Jay entró a la habitación y vio a una chica semidesnuda que forcejeaba ante el agarre de 5 hombres que la estaban rodeando, por suerte, el oficial había corrido detrás de ella y llegó justo a tiempo.
—Suéltenla—. Dijo mientras sacaba su pistola amenazando a los hombres y obligándolos a levantar sus manos. Jay tomó la ropa que estaba en el suelo y se la ofreció a la pobre chica que, de no haber llegado antes, habría sido violada por esos asquerosos hombres.
—¿Necesita más pruebas para saber que estos idiotas están torturando a nuestros hijos?—. Jay se encontraba bastante alterada y su miedo crecía por cada segundo que no veía a Louis, sus piernas flaqueaban obligándola a poner toda la fuerza que le quedaba para poder continuar con la búsqueda.
—Código 51, repito código 51. En la clínica ECOSIG—. El oficial había alertado de una situación de emergencia, el protocolo a seguir era enviar a policías y militares al lugar indicado, debían sacar a todos los chicos del lugar.
—Los vamos a sacar de aquí, lamento no haber hecho algo antes.
Los policías ordenaron a todos salir al patio del sitio que estaba vigilado por cuatro policías más, uno en cada esquina. Cada vez más y más chicos iban apareciendo, la clínica manejaba alrededor de 50 internos. Uno de los oficiales había tomado la lista de ellos para asegurarse de que todos estuviesen ahí.
Jay seguía buscando a su hijo mientras gritaba su nombre, sentía que se desmayaba, su vista nublada casi impedía que pudiese ver por donde caminaba, no supo como logró mantenerse de pie.
Tres policías habían entrado en el pasillo en donde se encontraba la habitación del castaño y les habían ordenado dirigirse al patio central. Al salir, el ojiazul se sorprendió y se alivió al ver a esa figura tan conocida.
—¿Mamá? ¡MAMÁ!
—¡Louis! Mi pequeño Lou—. Jay se acercó al castaño sintiendo tanto alivio al verlo, limpió sus ojos y corrió hacia el, lo envolvió en brazos sintiendo paz al tenerlo cerca pero aquel sentimiento de calma fue tan efímero que se esfumó de inmediato al escuchar los quejidos de su hijo al ser abrazado.
—¿Qué pasó? ¿Te duele?—. Jay comenzaba a sentir como la ira subía por su pecho, habían lastimado a su hijo y ella se culpaba por haberlo dejado.
—Un poco, no importa, ¿Dónde está Harry? ¿El está bien?—. No entendía mucho de lo que pasaba pero al ver a tantos policías corriendo supuso que su infierno por fin había terminado, un poco de paz llegó a su interior pero seguía preocupado, no encontraba a Liam y había escuchado de un supuesto suicidio así que no, no estaba del todo bien, ni física ni emocionalmente.
—Si, el está afuera, hijo por favor dime ¿Qué es lo que te hicieron?—. Jay estaba desesperada y tenía ganas de asesinar al que sea que le haya hecho daño a su hijo.
—Hablaremos de eso luego mami, tengo que buscar a Liam—. El ojiazul trataba de mantener la calma para no alterar a su madre más de lo que ya estaba, se tragó la angustia que sentía y comenzó a buscar a su amigo.
Louis se dispuso a salir, su madre lo siguió, no volvería a dejarlo solo nunca más, se arrepentía infinitamente de haberlo hecho.
—Tommo, ¿Sabes lo que pasa?—. Los pasos del ojiazul fueron detenidos por el brazo de Liam quien corrió hacia el a penas lo vio, suspiró y sus ojos brillaron al ver que su amigo se encontraba bien.
—¡Por fin! Te estaba buscando—. Lo abrazó. —Y no, en realidad no se, pero hay muchos policías, creo que por fin cerrarán este asqueroso lugar—. Hizo una pausa para tomar a Jay de la mano y acercarla más a Liam. —Li ella es mi madre.
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Conversión
Fanfic¿Cómo le dices a dos chicos enamorados que no pueden amarse? Una sociedad que piensa que la homosexualidad es una enfermedad y que puede ser "curada" a través de terapias de conversión. Un sacrificio y un corazón puesto en libertad que en reali...