Capítulo once

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Al menos tenía la certeza que había guardado en su maleta varias prendas que podía usar a su favor en esa cena con Shura

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Al menos tenía la certeza que había guardado en su maleta varias prendas que podía usar a su favor en esa cena con Shura.
Un pantalón ajustado color beige junto con una camisa de color rojo era la combinación perfecta para que está noche reluciera "El amante del torero"
Parte de sus accesorios que siempre llevaba consigo era esos esmaltes de la misma tonalidad de su cabello para lucir unas manos espectaculares.

- No quiero imaginar las miradas incómodas de los demás comensales en el restaurante.

- Esas miradas incómodas son tu pase a la libertad Camus - Habló Shura saliendo del baño después de darse una ducha.

Cuando el joven de cabellos rojizos desvió su mirada se quedó perplejo al mirar al torero usando únicamente una toalla cubriendo su cintura hasta las rodillas, sin embargo no pasaba desapercibido esas ligeras gotitas de agua que corrían por todo el torso desnudo del español.
Sin pensarlo se mordió los labios ante semejante espectáculo.

- Espero que no seas como todas mis fans que al verme corren para intentar besarme... Aunque no me molestaría que esos besos provengan de ti.

- Yo... - Un sonrojo se tiñó en las mejillas del francés - Ni te creas la gran cosa Shura, podrás ser guapo pero eres un asesino.

- Pero el hecho de que sea un asesino se te olvida totalmente cuando se trata de fingir lo que no somos ¿Verdad Camus?

- Claro que no - Respondió nervioso - Mejor Termina de vestirte antes de que me sigas distrayendo o no estaré listo para esa supuesta cena.

Shura movió su cabeza negando con una sonrisa las respuestas de Camus, al menos agradecía que el francés se prestaba para hablar un poco más a diferencia de Afrodita.

Media hora después, Shura terminó de arreglarse, selló con un poco de fragancia en sus prendas y en algunas zonas de su piel, tomó su cartera con el efectivo suficiente para cumplirle cualquier capricho al jovencito pelirrojo, después de todo ahora esa es su labor.

- Ya estás listo lindura...

Sin embargo lo que miró el español hizo que una extraña sensación recorriera su cuerpo desde los pies hasta la cabeza.
Camus había cambiado de atuendo nuevamente pero está vez sus prendas dejaban todo a la imaginación.

- Así soy en casa Shura, si algún detalle de mi forma de vestir no me agrada vuelvo a cambiar hasta encontrar uno que me resalte todo mi cuerpo.

Pero Shura no escuchaba del todo a Camus, seguía perdido en el cuerpo del francés, ahora su atuendo se compone de un pantalón de mezclilla ajustado con detalles rasgados, una camisa negra abierta de los botones hasta la altura de su pecho dejando ver un pequeño dije, las mangas de la camisa las había doblado hasta la altura de su ante brazo sin mencionar que Camus se dió el tiempo de recoger su cabello en una coleta alta.

Lo que más le llamó la atención a Shura fue observar más de cerca un poco más de su piel entre esos detalles rasgados del pantalón, con esa curiosidad de querer averiguar que hay más allá de esas telas...
Una suave y tersa piel que incita a recorrer con las yemas de sus dedos y...

Basta, el mismo Shura negó con la cabeza aquellos pensamientos impuros.
Si bien ambos acordaron en el contrato aquellos puntos, el español no podía darse ese lujo de probar a Camus.
Prometió cuidado y uno de esos detalles era que necesitaba buscar un método anticonceptivo cómodo para el francés.

De lo contrario las sorpresas no se harían esperar por un minúsculo descuido.

- Yo... - Sentía como se ahogaba el mismo con sus propias palabras - Será mejor irnos antes de que nos cancelen nuestra cita en el restaurante.

Shura tomó de la mano a Camus para llevarlo hasta la puerta, aunque sus manos comenzaban a sudar por no poder controlar aquellos impulsos, el francés comenzaba a sentir un ligero cosquilleo en su cuerpo.

Después de todo el hecho de conocer a Shura no había sido tan malo, otra aventura más a su vida como todas las demás ¿Que puede salir mal?

- ¿Pedirlas un taxi?

- Aunque no lo creas si tengo un auto, solo que hay veces que disfruto de salir sin mi carro, así no tengo que manejar.

Shura siguió caminando tomado de la mano de Camus, al llegar a su auto color negro último modelo abrió la puerta del copiloto para permitirle la entrada como un caballero.

- Wow, lo tienes todo Shura - Halagó el francés observando cada detalle del auto, los asientos de piel, para poder encender el auto bastaba hacerlo con un pequeño botón que se encontraba a la altura del volante.

- Mmm no - Negó el español tomando su lugar frente al volante - Después de que esto pase podré comprarme otro auto de mayor categoría.


En el transcurso del camino Shura y Camus llevaban su plática tranquila, aunque el ligero cosquilleo en la entre pierna del español comenzaba a ser una gran molestia, intentaba pensar en otra cosa que no se tratara de sus locos deseos después de ver a Camus mostrando un poco más de su piel.

- Hemos llegado - Shura estacionó el auto frente al restaurante.

El servicio del valet parking se acercó para recibir las llaves del joven torero mientras que otro de ellos abrió la puerta del lado donde venía Camus para ayudarlo a bajar.

- ¿Tienes algún plan en específico para esta noche? Por qué quiero imaginarme que debemos seguir llamando la atención ¿No es así?

Camus colocó su brazo sobre el de Shura para entrar caminando juntos al restaurante.
Al pasar por la puerta las miradas indiscretas de los comensales se hizo presente en ese momento, sin duda eso también sería algo a favor de la situación que estaban pasando gracias a ese mal entendido.

- Suena rara la idea que tengo en mente pero no sé que tal funcione.

- Espero que no sea una idea donde tenga que volver a gritar que me opongo - Contestó Camus intentando disimular su molestia al sentir las miradas de las personas en su persona.

- Mejor dejemos que la situación nos lleve poco a poco.

Uno de los meseros les dió indicaciones para tomar sus lugares en una mesa cercana a la ventana del restaurante. Les acercaron las cartas junto con una degustación de vino para poder ofrecerles el que fuera de su agrado.

- Me siento muy incómodo con esto Shura, algunos no dejan de señalarme y mirar sus videos seguramente en la parte donde salgo interrumpido tu boda.

Camus colocó el menú a la altura de su rostro, esperando no ser visto por los demás pero la idea era inútil.

- ¿De que te preocupas? Ya les dimos la razón que eres mi amante ¿No es así?

- Si soy tu amante ¿Dime por qué estamos en un restaurante y no en un hotel? -

- Directo y sin rodeos ¿verdad? Te propongo algo, terminemos esta noche la cena con calma y veremos a dónde nos lleva esta noche.

Camus le dió un trago a su copa de vino dejando que una pequeña gota recorriera la comisura de sus labios hasta llegar a su mentón, claramente las ansias por provocar a Shura eran directas.

- La noche es joven pero acepto tu proposición.

Respondió con un sonrisa mientras le guiñaba, ambos les valía un tremendo sorbete ese contrato y los puntos que acordaron.
Al calor del alcohol esto puede tomar un rumbo distinto.

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⏰ Última actualización: Nov 02, 2022 ⏰

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