3. Árbol del origen

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Korra se encontró sentada en el barandal del pequeño kiosco que había en el templo del aire. Su mirada se encuentra perdida en el movimiento tranquilo del mar que golpeaba la orilla mientras el aire frío le acariciaba el rostro.

Sus pensamientos, por otro lado, estaban invadidos por la última conversación que había sostenido con su esposa. Asami por fin había aceptado la idea de querer un bebé y el avatar se sintió increíblemente emocionada ante la nueva perspectiva que se había abierto ante sus ojos.

Por fin, la familia que tanto había anhelado con la mujer que amaba, iba a estar completa y eso hacía sentirse inmensamente feliz. Sin embargo, había algo que la preocupaba.Las palabras que habían usado Asami eran las correctas, las que Korra tanto había deseado escuchar de sus labios, " Me encantaría que tuviésemos un bebé " y la afirmación era excitante. Lo que la preocupaba fue todo lo que vino después."

Me encantaría que existiese la posibilidad de que fueras solo nuestro, tuyo y mío, con tus rasgos y mi carácter ... "El corazón del avatar latió deprisa, y supo que nada podía ser mejor que ello. Escuchar lo maravilloso que sería aquel pequeño bebé descrito con tanta ilusión por el amor de su vida.

Korra podía haber muerto de ternura ahí mismo, sin embargo, la realidad le golpeo en toda la cara... Korra jamás podría darle un hijo a Asami. No había manera biológica de que eso fuera posible y la sola idea la atormentaba. La ingeniera había sugerido que no tenía ningún inconveniente en adoptar un pequeño. No sería del todo suyo, pero Asami había asegurado que no tenía ningún problema para amarlo como si lo fuera. Y Korra lo sabía, sabía que la ingeniera podía, pero eso no hacía sentirse satisfecha, no haría a Asami del todo feliz. El avatar lo sabe desde hoy por la mañana, cuando descubrió a la dirección de Industrias Futuro mirándose en el gran espejo que tenían en la habitación del baño. Asami estaba de perfil y se tocaba el vientre con ternura, incluso había abultado su blusa lo suficiente para simular un vientre ligeramente hinchado y su mirada llena de ilusión fue lo que hizo que el corazón de Korra se rompiese.

Asami quería llevar ese bebé y aunque no lo expresase, el avatar la conocía lo suficiente para saberlo.Dándose por vencida con sus pensamientos, Korra decidió que necesitaba meditar un poco, necesitaba recuperar la paz que había perdido después de vera Asami esta mañana, necesitaba encontrar el equilibrio en sus pensamientos y así poder encontrar las respuestas que tanto necesitaba.  Sentándose en el frío suelo, el avatar uso su posición de loto e intentó por cerca de quince minutos relajar su respiración. Intentó desconectar sus pensamientos y se hundió en el silencio lo que le pareció una eternidad.

"Sabes que será inútil" Una voz dentro de ella le advirtió lo que ya sabía.

- Necesito relajarme Raava, no es un buen momento para charlar- Korra susurró por lo bajo mientras continuaba haciendo sus ejercicios de respiración.

"Creo que no te has dado cuenta que vas en la dirección equivocada" Aquella voz volvió a interrumpirla poco después. El avatar frunció ligeramente las cejas.

- Solo necesito tranquilizarme, he perdido mi balance- El avatar respondió por lo bajo.

"A veces creo que olvidas que estamos conectadas, se lo que te aflige y sé que nada vas a conseguir con esto" La suave voz en su cabeza susurró. Korra permaneció en silencio un rato, ya se había dado por vencida pero no abandonó su pose de meditación.

- No sé dónde buscar respuestas ¿Sabes?- Su voz fue baja y estaba llena de aflicción.

"Quizás el árbol de la vida pueda ayudarte con esas respuestas" Raava insistió. Korra no se inmutó ni un poco.

- ¿Qué es el árbol de la vida?- Preguntó por fin, abriendo los ojos y esperando por la respuesta del espíritu del bien.

- Se le conoce como el árbol del origen, es un mito entre los espíritus- El avatar se encontró sobresaltada ante la respuesta que Tenzin le dio.

Mi vida a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora