Body change

9

Yamaguchi no podía dejar de pensar en la repentina confesión que recibió el otro día por parte de su compañero de equipo. Kageyama no le pidió una respuesta o más bien no lo dejó, pues salió corriendo, pero aunque hubiera tenido que responder en el instante, no hubiera podido hacerlo, pues él estaba muy nervioso; pero aun así Yamaguchi sabía que tenía que responder, era la primera vez que en su vida se le declaraban, y siendo honesto se encontraba bastante confuso. Solo había dos opciones, rechazarlo o corresponderle, pero ni el mismo entendía porque la segunda opción era la única que pasaba por su cabeza y hacía latir su corazón de solo pensar en corresponderle, hasta una sonrisa aparecía en su rostro.

Pasó el fin de semana pensando en qué hacer, qué decir, qué responder. Pero nuevamente era inicio de semana, se encontraba camino a la escuela junto con su mejor amigo, pero estaba callado y con la vista fija al suelo, no dejaba de pensar en Kageyama y por alguna razón su corazón se empezaba a acelerar y sus manos sudaban de solo pensar en él, ¿era por los nervios de verlo nuevamente en la escuela?

— ¿Te encuentras bien? —Preguntó Tsukishima caminando al lado de su amigo, pues desde que empezaron a caminar juntos el pecoso parecía ido y estaba extrañamente callado, lo cual le preocupaba un poco.

Yamaguchi volteó a verlo pensando en si decirle lo que pasaba o no. Bueno, era su mejor amigo, no tenía nada de raro si le decía, ¿no? Pero no estaba seguro del todo, conocía a Tsukishima y era algo burlón o solía ignorar las cosas.
— Tsukki... ¿Alguna vez has tenido una confesión que te ha hecho dudar? —Se atrevió a preguntar aunque no muy seguro, pues su amigo recibía confesiones casi cada semana, pero las rechazaba al instante, así que no estaba seguro si podía serle de mucha ayuda.

La pregunta sorprendió al rubio, ¿por qué preguntaba eso tan de repente? ¿Acaso Kageyama...? No, el pelinegro era muy lento, no podía haberse declarado... ¿O sí?
— Claro que no, todas las confesiones son iguales y aburridas. —Contestó bufando y mirando de reojo a su amigo.
Yamaguchi ya se esperaba una respuesta así, por lo que solo apretó los labios; era obvio que Tsukishima pensara así, recibía tantas confesiones que ya no se molestaba en ver la cara de las chicas. — ¿Alguien se te declaró? —Se atrevió a preguntar Tsukishima aun viendo de reojo a su amigo, fingiendo desinterés, deseando que no fuera lo que pensaba.

El rostro de Yamaguchi expresó sorpresa.
— A-algo así... —Se rascó la nuca nervioso.

— ¿Quién? —Dijo con algo de sorpresa disimulada; sabía la respuesta, pero quería que su amigo lo dijera, quería confirmar si Kageyama realmente lo hizo.

— Ah... —¿Respondía con la verdad? Tsukishima odiaba a Kageyama y viceversa, además no solo era la primera confesión que recibía, era la de un chico. Y no quería que su amigo se burlara, no le importaba si se burlaba de él, pero no quería que molestara a Kageyama. — Mejor olvídalo... —Decidió mejor dejar el tema, además ya casi llegaban a la escuela.

Tsukishima no podía creerlo, ¿por qué Yamaguchi no le dijo? ¿Acaso no eran amigos? ¿Yamaguchi no confiaba en él? Quería saber más, pero ya estaban en la escuela, además el pecoso ya no parecía interesado en seguir hablando y él no era de los que hablaba primero.

Yamaguchi aun seguía algo inquieto en todas sus clases e incluso en el descanso trató de buscar al pelinegro. Pero nada, e incluso fue a buscarlo a su salón pero no estaba y cuando pensaba que lo veía, resultaba que no era, ¿lo estaría evitando? No, no podía ser eso.
Aun así Kageyama no escaparía del entrenamiento, así que ahí lo vería. Había decidido que hablaría con el pelinegro, pues pensó que era lo mejor para ambos, quería ser honesto con Kageyama acerca de la situación y esperaba que él otro igual.

El entrenamiento llegó y cuál fue su sorpresa al no ver al pelinegro ahí, Kageyama solía llegar temprano por lo que al no verlo se le hizo extraño, pero decidió esperar para ver si llegaba después, lo cual no sucedió. Se preocupó demasiado así que decidió acercarse con el pelinaranja para saber si sabía algo.