijo su amigo y confidente Aioros; ahora que pudo ver el video con detenimiento mientras desayunaba se dio cuenta que era muy bello y sobre todo le llamaba mucho la atención el hecho de que sea francés.

Las noticias sobre el video de la boda seguía creciendo de popularidad, ahora lo llamaban "El amante secreto de Fábregas"
Shura se reía  cada vez que leía esas notas porqué aquel chico cuyo nombre es desconocido para él, jamás lo había visto en su vida.

— Shura ¿Ya estás listo? — Cuestionó uno de loa rejoneadores entrar al área donde Shura se encontraba terminando de arreglarse y prepararse.

— Más que listo.

El español tomó su capote, después comenzó a seguirle los pasos a ese joven rejoneador.
Al llegar al ruedo el sonido del clarín anunció aquella corrida de toros, entre todo el personal se colocaron frente a los jueces que presiden la corrida, después del saludo con el capote el presidente del festejo mostró su pañuelo blanco para el inicio del tercio de varas.

Cuando comenzó el primer tercio, la música de pasos dobles se podía escuchar por todo la plaza de toros.
Después de que Surt y Camus terminaron aceptando la invitación por parte de Aioros, los dos hermanos de cabellos rojizos tomaron asiento en el área de palcos.

Surt observaba maravillado la primera tercia mientras que Camus prefirió sacar el libro de bolsillo que siempre cargaba consigo para poder distraerse.
Al joven galo le disgustaba este tipo de actos, más cuando juegan con la vida de un animal totalmente indefenso.

Aioros por su parte se colocó entre ambos hermanos pero en ningún momento  Camus se percató en la forma que el castaño miraba a ese joven de cabellos escarlata, era muy lindo.

Mientras Surt observaba esa corrida de toros, Aioros miraba al joven pelirrojo y Camus ni siquiera prestaba atención a su alrededor.

En la tercia de varas entró el toro al ruedo, en esta fase Shura necesitaba  ver el comportamiento, la bravura y las embestidas del animal.
Pasó el tiempo requerido y se anunció la llegada del tercio de banderillas, estas hacen que el toro se enfurezca pero también lo debilita.
Shura es el encargado de realizar este acto en el toro de lidia, pero al pasar este suceso un cambio de pañuelos anunciaba el cambio de tercios... El tercio de la muerte.

Este último  cambio fue escuchado por  Camus, quien al levantarse de su asiento de manera repentina se asomó para ver que acontecía.
Lo que estaba por suceder  no le parecía en absoluto, fue entonces que le dejó el libro a su hermano mientras de manera repentina se dio paso entre la multitud para poder llegar al centro del ruedo.
Brincó las grandes bardas de madera que encontraba a su paso, ni siquiera se había dado cuenta de aquel torero dentro del ruedo, Camus tenía un plan y ese era impedir que el toro muera a causa de esos locos.

— ¡Camus vuelve aquí!

Gritó Surt mirando como su pequeño hermano llegaba hasta el ruedo, se llevó las manos a su cabellera alborotada al darse cuenta de la locura que esta ocasión haría.

Aioros se quedó sorprendido porqué sabía que su amigo Shura era el que estaba como torero en este momento en el ruedo.
Quizá el joven francés no se daba cuenta que nuevamente interrumpirá un acontecimiento de Fábregas, porqué Shura aún no se retiraba la montera que es usada para los dos tercios de faena.

Sin embargo como ya se había dado paso a la tercia de muerte, el español poco a poco se retiraba su montera, justo en el momento preciso que Camus brincó el ultimo obstáculo para adentrarse en el ruedo.

— ¡Alto!

Ese fue el grito de Camus quien corría hasta donde se situaba el torero, aunque se encontraba de espaldas justo cuando escuchó aquel grito se dio la media vuelta para ver que es lo que sucedía y sobre todo quien interrumpe su faena.

— ¡Dejen de maltratar al indefenso animal!

Esa larga cabellera rojiza que se movía cuando aquel joven se acercaba a Shura fue lo que le hizo recordar; era el mismo chico que interrumpió su boda.

— ¡Otra vez tu!

Camus se detuvo totalmente cuando Shura de retiro su montera ya dejó caer al suelo, ahora que lo analizaba más de cerca era el mismo caballero que se encontraba en la ceremonia.

Nuevamente arruinó un acontecimiento de aquel torero, pero esta vez no pensaba huir de sus actos, quería que al toro lo dejaran vivir, ya había sufrido mucho aquel indefenso animal.

Los murmullos y los chiflidos no se hicieron esperar, acompañado de gritos que pedían al chico fuera del ruedo.
Otros comenzaban a grabar con sus celulares ese momento porqué se trataba del mismo joven que interrumpió la boda de Fábregas.

Shura desvió su mirada a los rejoneadores, les dio la orden de sacar a ese joven que solo se ha aparecido para arruinar todo.
Terminando la corrida hablaría con él seriamente.

❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💔❄💔❄💔❄




¡Yo Me Opongo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora