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Finalmente era viernes, el último día en que Kageyama estaría en el cuerpo de la jirafa humana.

Cuando llegaba a la escuela vio a Yamaguchi y a "Kageyama" llegar, pero había una distancia entre ellos y casi no se miraban, si alguien ajeno los viera pareciera que no se conocen y solo caminan juntos. En serio ansiaba volver a su cuerpo para darle un buen golpe, porque no se golpearía a sí mismo.


Cuando Tsukishima se separó de Yamaguchi y estaba por llegar al salón, fue interceptado por Hinata y Yachi, lo cual no sabía si era algo que solía suceder.

— Muy bien, joven Kageyama. —Empezó Hinata, el cual trató de usar un tono serio, con sus manos en su cadera y alzando su mentón para tratar de intimidar al pelinegro.
— Hemos sido informados por varios testigos sobre una conducta sospechosa en usted, ¿qué tiene que decir al respecto? —Acabando de decir aquello le quitó una envoltura a una paleta que sacó de su pantalón, la metió a su boca y luego la sacó simulando que era un cigarro.

Tsukishima se quedó pasmado unos segundos por la tontería del pelinaranja, siempre que pensaba que no podía ser más estúpido, lo superaba.
— ¿De qué mierda estás hablando?

— Así que niegas los cargos, ¿eh? —De nuevo metió la paleta en su boca y lo miró de arriba abajo con sospecha.
— Anote eso, detective Yachi. —La rubia asintió.

Lo que le faltaba, que esos dos estuvieran jugando a los detectives, suspiró intentando tranquilizarse pues no tenía paciencia para lidiar con esto, así que estaba dispuesto a darse la media vuelta para irse, pero fue detenido por el enano.

— Todavía no hemos terminado. —Se puso delante de él.
— La detective Yachi y yo también hemos observado actitudes sospechosas en usted. ¡Por ejemplo! —Se aclaró la garganta y le pidió a Yachi la libreta, que solo tenía escrito "Kageyama culpable", pero fingió leer como si hubiera un gran texto.

— Se ha encontrado que se ha reunido con el joven Tsukishima últimamente, y sus expedientes indican que ustedes no se toleran, ¿de qué hablarías con alguien que no te agrada? ¿Ocultas algo? ¿Esconden algo ustedes dos? ¿Acaso engañas a Yamaguchi? ¿Eh, eh? —Dijo mientras fruncía el ceño y se acercaba a él para intimidarlo... Pero por la clara diferencia de estatura, no funcionaba.

— ¿De dónde sacas tantas estupideces? —Nada de lo que le había dicho sonaba coherente, incluso él, que odiaba a Kageyama, sabría que no le sería infiel a su amigo.

— No son estupideces, ¡son evidencias! —Señaló la libreta.
— Nosotros somos personas maduras y razonables... ¡Pero no toleramos traiciones! —Yachi asintió, pues a pesar de que ella no tenía la seguridad para decir todo lo que estaba diciendo Hinata, lo apoyaba.

Tsukishima estaba empezando a sentir como sus cejas temblaban por mantenerlas fruncidas tanto tiempo, no tenía tiempo para esto, todavía ni empezaba la primera clase, ¿no podía hacer su drama mínimo a la hora del almuerzo?
Así que puso una mano en la cara del más bajo y lo apartó sin más.

— ¡Recordaré esto Kageyama, te arrepentirás de tratarme así cuando sea famoso! —El pelinaranja hizo su intento por defenderse.

Tsukishima veía como algunos del salón los miraban entre burlándose y curiosos, estaba empezando a compadecer un poco a Kageyama, pues él al tenerlo en su salón probablemente debía lidiar con cosas como estas todos los días.

Lo que restó del día Tsukishima pudo seguir con su día, pero hoy había entrenamiento, así que debía prepararse.


Al entrar al gimnasio vio a Yamaguchi que conversaba con "Tsukishima" y entre esa plática el pecoso cuando volteó lo miró, pero volvió la vista con el rubio.
Si estuviera en su verdadero cuerpo, se hubiera burlado de Kageyama, pero como ahora mismo era Tobio, se sentía como si lo hubiera ignorado a él.

Body changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora