Capítulo XVII - Nuevo comienzo

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Se empezaba a sentir el frío del invierno, Niall no se quería levantar a pesar de que tenía que ir a clases, se envolvió cuál capullo y empezó a inventar excusas en su cabeza para no ir.

Diré que me dio indigestión por comer mucho la noche anterior mmm pero, mis compañeros se burlarían al día siguiente...

Quizá si digo que me caí de las gradas... No, mi mamá no me dejara mentir con eso.

¿Y si digo que estoy de luto por la muerte de un pariente que no tengo? No, a mis profesores no les interesa nada que no sea mandar deberes y tomar pruebas sorpresa.

Ay ¿Por qué tengo que ir? ¿Por qué la vida es tan dura? ¿Por qué no me ahogue en mi bautizo?

Un golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos.

—Cariño, el desayuno está listo, apresúrate tengo un poco de tiempo libre, te llevaré al colegio.

Genial, no tenía escapatoria. Maldiciendo un par de veces se metió a la ducha poniendo el agua caliente y quedándose un buen rato ahí.

Bien, ya lo habían sacado de la cama, pero difícilmente lo sacarían de la ducha. Aunque Niall amaba el frío, lo amaba más cuando podía estar bajo sus cobijas tomando un café mientras veía alguna película o serie.

Con mucho, pero mucho esfuerzo, salió de la ducha y mientras temblaba se vistió rápidamente y bajó a desayunar.

El primer día de clases siempre había personas amontonadas contando alguna anécdota que les pasó en las vacaciones, las historias variaban y se escuchaba de todo un poco. Esta vez, todo fue diferente. El único tema de conversación era la clínica de la que habían salido Harry y Louis, ellos también fueron nombrados muchas veces entre los grupos que se reunían. Niall escuchó que sus amigos habían regresado así que corrió a buscarlos.

Se dirigió hacia el pasillo donde se encontraban los casilleros, a penas los reconoció corrió hacia ellos, los abrazó y los llenó de besos. 

—Ayyy me hicieron mucha falta, ¿Por qué no me dijeron que habían regresado?—. Entre tantos problemas y tantos traumas que estaban superando, olvidaron decirle a Gemma y a Niall que habían vuelto a su hogar.

—Ven a casa después de clases, tenemos mucho de que hablar—. Dijo Harry mientras abrazaba al rubio.

—Si, la historia es un poco larga. Por cierto, te presento a Lucas, Lucas el es Niall—. El castaño había presentado a sus amigos.

—¿El que les hizo creer que no podía ni hablar ni escuchar y tuvieron que aprender lenguaje de señas? —. El rubio se sonrojo al recordar aquel momento.

—¿Enserio le contaste eso?

—Claro, así fue como te conocimos ¿Lo recuerdas? —. Dijo lo último en lenguaje de señas.

—¡Eres un tonto! —. Todos empezaron a reír hasta que sonó la campana indicando que debían ir a clases.

—Bien, los veo a la salida guapos—. Se despidió lanzando un beso volado a los tres chicos.

El día pasó bastante rápido, los chicos trataron de retomar sus vidas normales dejando atrás todo lo malo que pasaron. No podían estancarse, tenían que vivir, y ahora tenían más razones para hacerlo. Estaban juntos, no necesitaban más que eso para ser felices.

Al finalizar las clases se dirigieron a la casa de Stylinson, Lucas también los acompañó.

Se sentaron en la sala con algunas botanas y le contaron a Niall todo lo que tuvieron que pasar, el chico lloraba al escuchar la horrible pesadilla que habían vivido sus amigos y los abrazaba tan fuerte como si al soltarlos fueran a desaparecer.

ConversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora