La historia es +18, advertencia de contenido adulto, existe la violencia y los escenarios sexuales a medida que avanza la historia. Por favor, leer con discreción.
Todos los personajes en mi historia son
mayores de edad.
❌ QUEDA TERMINANTEMENTE P...
Lumine comenzó a llorar de la alegría, y Tartaglia al verla llorar, el también empezó a lagrimear.
Se fundieron en un largo y fuerte abrazo, mientras seguían acostados en el césped.
Aunque una presencia los asombró.
- ¡Ahí voy yo! - Ásther se avalanzó y se tiró encima de sus padres.
Ella se despertó y al salir al jardín, los vio abrazados en el suelo.
La familia de tres comenzó a reír en el suelo mullido del césped, mientras Tartaglia con sus dos brazos abrazaba fuerte a las dos mujeres más importantes de su vida.
- ¿Estaban jugando de nuevo a las luchas? - Pregunto Ásther exaltada.
- Mañana si duermes la siesta antes de que llegue, vamos a comprar tus juguetes. - Tartaglia le esquivo el tema.
Ásther levanto las manos en un gesto de alegría.
Allí se quedaron los tres, jugando en el césped hasta que se agotaron y la noche se hizo presente.
La familia estaba acostada en el suelo, Tartaglia en el medio, Lumine a la derecha, y Ásther a la izquierda, apoyadas en el pecho del Fatui, mientras él le acariciaba el cabello a las dos.
Se quedaron un buen tiempo contemplando las estrellas bajo la luz de la iluminada luna.
Las estrellas eran más visibles en Inazuma que en Liyue. Ya que en la tierra de los contratos hay demasiada luz.
- Papi, mami. ¿Qué son las estrellas? - Pregunto la pequeña.
- Todas las personas le dan un significado distinto a las estrellas hija mía. - Respondió Lumine. - Para mí las estrellas son agujeros en el cielo desde los cuales se filtra la luz del infinito.
- Wooow. - Comento Ásther asombrada. - Voy a dibujar las estrellas. ¡Ya vengo!
Ásther se levanto rápidamente y de dirigió a la Hacienda a buscar lápices y papel, dejando por un momento a sus padres solos.
- Es una pequeña maravillosa. Deseo con toda mi alma que sea feliz. - Suspiraba Lumine.
- Yo me voy a encargar de que sea la mujercita más feliz del mundo, no te olvides que tenemos pendiente darle un hermanito o hermanita. - Exclamó el Fatui mientras tomaba a la rubia del mentón para otorgarle un dulce beso.
- Ásther sería la mejor hermana mayor del mundo, es muy amable y afectuosa. No sabes lo bien que se llevó con el hijo de Thoma a pesar de ser un año menor que ella.
- Podría también hacerse una amiguita y no tanto un amiguito.
- Que difícil la tiene mi hija, teniendo un padre tan celoso como tú. - Lumine se reía cariñosamente de Tartaglia.
- Más difícil la va a tener él pretendiente de mi hija... Voy a retarlo a un duelo para que demuestre su valía.
Ambos comenzaron a reír imaginándose la situación.
- ¿Ásther está tardando mucho, verdad? Algo habrá roto y lo está queriendo esconder, estoy seguro. - Aseguró Tartaglia entre risas, amaba la personalidad de su pequeña.
- Tienes razón, voy a buscarla. - Lumine se levanto del césped, pero al dirigir la mirada hacia la hacienda se petrifico. - ¿Ajax... Porque las luces siguen apagadas?
El ambiente feliz se cortó.
Tartaglia se levanto inmediatamente.
Ambos padres miraron hacia la Hacienda, paralizados.
Algo no andaba bien, ambos podían sentirlo.
Su lado racional quería ingresar lentamente dentro de la casa, pero se trataba de su hija. No podían ser racionales, debían seguir su instinto y pensar con rapidez.
Ambos corrieron velozmente, y al abrir la puerta, una energía electro los invadió violentamente, queriendolos empujar hacia atrás.
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