Capítulo 1

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[Flashback años atrás]

(Y/N) (L/N) se encontraba sentada llorando en la orilla del río. Era tan sólo una preadolescente y hace menos de una semana había perdido a sus padres en un accidente.

Tras un rato entre sollozos, escuchó el sonido de pasos detrás suya.
Rápidamente trató de limpiar sus lágrimas y se giró para ver a un chico, algo  más mayor que ella, de cabello castaño rizado y una capa verde de aspecto desaliñado.

—¡P-perdón, no trataba de molestarte!— Exclamó aquel chico, sorprendido por haber sido detectado por (Y/N).

—Déjame sola por favor...—Fue la respuesta por parte de la chica, volviendo a dijar su mirada en el cauce del río.

—Oye... Sé lo que te pasó, y me gustaría ayudarte.— El misterioso muchacho se sentó al lado de (Y/N), también mirando el río.

—No necesito ayuda de un desconocido.— Dijo rotundamente (Y/N), terminando de secar las lágrimas de sus mejillas.— Además no hay forma de ayudarme, mis padres ya no volverán...—

—Oh, disculpa, mi nombre es Bruno Madrigal. Seguro me conoces por esa familia con dones peculiares.— Se levantó, ahora mirando a la chica que estaba a su lado, y le extendió la mano para que ella hiciera lo mismo.— Y sobre lo otro, verás, le conté a mi madre sobre tu situación y bueno, me permitió llevarte para que vivas con nosotros.

(Y/N) se quedó mirando unos segundos a Bruno, tras escuchar ese nombre una extraña sensación la llenó, era como si le conociera desde siempre. Esa sensación de confianza, y que no tuviera más familiares con quién vivir, hizo que aceptara.

—Está... Bien.— Dijo al fin, tomando la mano del chico y recibiendo una sonrisa por parte de este.

—¡Oh! No crei que aceptarías de primeras.—

Y empezaron a caminar hacia su nuevo hogar, sin que (Y/N) apartara la vista de Bruno. Le iba a costar acostumbrarse a una nueva vida, pero al menos no estaba sola y eso le daba algo de seguridad.

[Time skip unas horas.]

El primer día se dedicó a conocer a las 2 hermanas de Bruno y a su madre, quien le había permitido vivir en su casa. (Y/N) carecía de don, por lo que no podría usar una de las puertas mágicas.
Decidió quedarse la primera noche con Bruno ya que de momento era la única persona en la que confiaba.

—¿Queda mucho?— Preguntó (Y/N), exhausta mientras subía por las escaleras de la habitación de Bruno. No llevaba equipaje ni a penas pertenencias y a penas podía consigo misma, no se imaginaba cómo sería subir todo aquello con bolsas.

—No seas quejona.— Se notaba que efectivamente a él ya no le costaba subir semejante cantidad de escaleras.— Yyyy hemos llegado.

Bruno se sentó en la última escalera, esperando unos minutos a que (Y/N) llegara hasta allí. Al ver a la chica acercarse, comenzó a abrir la enorme puerta de la sala principal.

Nada más entrar, (T/N) se tumbó en el suelo. No había muchas cosas en aquella sala, sólo unas mantas y arena, mucha arena.

—Toma, así no pasarás frío estando aquí.— Bruno se acercó a su nueva compañera de cuarto y le entregó una capa color (F/C).

—Gracias.— (Y/N) se incorporó y se cubrió con la manta, volviendo a tumbarse en el suelo.—  Oye... Tengo una pregunta ¿por qué fuiste tan amable conmigo?

El chico se le quedó mirando por unos segundos, probablemente pensando una buena respuesta a aquella pregunta.

—Verás...— Comenzó a decir mientras se tumbaba al lado de (Y/N) en el suelo.— ¿Sabes que veo el futuro, no? Pues dejémoslo en que tuve una visión tuya. Entonces no tuve más remedio que ayudarte.

Ella se giró para mirarle con expresión de decepción en el rostro.— ¿Y ya? ¿Sólo por eso me dejaste vivir en tu casa? ¿Que viste sobre mí en el futuro?— Más que resolver, aquella respuesta de Bruno había creado más preguntas en la mente de (Y/N).

—Ah... Lo siento, no puedo decirte. La mayoría de veces no tengo idea de qué significan mis visiones, sólo sabía que debía ayudarte.— Se giró para ver también a la chica a su lado. Sin embargo, este no tardó en desviar la mirada.—Sé que a penas nos conocemos y es difícil, pero por favor, sólo te pido que confíes en mí.—

—...— (Y/N) sabía que no iba a saber más sobre aquel tema, así que decidió dejarlo ahí. Se acercó un poco más al chico y extendió sus brazos para abrazarlo. Después de días en soledad, necesitaba sentir calor  de otra persona.

A Bruno aquello le sorprendió, y no pudo evitar sentir un leve rubor en sus mejillas. Tras procesarlo unos segundos, correspondió al abrazo. —Todo irá bien...— Susurró cerca del oído de la chica que le abrazaba. Y así durmieron toda la primera noche.

{Continuará...}

•Future With You• [Bruno Madrigal × Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora