Capítulo uno

691 45 182
                                    

Lo único que sabía es que aquel griego se casaría este día con un apuesto joven de cabellos azules, incluso hasta la dirección del sitio donde llevaría a cabo la ceremonia tenía en su posesión desde aquel día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Lo único que sabía es que aquel griego se casaría este día con un apuesto joven de cabellos azules, incluso hasta la dirección del sitio donde llevaría a cabo la ceremonia tenía en su posesión desde aquel día.
¿Porqué tuvo que conocerlo?

Ahora se debatía internamente para saber si aquella decisión sería la correcta; hace un mes atrás cuando se fue de viaje junto a su hermano Surt y su pequeña hermana Sinmone a Grecia, jamás pensó que sus locos impulsos por el alcohol lo llevaran a cometer la locura más grande de su vida.

— ¡Nadie se puede enamorar de la noche a la mañana Camus!

Espetó molesto Surt quien seguía manejando por las hermosas calles de la bella España.
Habían rentado un auto privado para poder paseas por aquellos lugares y también para poder llegar al lugar donde se llevaría dicha ceremonia.

— Cuando me mire ya verás que dejará a su pareja y se vendrá conmigo — Se halagó  así mismo Camus quien estaba totalmente seguro de aquel chico que conoció en el bar cedería totalmente a su amor y sobre todo a su belleza.

— Yo no sé que le viste a ese sujeto que está comprometido con alguien más... Solo paso puras vergüenzas contigo Camus.

Negó Surt con la cabeza, su hermano era muy necio cuando algo quería lograr y esta ocasión no era la excepción.
Aún no podía creer como Camus lo terminaba convenciendo para ser parte de sus locuras.

Milo es el nombre de aquella persona a la cual Camus quiere llegar a interrumpir aquella boda con tal de demostrarle sus sentimientos a ese extraño con el cual bailó unas cuántas canciones y tomó algunos tragos con él esa noche.

— Es que a ese "sujeto" cómo le llamas tú... Es todo un hermoso caballero que tan solo de recordar aquella ocasión cuando baile con él mis pensamientos giran en torno a él.

Mientras seguían recorriendo las calles de España, en ese momento al joven de cabellos escarlata se le vino a la mente aquel recuerdo donde ese griego con cuerpo escultural lo invitó a bailar.
Ni siquiera el francés se había percatado del anillo de compromiso que Milo llevaba puesto en su dedo anular, simplemente se dejó llevar por el momento perdido en aquellos zafiros que deslumbran con las luces del lugar y esos fuertes brazos que sujetaban con fuerza su delgada cintura.

Seguramente aquel griego era su príncipe azul que tanto había buscado en su vida, pero cuando Milo dejó caer una pequeña tarjeta donde venía la dirección de un lugar en España se acabó toda la magia que Camus había soñado con él.

"Es la dirección donde se llevará a cabo mi boda, estás invitado" fue lo que le dijo mostrando su anillo de compromiso.

En ese momento toda fantasía que Camus había soñado con él se esfumó totalmente ¿O quizá no?
Le dio justamente el sitio donde podía llegar a interrumpir su boda con tal de tener la atención de aquel griego.

¡Yo Me Opongo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora