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- Naruto ¿cómo te fue en la práctica mi amor? – besó con ternura los labios, sabiendo que esa acción mataba de celos a los presentes.

- Estoy cansado ¿podemos irnos? – Sonrió al saberse con toda la atención del pelinegro – Oh, lo siento, hola chicos – miró con risa burlona a la castaña – Hola Izumi –  no contestó, miró con odio al rubio quien solo sonrió, colgándose del cuello de Itachi, diciéndole lo mucho que lo ama.

- Vámonos bebé quiero ir a casa – al decir casa se refería a la del rubio, prácticamente vivía con él, todos los días se quedaban juntos, sabía que Jiraya no volvería todavía, y entendía su dolor, era un proceso muy largo de aceptar y superar, y los trámites que estaba haciendo debían destrozarle el corazón.

- Claro, adiós chicos, espero duerman muy bien, así de bien como lo hago yo – guiñó el ojo a los amigos de su novio, los odiaba, los odiaba por destruirle la vida a su hermano y a su familia, pero la primera en pagar sería Izumi.

- ¡Maldito rubio, lo odio! – Gritó Izumi – me las va a pagar –

- Cálmate, no ganas nada con ponerte así, tenemos un problema más grande –

- Yahiko tiene razón, Itachi no dirá nada, pero si lo hacemos enojar seguro le contará todo a Naruto y tú linda, no creo que quieras que el rubio se entere de todo lo que le hiciste a su hermano o ¿si? –

- No – la castaña comenzó a rascar su cuello con desesperación, el estrés que tenía le causaba comezón en esa zona – está bien, me calmaré –

- Bien – Deidara miró a Yahiko con duda, Izumi no se veía nada bien, había visto a Menma más de una vez, y cada día se veía más descompuesta – será mejor que nos vayamos, anda Izumi te dejo en tu casa –

- Claro – sonrió como si nada hubiera pasado, como si no se hubiera enojado hace unos momentos cosa que alertó aún más al rubio.





- Amor, hoy tengo que ir con el profesor Kakashi –

- Claro, entonces te veo más tarde o ¿quieres que te espere en tu casa? –

- No, quiero que me acompañes, él ya sabe que te conté todo, descubrió algo, quiero que estés presente –

- Bien, vamos a comer y después a casa del profesor, te amo – el azabache sonrió con ternura, nunca tendría el tiempo suficiente para pedirle perdón.

- Yo también te amo – no supo en que momento su odio y apatía hacia el azabache cambio, no lo toleraba, lo odiaba, pero poco a poco se dio cuenta que no era como los demás, que la culpa que sentía por no defender lo suficiente a su hermano, lo estaba atormentando todos los días, ahora lo amaba, algo que nunca imaginó.

Ambos fueron a comer cerca del centro comercial, no tenían ganas de estar en casa del rubio, en ocasiones Naruto sentía sofocarse en ese lugar que solo estaba lleno de recuerdos dolorosos.

- No has comido mucho –

- Estoy nervioso, tal vez debería dejar las cosas como están –

- No, debes hacerlo, Menma no se merecía todo eso, tampoco tu familia, ustedes deberían haber sido felices y ellos los lastimaron, creen que por ser ricos pueden hacer lo que quieran y a quien quieran –

- Tienes razón, solo me siento tan solo, extraño a mi abuelo, a mis padres, a .... – limpió las lágrimas que salían, todo dolía, solo había estado aguantando él mismo su dolor – perdón –

Please forgive meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora