Comienzo de las ataduras

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INTRODUCCIÓN

Con esta historia dejé parte de mi pudor atrás para poder hacerla.

Hay advertencias incluidas dentro, menciono cada una de ellas al principio de cada capítulo.

Aclarare desde un principio que esta es una tragedia y es una historia con temática homosexual o Yaoi.

Otro detalle para información general, es la duda de si los psicópatas pueden amar, y sí, sí pueden, pero de una manera asfixiante.

Es tu decisión seguir leyendo.





ADVERTENCIAS: Incesto, Shota, Sexo explícito, Bondage y Violación





Noah

La primera vez que tuve verdadero miedo en mi vida y no ese del que sufren los niños a la oscuridad o por los ruidos provenientes fuera de la ventana por las noches o al monstruo bajo la cama ni al del armario, no, era uno auténtico que paralizó mis músculos y erizó los cabellos de mi nuca, ese miedo que causa descargas de adrenalina por todo el cuerpo y hace tus piernas temblar pidiendo que corras, la primera vez que la sangre dejó de correr por mis venas, cuando creí que mi corazón se había detenido y un agujero se creaba en mi estómago, fue cuando vi a mi hermano jugando con una botella de gasolina para encendedor y cerillos, pero eso no fue lo que me asustó de hecho parecía divertido, lo que me aterró fue ver las llamas consumir por completo el cuerpo de ese pájaro que cada mañana cantaba en su nido por fuera de mi ventana y los polluelos que se retorcían junto al cuerpo de su madre hasta no parecer otra cosa más que pedazos de carbón deformes, ese día fue el primero en que tuve verdadero miedo y las lágrimas cayeron de mis ojos en un silencio producido por mi incompetencia para gritar o proferir sonido.

El último día en que eh tenido verdadero miedo hasta la fecha como ese primero que aún trae recuerdos que hacen a mi estómago retorcerse, fue hace dos días que desperté en mi cama, atado de las muñecas contra mi espalda con una cuerda blanca de tela que papá suele guardar en su cuarto especial donde trabaja reparando cosas, era de noche, más que no ver nada, era el mareo lo que me tenía atontado y mi cerebro no podía procesar nada de la información a mi alrededor, solo el color negro de la silenciosa noche que compartía la habitación conmigo. Desperté por el dolor precisamente en mis muñecas, pero ¿Por qué estaba atado?, ¿Era un sueño?, podía ser que aún siguiera dormido, pero no era eso, se distinguir entre cuando estoy despierto y cuando estoy dentro de un sueño y estaba casi en completo uso de mis facultades, estar atado no era producto de mi subconsciente.

El pánico me invadió si no era un sueño entonces ¿Por qué?, me hubiera gustado gritar, pero mi garganta no me lo permitía, sentía que a cada intento me ahogaba porque era víctima del temor, mis cuerdas vocales no funcionaban así que no salía ningún sonido, pero sólo tuve un intento antes de que una mano cubriera mi boca para que me callara, chillé del susto ¿Quién era?

¿Cuánto tiempo había estado ahí a mi lado?, yo no lo había visto o percibido, cosas inimaginables pasaban por mi mente, cosas malas, atroces, horribles que ponían mi integridad en riesgo, tanto físicas como mi mente que se desgarraba presa del temor.

¡Dios! ¿Qué había hecho para que sucediera esto?, siempre me comporté, tuve buenas calificaciones, obedecí a mis padres en todo, traté de hacer amigos siempre, aunque no soy muy social y no tengo alguno.

Escuché una risita un tanto infantil, inocente, pero a la vez tétrica, eso no me tranquilizó en lo más mínimo. Forcejé sacudiendo mi cara y mis brazos, dolió, los nudos estaban tan bien hechos y ajustados que las cuerdas causaban fricción en mis muñecas.

Víctima de un amor retorcidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora