𖧷 Capítulo 8 𖧷

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Recién era el primer día de los catorce días dónde tenía que hacer todo lo que le ordenaba el Fatui.

— Lo primero que vas a hacer es acomodar y limpiar mi habitación — le exclamó Tartaglia. — Arriba solo hay tres habitaciones iguales, en la que me quiero quedar hay valijas, guarda todo lo que hay en ellas en los armarios. Es una orden. — Tartaglia la miro con unos ojos desafiantes y de superioridad

— ¿Que hay con la carta que podía escribirle a Paimon? - dijo Lumine enojada.

— Adelante, puedes empezar por la carta primero.

”Querida comida de emergencia:
Voy a tardarme un poco más de 14 días en volver a Mondstadt, no te preocupes por mi. Tartaglia me entrego el dinero que necesitaba, pero a cambio me pidió que lo ayude a limpiar y acomodar una residencia que tiene en la Pendiente Tsuijue. Era de saberse que no me iba a entregar el dinero sin nada a cambio. Cuando vuelva, vamos a ir a ver a Gorou a su cuartel a ver cómo se encuentra. ¡No le des muchos problemas a Amber!
No me extrañes."

Lumine que estaba escribiendo en las afueras de la residencia, guardo la carta en un sobre y se la entrego a Tartaglia, dejándole en claro donde se encontraba Paimon.

— Confío en qué no vas a mentirme y esta carta le llegará.

— Princesa, puedo ser muchas cosas, pero no un mentiroso.

Lumine no le hizo caso a su respuesta, y subió al primer piso encontrando la habitación con valijas.

La habitación era muy amplia y ostentosa, como era de esperarse, tenía una cama matrimonial, y una mini sala de estar con sillones y una chimenea.
Antes de desempacar, primero limpio la habitación.

Se puso manos a la obra. Quitó las telas blancas que cubrian los muebles. Barrio todo el primer piso, paso el trapo, limpio las ventanas, etc.

Quería hacer todo bien de una vez, que mal dos veces. Además, con lo exigente que es Tartaglia, si no está todo impecable algo le iba a decir.

Era el atardecer y ninguno de los dos había almorzado.

Tartaglia se acercó por detrás de Lumine agarrándola de los hombros.

— Princesa, ¿no tienes hambre?

A Lumine le hacía ruido el estómago.

— La verdad es que si, supongo que tengo que cocinar yo.

—Naturalmente. — Tartaglia asintió con una sonrisa en el rostro. — Estuve pescando mientras tú limpiabas. Deje el pescado en la cubeta. Haz lo que quieras con el —

— Hay algo que no te guste, señorito? — pregunto irónicamente la viajera

— No existe cómoda que no me guste, así que siéntete libre de cocinar lo que se te plazca. ¿Mi habitación está lista?

— Casi. — asintió Lumine. — Solo me falta desempacar.

Tartaglia le sonrió sin darle las gracias, y se fue en dirección a su habitación.

Lumine empezó a cocinar. La cocina del lugar era muy hermosa. Y amplia, Xianling sería muy feliz cocinando aquí.

La comida estaba lista. Optó por la receta de pescado mandarín agridulce que le enseñaron.

Dejo la comida sobre la mesa, y se dirigió a la habitación de Childe para llamarlo a comer.

Ella tocó la puerta antes de entrar, a lo que Tartaglia la abrió. Lumine tragó saliva al verlo.

Tartaglia se encontraba con el pelo mojado y con una toalla blanca sujetada por su cintura. Lumine no es buena para disimular, pudo divisar todas las cicatrices que había en su abdomen marcado y también en su pecho. La espalda debía estar de igual manera.

— La comida está lista — Anunció la rubia dándose media vuelta para volver al comedor.

Tartaglia la detuvo agarrándola del brazo.

— No tan deprisa, quiero aprovechar que estoy empapado para pedirte algo.

— ¿Que quieres? — exclamó Lumine con voz temblorosa.

Tartaglia tomo asiento en el borde de la cama haciendo un gesto con la mano para que Lumine se ponga detrás de el.

Lumine no tenía opción, se dirigió hacia la cama, se subió y se sentó de rodillas detrás de Tartaglia.

-Ráscame la cabeza — Tartaglia le indicó con las dos manos como hacerlo — Es una especie de masaje o caricia que me relaja.

Lumine suspiró de alivio, siguiendo las indicaciones del heraldo.

Tartaglia solo cerro los ojos disfrutando el momento. El solía vivir estresado. Salvo cuando pasaba tiempo con Zhongli, disfrutaba de la compañía del Arconte. Con el aprendia, entrenaba, iban a restaurantes y casas de té (siempre era Tartaglia el que pagaba las cuentas).
En todo este tiempo, se hicieron muy cercanos. Sentía que el Arconte también disfrutaba de su presencia, le confiaba cosas de su pasado, de la historia de Liyue y Mondstadt, ya que era muy cercano al Arconte de la libertad, de su rol de padre con Xiao.
Los últimos meses eran más dedicados a el aprendizaje de Zhongli como humano, le enseño a satisfacer ciertas necesidades y ser más experimentado en el sexo. Y aun así, a pesar de compartir la intimidad de ambos, la relación entre ellos seguía igual, nada había cambiado, ni sentían vergüenza de ver al otro.







NADA ES GRATIS. - FanFic adulto Chilumi / Tartaglia /Lumine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora