Después de un rato de silencio, Mallory y yo escuchamos un quejido muy agudo, como si se tratara de un pobre animal. Entonces nos levantamos de los columpios en los que estábamos sentados y caminamos unos cuantos pasos en la oscuridad, así que decidí sacar mi teléfono, prender la linterna e iluminar el lugar de donde provino ese sonido.
Se trataba de un Labrador Retriever, estaba echado cerca de nosotros, al parecer tenía hambre, por lo que volví a mi casa a buscar si teníamos carne o algo. Al regresar, me acerqué lentamente extendiendo mi mano, y el perrito se acercó dudoso, pero yo seguía inmóvil.
Entonces el perrito se come el pedazo de carne que tenía en la mano y se acuesta al lado de Mallory y de mí.
- No tiene collar, tal vez tampoco dueño - dice Mallory - ¿Crees que deberíamos ponerle un nombre? Así podríamos quedarnos con él.
- Ok, ¿qué te parece... Wallace? Así podríamos decirle Wally.
- Es un gran nombre.
Entonces Mallory y yo nos vamos a la casa con Wally siguiéndonos, yo me quedaría con él esa noche y ella la siguiente, y así nos iríamos turnando.
Al día siguiente, era Sábado, por lo que Mallory y yo despertamos muy temprano para enseñarle unos cuantos trucos a Wally, aunque creo que él ya sabía dónde quedarse, porque cuando salí de mi casa, él se encontraba tirado en el porche.
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Cartas al Corazón
RomanceAndrew Blake-Hamilton es un chico tímido que vive bajo el legado de sus padres en el apacible vecindario de Diamond Bay en Atlanta, Georgia. Su madre Jill Hamilton es una conocida agente de bienes raíces, ella vendió la mayoría de las casas de su ve...