❤︎𝙰𝚖𝚘𝚛 𝙳𝚎 𝙽𝚒𝚗̃𝚘𝚜❤︎ (𝑹𝒆𝒅𝒅𝒊𝒆 シ︎)

XI

El castaño se encontraba apoyando levemente la cabeza en la ventanilla del auto. El viento pegaba en su rostro mientras desordenaba un poco su cabello crecido. En sus manos,llevaba un regalo algo pequeño;era una caja negra con un moño morado como adorno.

Se dirigían a la casa de la abuela del rizado por su octavo cumpleaños. Sonia ya no le agradaba tanto aquel niño de rizos,ya que de vez en cuando se le escapaba una que otra grosería.

Una vez que llegaron,Maggie los recibió muy alegre y llena de alegria.

- ¡Eddie,Sonia! Que bueno que vinieron...Richie lleva media hora preguntando por ti - Dijo Maggie sonriendo de oreja a oreja.

Sonia y el castaño entraron a la casa. Eddie buscaba con la mirada al azabache,pero no lograba encontrarlo. Habian muchos niños corriendo por la casa.

- ¿Dónde está Richie? - Pregunto el castaño sin dejar de buscarlo con la mirada.

- El está...- Ella se detuvo en seco para buscarlo con la mirada al igual que el castaño - Debe estar en el patio - Dijo algo insegura.

Eddie siguió su instinto de dónde podía estar el patio,ya que no conocía la casa.

- ¡Richie,tu novio ya llegó! - Grito uno de sus primos mientras corría hacia al patio.

Eddie fue a donde había ido aquel niño y chocó con el cumpleañero.

- ¡Niño spaghetti! - Exclamó al ver a Eddie. Le dió un abrazo algo rápido,el cual el castaño no tuvo tiempo de corresponder.

- Feliz cumpleaños... - Dijo alejándose un poco del azabache para darle aquel regalo que llevaba en sus manos desde que salió de su casa.

- Muchas gracias - Richie estaba a punto de abrirlo,pero unas pequeñas manos lo detuvieron.

- Ábrelo más tarde,Rich - Murmuro desviando la mirada.

Richie asintió algo confundido.

- ¿Me acompañas a guardarlo? - Pregunto el azabache.

- Claro - Respondió instantáneamente.

- ¿Yo también puedo ir? - Pregunto uno de sus primos pequeños.

- No,tu no. Eres muy feo - Respondió burlón,recibiendo un golpe de parte de su primito.

Eddie rio en lo bajo y luego comenzaron a caminar.

Subieron las escaleras y entraron a una habitación con unos adornos algo deprimentes.

- ¿De quién es esta habitación? - Pregunto mientras se sentaba en la grande cama.

- Es de mi abuela - Respondió sentadose junto al castaño.- ¿Puedo abrirlo? - Pregunto haciendo un puchero.

- ¿No puedes esperar un poco? - Pregunto a lo que fue negado rápidamente por el azbache.- Pues intenta esperar al menos hasta que me vaya. Y no lo abras en frente de tus miles de primos.

- ¿Porque no? - Pregunto curioso,apoyando su cabeza en el hombro del castaño.

- Solo no lo hagas. Me costó conseguirlo - Dijo desviando la mirada.

Richie se levantó y guardo el regalo en un cajón. Luego fue hacia Eddie,lo tomo delicadamente de la mano,lo levantó y lo abrazo.

- ¿Sabías que eres el niño más tierno del puto mundo? - Pregunto mientras olía su cabello castaño.

- No digas groserías - Lo regaño el castaño.

El azabache soltó una pequeña risita.

Ambos bajaron y fueron al patio,en dónde estaban muchos niños jugando a la pelota en el enorme patio. Entre ellos,estaba el tartajas y el judío.

- E-Eddie...- Dijo acercándose al castaño y al azabache.- ¿Vas a jugar?

- Quiero creer que sabes jugar - Dijo Tobías haciendo un par de trucos con la pelota.

- ¡Por supuesto que sabe! Es demasiado bueno en la portería - Respondió el rizado mientras abrazaba al castaño.

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- Odio este maldito juego - Murmuró para si mismo el castaño.

Unos minutos después,el equipo del castaño iba perdiendo. Un niño de su misma edad(sin embargo más alto) se acercó muy molesto al castaño.

- ¡Eres un idiota! Tu no sabes jugar - Hablo furioso aquel niño para luego empujarlo.

Richie intervino de inmediato.

- ¡Oye ya basta! - Alzó la voz el azabache y lo empujó haciéndolo caer al suelo.

- ¿Y tú qué te metes? - Dijo levantándose y devolviéndole el empuje al azabache.- ¿Acaso es tu novio? Que maricones que son - Hablo con repugnancia.

Richie se abalanzó sobre el,comenzando una fuerte pelea. Varias niñas corrieron a avisarle a la madre del rizado,la cual salió alarmada.

- ¡Richard Tozier,ya basta! - Alzó la voz muy enojada. Sin embargo,fue ignorada.

El castaño lo tomo de la camisa,tratando se separarlos como lo hacían los demás niños.

Después de unos minutos,lograron separarlos. Ambos parecían perros rabiosos que buscaban asesinar al otro. Se miraban con demasiado odio y rivalidad.

Ese inconveniente dejo desconcertada a la familia. Ambos niños siempre se habían llevado bien.

El azabache tenía rasguños en la cara al igual que su primo. A Maggie no le sorprendia el comportamiento de su sobrino,ya que él tenía problemas de irá,pero ¿de su hijo?...eso sí no lo podía creer. No podía negar que el pequeño rizado tenía discusiones con muchos de sus primos,pero eran verbales,jamás físicas.

A todo esto,un niño de cabello castaño,se encontraba sollozando en el baño,sintiéndose culpable por lo sucedido...

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🎈Continuará...