Besos de un mentiroso

138 4 6
                                    

Killien

-¿Y ahora qué me vas a decir?, ¿Qué te caíste?- Me dijo Mireya un tanto enfadada.

-No seas boba... Me golpeé con algo- Ya no encontraba excusa para explicar tanto chupetón y marca que me dejaban.

Los ojos agudos de mi prima no salían de mí, estaba seguro que ella no se creía ninguna de mis mentiras y que sabe perfectamente lo que son.

-Entonces me decías...- Cambié de tema para ser inteligente por una vez -De ese chico Dominic que te gusta- Lleva días fastidiándome con él.

-Ah sí, sí, por fin pude hablar con él-

-Y entonces ¿Qué?, ¿Sólo hablaste?- Me gustaba molestarla un poco y tal pareció que mi sonrisa socarrona lo consiguió.

-No, no sólo le hablé, ya nos conocimos y charlamos...- Y continuó así por unos diez minutos, sino la quisiera tanto la hubiera dejado hablando sola.

No creo ser el más indicado para darle consejos amorosos de esa clase, aunque mi papel realmente es el de oyente supuestamente interesado, le pongo un poco de atención y asiento con la cabeza cada cuando.

-¿Qué opinas?- Preguntó.

-Son la pareja ideal- Había sarcasmo en mi voz.

-Estoy hablando en serio- Ella lo notó y se enojó.

-Mireya- Empecé con seriedad -Tú sabes que no confió en los amores a primera vista, esos no existen, además, es a mí a quien le preguntas, un perro sabe más acerca del amor que yo- Es verdad.

-Es mentira, de lo contrario no tendrías novia- ¿Cómo me defiendo?

-Pues eso...- Me puse nervioso -Es diferente, yo le gustaba y ella a mí, aparte no fue amor a primera vista, salí con Sol muchas veces antes de que fuera mi novia- Pero lo conseguí, tenía novia, una victoria personal -Hablando sobre ello, tenemos una cita hoy así que si me permites- Me levanté del sofá de su casa donde habíamos estado charlando la última media hora, me disponía a retirarme, pero antes me despedí correctamente, le di un beso en la mejilla y le dije que vendría a visitarla cualquier otro día.

Hoy faltaría al trabajo y pasaría toda mi tarde con Sol en una Feria de Libros que había en el centro de la ciudad, también quería comprarle un libro y mañana tenía planeado algo especial porque se trataba de un momento especial, cumpliríamos dos años juntos como novios y estaba muy emocionado por esa fecha, después de todo era la alegría de estar enamorado.

Camino hacia la Feria de Libros mientras cruzaba por una construcción muy ruidosa, no noté que mi teléfono sonó hasta que me detuve para revisar la hora y vi la cantidad de llamadas perdidas.

A todo mundo se le había ocurrido llamarme al mismo tiempo, en la lista tenía dos llamadas de Joan, una de Yamir, una de Rafael y dos de Sol, eso era extraño, tener tantas llamadas al mismo tiempo.

Mientras miraba la lista otra llamada entró, el remitente decía el nombre de Rafael.

-Bueno- Contesté.

-Joan, ¿Dónde estás?- Ese nombre que escogí me perseguía como un tipo de castigo autoimpuesto, después de tanto tiempo creo que lo hice intencionalmente para jugar con mi salud mental.

-Voy camino al centro de la cuidad-

-¿Por qué no estas...?-

-Pedí este día libre- Interrumpí.

Desde hacía unas semanas Rafael y yo habíamos comenzado a trabajar juntos, como en pareja, eran trabajos más complejos y difíciles, por ejemplo conseguir que una persona de alto puesto te recibiera en su oficina porque obligatoriamente debes ser tú quien le entregue ciertas cosas importantes, no el cliente buscarte a ti, por lo que a veces no es tarea fácil, así que nos dividíamos el trabajo.

Víctima de un amor retorcidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora