NADA ES GRATIS. - FanFic adulto Chilumi / Tartaglia /Lumine

𖧷 Capítulo 15 𖧷

Ambos se habían ido a acostar.

Tartaglia no paraba de dar vueltas en la cama.
¿De todas las personas con las que se pudo acostar Lumine tuvo que haber sido con ese atrevido? Pensaba el Onceavo.

¿Acaso el Fatui estaba celoso? Intentaba reprimir su enojo.
Tartaglia podía estar con la mujer que quisiera, el era un hombre muy agraciado y de buen porte. Siempre tuvo en la palma de sus manos a las mujeres que le llamaron la atención. Enamoró a más de un corazon.

Lumine tenía una personalidad muy especial, era muy segura de si. Hasta le parecía raro que alguien como ese Yaksha la haya rechazado.

Tartaglia se paró frente al espejo que estaba encima del tocador de su habitación y acerco su cara bien cerca del espejo. Se tocó su nariz, su mejilla,  estaba inspeccionando bien su rostro.

— ¿A quien quiero engañar? Ese pendejo de mierda es más atractivo que yo. — se susurro a su mismo Tartaglia, tapándose la cara con una de sus manos — Además el es una divinidad, y yo un simple loco de guerra. 

Tartaglia se abalanzó con todo su peso en el sillón. Decepcionado de si mismo. Podía compararse con los demás Fatui, pero compararse con un Adeptus era demasiado.

Por primera vez, Tartaglia experimento lo que era no tener confianza en sí mismo. Sentía que este intento de tener cerca a Lumine por catorce días para que ella se fijase más en el era en vano.

— Mañana le diré que es libre  — se autodijo el Fatui, dirigiéndose a su cama para poder descansar.

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— Deberías disculparte con ambos, con Childe principalmente.

Se encontraban caminando el Arconte y el Adeptus por el Estanque Luhua.

— Me disculpare con el Fatui cuando deje de comportarse como un demente, osea nunca.

Zhongli decidió no insistir, aunque Tartaglia no supiera lo de Ganyu, a Xiao le dolía de todas formas. 

— Quiero que entiendas, hijo, que Childe de verdad es muy importante para mí, junto con la viajera son los dos humanos a los que más cariño y confianza les tengo.

Xiao miro al padre de arriba a abajo con un gesto de desprecio. 

— Voy a acabar con el. — Xiao empezó a apurar el paso, alejándose del Arconte.

— Los muros de Liyue tienen oídos. Yo me entero de todo, hijo.

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Sonaba el despertador en la habitación de Tartaglia. El Fatui debía irse a trabajar.

Se levanto de la cama en boxers y fue directo al baño de la habitación a lavarse la cara.

Tartaglia se miro al espejo, sintiendose menos, igual de abatido que ayer.
Se sorprendió al escuchar la puerta de su habitación abrirse.

Al salir del baño inmediatamente, vio a Lumine que se acercaba a su cama con una bandeja que tenía lo que parecía ser un desayuno para los dos.

La viajera al ver al Fatui en paños menores se ruborizó, pero no aparto la mirada.

— ¡Buenos días! — le sonrió Lumine — Ayer me fui a dormir pensando en que nunca te hice un desayuno y terminabas desayunando afuera.

— Que lindo gesto princesa, muchas gracias.

Lumine lo invito a la cama, Tartaglia se puso una de sus camisas y se sentó en frente de ella en la cama a desayunar. Ambos empezaron a comer mientras hablaban de todo un poco.

Tartaglia al pasarla bien con Lumine, decidió no decirle que se vaya. Le tenía miedo a la soledad. El aprendió a valerse por sí mismo desde muy corta edad. Aunque no cocina muy bien y la mayoría de las veces come en restaurantes o pide comida para llevar. Era lindo lo mimen un poco..

— ¿Te gustó el desayuno?  — pregunto Lumine.

— Muy delicioso princesa, fue una linda forma de pasar la mañana antes de irme a trabajar. Vuelvo de noche princesa, te dejo dinero en la mesa del comedor para lo que gustes.

— Que se te sea leve tu día de trabajo, Tartaglia.

— ¿Sabes que mi nombre real no es Tartaglia verdad?

— Nunca lo había pensado—

— Puedes llamarme Ajax — el Fatui se dirigió a la puerta para irse, regalandole una sonrisa a la rubia.

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Terminando su jornada laboral buscando deudores de Liyue, Tartaglia se acercó al centro de la ciudad a realizar una compra específica.

Al volver a su residencia, Tartaglia cargaba unas bolsas.
Entro y vio a Lumine sentada en el sillón de la sala, con otra de sus camisas bordo y con el pelo mojado, parecía que recién había terminado de bañarse.

— ¿ Otra vez compraste comida? Fui al centro a comprar los ingredientes para la cena de hoy — dijo Lumine en un puchero.

Parecian una pareja de recién casados.

— No princesa, es un regalo para ti —

Lumine se sorprendió y agarró una de las tantas bolsas, el Fatui se quedó con una en la mano.
Lumine saco de las bolsas diversos vestidos cortos, todos sueltos que no le iban a permitir quedarle ajustados, de tonalidades oscuras, todos de seda de la más alta calidad.

— ¡Tartaglia gracias! ¿Ya te estaba molestando que use tus camisas no? — Lumine río y se acercó al Fatui dándole un amistoso beso en la mejilla como agradecimiento.

Tartaglia se sonrojo, quería abrazarla, pero se contuvo.

—No me molesta que uses mis camisas princesa, es más, cuando te veo con ellas me dan ganas de abalanzarme encima de ti. — Tartaglia vio a la viajera ruborizarse. — En está otra bolsa también hay un regalo para ti.

Lumine lo agarró feliz, aunque cuando lo desenvolvió y divisó el contenido, se le esfumó la sonrisa.

— ¿Qué es esto? Pregunto Lumine con espanto.

Tartaglia tenía una sonrisa burlona y de superioridad.

— Un disfraz de mucama maid, así disfrutaré más verte cumplir todas mis órdenes.