Lecciones privadas - Hosie

Capítulo 9

Pov: Josie

Coloco mi teléfono en mi regazo, tocando rápidamente el teclado. Se suponía que Hope estaría en el pub a las once, pero hasta ahora no ha aparecido. Me estoy comenzando a preocupar.

Josie: ¿Está todo bien? ¿Por qué aún no estás aquí?

Hope: Ya casi llego, la autopista está cerrada por obras.

Hope: No puedo esperara a verte. Te amo<3

Sonrió con tristeza a la pantalla hasta que Alyssa patea mi pie debajo de la mesa.

—Oye. Tienes que socializar —me dice Alyssa.

Miró al grupo de borrachos recién llegados apiñados alrededor de la mesa del pub. Estamos en la taberna Duke and Duchess, es una taberna de mierda con estudiantes algo excéntricos. El aire huele a humo de cigarro y papas fritas. Se está produciendo un partido de fútbol en las pantallas de la televisión, pero nadie le presta atención.

No vienes aquí para mirar la televisión; vienes aquí porque estás tan jodido que terminas follando en una mesa de billar. Es uno de los mejores lugares para reunirse con el equipo de hockey femenino.

—Hagamos carreras de beber —digo, señalando los cócteles baratos al final de la mesa—. Dividanse en dos equipos. La última en beber pierde.

Todas se apresuraron a llenar sus vasos, reviso mi teléfono de nuevo. Mi corazón tartamudea cuando leo las últimas palabras: Te amo

Recuerdo cuando lo dijo anoche, sudando y sonrojada, un calor sube por mis mejillas. Ella lo quiso decir como amiga, ¿verdad? Ella me ama por ayudarla a tener orgasmos, ¿no?

Quiero decir, seamos sinceros, las chicas suelen estar muy agradecidas después de tener sexo conmigo. Sin embargo, hubo algo extraño en la forma en la que lo dijo. Normalmente, cuando las chicas dicen que me aman, no me lo susurran en la oscuridad con sus ojos suaves y brillantes, como si fuera un secreto.

Miro la pantalla, como si eso me diera alguna respuesta. Alyssa me patea de nuevo, suspiró, levantándome. Necesito paz y tranquilidad.

—Iré al baño —hablo en general—. No hagan trampa.

Mientras me empujo entre la multitud hacia los baños, una chica se me acerca. Su perfume es picante, y me hace tambalear hacia atrás. Hay poca luz, no puedo distinguir su rostro, sólo sus labios y sus rizos negros.

El hielo se desliza por mis venas mientras ella pone una mano sobre mi pecho.

—Josie... —su voz es baja y ronca—. No esperaba verte por aquí esta noche.

Abro la boca, pero no puedo hablar. Por un momento, algo parecido al pánico se apodera de mí. No he hablado con Pen en años. Años. ¿Cómo diablos me encontró?

La chica se me acerca, la luz de la barra ilumina su rostro. Respiro hondo, tratando de desacelerar mi corazón. No es Pen. Es sólo una chica con la que me acosté.

Ella levanta una ceja. 

—¿Josie? ¿Estás bien? —De repente, el bar parece demasiado pequeño, lleno de humo. Las paredes se están cerrando como una trampa explosiva de Indiana Jones. No puedo respirar correctamente. Me obligó a sonreírle.

—Lo siento, nena. Me tengo que ir. —Me sumerjo en la multitud, empujando a todos, hasta que salgo de la taberna al aire libre.

Es una noche neblinosa y el aire se siente denso y pesado. Me lo trago y aprieto mis ojos con las palmas de las manos.

No sé por qué diablos no puedo sacar a Pen de mi cabeza. Es como que cuanto más me acerco a Hope, más pienso ella. Y eso me está asustando.

Estoy completamente segura de que no quiero volver con ella, entonces ¿Por qué ella está en mi cerebro? Cierro los ojos y apoyó mi cabeza contra la pared de ladrillos, escuchando el ruido sordo de la música en el interior. Me siento incomoda. Mi pelo se arremolina atrás de mis ojos como una advertencia de una película de terror.