NADA ES GRATIS. - FanFic adulto Chilumi / Tartaglia /Lumine

𖧷 Capítulo 24 𖧷

Arte de la portada /kmengomi117

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Después de bañarse por separado, a petición de Lumine, se ve que le daba vergüenza bañarse delante de él, los dos caminaban en el pasillo dirigiéndose hacia sus habitaciones.

- Que descanses princesa- Tartaglia con sus dos manos la tomo de sus mejillas y le dió un suave pero ruidoso beso en los labios.

- Espera Ajax.. me haría mucha ilusión que durmamos juntos.

- Así será entonces - El Fatui sonrió mientras sentía como le palpitaba el corazón de la felicidad, esa propuesta lo puso feliz. La tomo de la mano y fueron caminando hacia la habitación, ambos tenían mucho sueño ya.

Al llegar a la habitación, apagaron todas las luces menos una, que era de la mesita de luz del lado donde iba a dormir la rubia.
Tartaglia se recosto, esperando un saludo de su compañera.

- Buenas noches - dijo Lumine dándole un pequeño beso en sus labios. Se giró dándole la espalda al Fatui, y el la abrazo por detrás.

Lumine se durmió al instante pero a Tartaglia le costó más dormirse. Estaba tan feliz de estar durmiendo a su lado. El podría ser un adulto muy experimentado con muchas mujeres, pero nunca experimento esta sensación. ¿Tal vez de verdad era amor lo que sentía por ella?
No lo sabe afirmar con certeza, ya que nunca había sentido amor hacia una mujer, pero definitivamente, el queria estar al lado de Lumine. Ya no le interesaba una vida de lujuria llena de mujeres. Solo quería darle todo su corazón a ella.

Pero hay un problema, los dos son muy distintos, tal como dijo Diluc "Heroína y Villano" y a Tartaglia no le temblaba la mano para matar o secuestrar si la Zarina se lo ordenaba. Lumine no estaría a gusto con alguien así a su lado.
¿Debe ser hora de abandonar la asociación de Snezhnaya? No por el momento, ese es un problema del Tartaglia del futuro.

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Obviamente, como era de esperarse, Tartaglia se despertó primero. Hoy tenía el día libre, así que con cuidado se levanto para no despertarla. Pero quería esperarla para desayunar, así que se fue al patio trasero de su mansión para practicar con su arco.

- ¿Pero cuanto tiempo más piensa dormir esta mujer? Ya pasa el medio día. - Tartaglia dejo de practicar su puntería y ya subió a su habitación directo a despertarla.

Cuando entro, ella seguía durmiendo lo más normal, dormida boca abajo, bebeando por las comisuras de los labios, pero está vez no la apenaba despertarla, quería pasar tiempo con ella en su día libre.

- ¡De todas las princesas de los cuentos de hadas me viene a enamorar de la bella durmiente! - Le vociferó Tartaglia decidió no ser delicado y suave está vez e intento despertarla golpeandola con uno de los almohadones en el trasero, pero se freno en seco al darse cuenta de algo.

Tartaglia dijo la palabra "enamorar". ¿El inconsciente del Fatui admitió estar enamorado? Lumine estaba muy dormida para haberse percatado de lo que dijo.

- Por favor Childe un ratito más - bostezo Lumine dándose media vuelta, ignorandolo.

- Ni hablar, a levantarse, quiero pasar mi día libre contigo. - Tartaglia se dirigió al ventanal que estaba cubierto por unas amplias y rojas cortinas que evitaban el paso de la luz, el las abrió, dejando entrar todo el sol.

Al sentir tanto sol a Lumine no le quedó otra que levantarse y ponerse de pie.

- Eres malo - bostezo Lumine, refregandose uno de sus ojos.

- Y puedo ser el hombre más malo del mundo si alguien intenta hacerte daño - Tartaglia la tomo de la cintura y le dió un fuerte beso de buenos días para despavilarla.

- ¿Entonces no quieres volver a pelear contra mi? - Lumine hasta parecía desilusionada.

- No te equivoques, no hay nada que quiera más que una revancha contigo.

- ¿Vamos a desayunar? Tengo hambre- Le pregunto Lumine.

- Vamos a almorzar querrás decir. ¿Sabes qué hora es? Encárgate de el almuerzo y yo me encargo de la cena. ¿Te parece bien?

- Tartaglia, me preocupa mucho que cocines tu.

El Fatui empezo a reírse y la empujó contra la cama en modo juguetón por lo que le había dicho. Lumine ya lo conocía y sabía que su destreza en la cocina era de las peores.

- Puedes despreocúpate princesa, contrataré un chef.

- ¿¿¿Un chef???

- Así es, quiero una cita con mi princesa. Pero lo haremos aquí en el balcón de mi habitación que es el más grande - Le comentó Tartaglia con aires de ostentoso - Y otra cosa más, cuando te estés preparando, te voy a entregar la ropa que te vas a poner.

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Lumine había salido de un cálido baño de burbujas. Estaba con una bata blanca sentada en el tocador, secando con una toalla su rubia cabellera, mientras esperaba a que el Fatui le entregué la ropa que iba a ponerse. Deseaba que no sea algo humillante de nuevo como el traje de mucama.

Se escuchó que alguien tocaba detrás de la puerta de la habitación de Lumine. Ella se acercó y abrió la puerta.

Era Tartaglia, que también parecía recién salido de bañarse, estaba con su propia bata azul. Tenía en las manos una caja medianamente grande, forrada de color gris, con un moño grande de color rojo.

- Sigo pensando que estás loco, así que puedo esperarme que aquí adentro haya cualquier cosa. - Le dijo Lumine mientras tomaba la caja.

- Te espero en una hora en el balcón de mi habitación princesa, no hace falta que toques la puerta. - Tartaglia se dió media vuelta sin dejar que Lumine le diga nada.

Lumine cerró la puerta y apoyo la caja en su cama, deslizó los lazos del moño, desenredandolo. Abrió la caja de la tapa y se sorprendió.

- Woow, es hermoso. -

Lumine divisó un delicado vestido negro, con una tela opulenta de seda con pequeños destellitos brillantes. Venía acompañado de dos guantes largos también de color negro y unos zapatos de tacón haciendo el conjunto todo del mismo color.
Revolviendo un poco más el contenido de la caja, vio un conjunto de ropa interior de encaje, también de color negro.

Lumine no aguanto la ansiedad y se colocó la ropa interior y el vestido. Aunque decidió no ponerse sostén ya que le quedaba más cómodo.

El vestido le quedaba pintado, le llegaba a sus rodillas y la elección del color negro hacia ver su piel y su pelo más sedosos por el contraste.
Lumine se terminó de poner los guantes que casi le cubrían todos los brazos y los zapatos. Se dió media vuelta mirándose al espejo. Se sentía linda, hacia mucho que no le prestaba atención a su propio cuerpo. Estaba ansiosa porque llegue la hora de encontrarse con el Fatui que le había devuelto un poco de tranquilidad.