"Harry no es tu novio" era su nuevo mantra, aquel que repetía cada vez con más convicción... O eso intentaba.
Debía incluso morder su lengua cada vez que se acercaba a Zayn y Liz para servirles su cena, urgido por la incontrolable necesidad de preguntarles dónde estaba Harry.
—¿Puedo pedirte otra botella de agua, Louis? —Zayn habló con suavidad. Se sorprendió por la mención de su nombre.
—Claro —sonrió, volteándose hacia la cocina tras él.
"Harry no es tu novio", se alentó mentalmente mientras caminaba. Creía que lograría fijar aquella idea para el final de la noche.
¿Habría ido demasiado lejos el día anterior? ¿Harry había notado sus incipientes sentimientos y aquello lo llevó a optar por no querer verlo? Sus pensamientos martirizaban su cabeza uno tras otro.
Regresaba con la bebida y el plato de otro cliente cuando Harry tomó su lugar en la barra, parecía feliz a pesar de las violáceas ojeras bajo sus ojos.
Se acercó con cautela, pretendiendo no escudriñarlo demasiado mientras colocaba el agua delante de Zayn.
—Dios, Harry, creí que habías muerto —bromeó Liz, llevando una mano a su pecho.
—Que no esté literalmente muerto no garantiza que esté vivo —ladeó una sonrisa—. Por cierto, gracias por esperarme —ironizó, alzando sus cejas en dirección a lo restos de comida sobre la barra.
Louis se apresuró a caminar lejos, luchando por no dejar caer el pedido en su mano.
Quería regresar allí, tomar a Harry del mentón, revisar qué tan mal se encontraba y atormentarlo a preguntas hasta descifrar qué le sucedía.
No podía, sin embargo, así como tampoco iba a poder besarlo como quería cuando volviera a tenerlo en frente. Louis no podía hacerlo si no era Harry quien daba el primer paso, dado que él necesitaba saber dónde estaban parados y qué curso tomarían las cosas antes de accionar.
Se atrevió a encontrar su mirada cuando se dispuso a tomar su orden.
—Hey —musitó Harry con alegría.
Sus ojos le decían que era completamente fingida.
—Hey —respondió, rogando no manifestar tanto su preocupación—. ¿Qué puedo servirte, Harold?
El inesperado apodo pareció animarlo, dejando visualizar un atisbo de hoyuelos en sus mejillas.
—Una cerveza está bien, Lou, gracias.
Asintió, aliviado de poder alejarse y organizar sus pensamientos.
Rebuscó dentro del congelador por la botella que había apartado para él. Era la última del tipo que Harry bebía. Agradecía haberlo hecho.
—Lou, ¿sucede algo? —Niall tocó su hombro y lo conectó nuevamente con la realidad.
No supo en qué momento cogió la cerveza y la sostuvo en su mano sin moverse. Parpadeó al visualizar a Joe con la cabeza inclinada hacia él, mirándolo con preocupación.
Soltó una aguda carcajada mientras pretendía burlarse de sí mismo.
—Estoy bien, me distraje pensando en mi próximo examen.
Les sonrió a ambos y giró sobre sus talones para regresar hacia el hombre que anulaba todo su razonamiento.
Lo halló en soledad, jugueteando con su dedo índice sobre la rústica madera de la barra.