Capítulo 8

2K 105 1
                                    

Pov: Hope        

El fin de semana de mi cumpleaños es demasiado aburrido, pero bonito, es como me gusta. Mamá y yo lo mantenemos muy discreto. Hace unos años, pensé que ni siquiera me vería cumplir diecisiete; ahora cada celebración con ella se siente como un hito.

Siempre me hace un pastel y pasamos la mayor parte del fin de semana charlamos, comemos y vemos películas. No pido más.

Josie me envió un mensaje de texto el domingo por la noche, mientras estamos viendo un reality show de citas con mi mamá

Josie: Espero no hayas olvidado tu tarea :)

Un repentino golpe de calor me golpea entre mis piernas, fue tan fuerte que casi se me cae la rebanada de pastel.

El regalo lo tengo escondido dentro de un calcetín que está enrollado y está en el fondo de mi maleta. Tengo miedo de probarlo. Una cosa es que Josie me ayude, pero no creo que pueda hacerme venir yo sola. Si no me corro me sentiré fatal.

Apago mi teléfono y trato de concentrarme en el programa, pero ese pequeño texto que me envió, me quema. Y es todo en lo que puedo pensar.

En la pantalla, dos concursantes se están besando, caliente y fuerte. Me muevo, recordando la boca de Josie en mi garganta. Su muslo en mi interior.

Me levanto abruptamente, sonriéndole a mi mamá.

—Se está haciendo tarde. Creo que me iré a la cama.

Una hora después, estoy retorcida en mis sudorosas sábanas con mi nuevo vibrador que está entre mis piernas, y no todavía no puedo correrme.

Simplemente no puedo hacerlo.

Presiono el vibrador contra mi clítoris, lo froto en círculos y puedo sentir que algo se construye dentro de mí, pero no importa cuánto lo intente, simplemente no puedo lograr correrme.

Sin las manos de Josie, suavizándome, relajándome, no puedo. Intentó deslizar el juguete dentro de mí, recordando los dedos de Josie dentro de mí, pero me duele, duele tanto que siento que me estoy rompiendo.

Parpadeo, lágrimas salen de mis ojos. Me rindo, presiono el botón de apagado y me dejo caer sobre las sábanas.

Una ola caliente de vergüenza estalla en mí y me aprieta el pecho. Hay algo mal en mí. Cualquier chica podría correrse, ¿Por qué yo no? Instintivamente, agarró mi teléfono.

Josie contesta al cuarto timbre.

—Hola, nena —Su voz es ronca, como si hubiera estado dormida—. ¿Qué sucede?

—Lo siento mucho —logró balbucear—. No puedo hacerlo.

—¿No puedes hacer qué? —Ella hace un pausa—. Oye, amor, ¿estás llorando?

—No. Sólo... estoy tratando de hacer lo que me dijiste, usar el vibrador, y pensé que sería fácil, pero lo he intentado e intentado, pero lo logró terminar. Y estoy tan enojada conmigo misma.

—Espera, espera, espera. Cálmate. ¿Estás acostada en la cama, masturbándote ahora mismo? —Suena extraña.

—Sí.

—Joder, Hope. No puedes simplemente llamar a una chica y decirle eso.

—Lo siento. Tienes razón, esto es... raro. Lo lamento.

—¿Amor, por qué sigues disculpándote? ¿Por qué estaría molesta?

—Bueno, has pasado todo éste tiempo tratando de ayudarme, y me compraste un vibrador, pero yo sigo sin funcionar.

Lecciones privadas - HosieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora