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Menma caminaba por el largo y enorme pasillo de la escuela, día tras día su martirio crecía al pasar por ellos, pues era víctima de cada uno de sus compañeros, en especial del grupo de amigos de Sasuke y su novio. Desde que había terminado con Kakashi, su asistencia a la escuela era meramente obligatoria, no podía decirles a sus padres los abusos que sufría. Trató de alejarse cuando vio al chico de cabellos platinados y lilas, tan apuesto, pero daba miedo, a su lado estaba Deidara. Tomó con fuerza su mochila y agachó la mirada, era lo que hacía cada que los veía. Sintió como su hombro tronaba, eso imagino, al golpearse con los lockers que se encontraban a su izquierda.

- ¡Quítate imbécil! – gritó Hidan al tiempo que empujaba al azabache contra los lockers – eres un maldito estorbo – levantó su mano izquierda y con ella tomó la cabeza de Menma y la golpeó contra el metal, el azabache solo cerró los ojos, sintiendo como se humedecía por la sangre que salía a causa del golpe – solo sirves para eso, e imagino que para follar también ¿por eso tenías contento al profesor Kakashi? – pasó su lengua por la mejilla del menor y comenzó a reír.

- Apúrate imbécil – Deidara miraba con desdén a Menma, lo odiaba tanto que no razonaba en la consecuencia que le traerían sus actos posteriores. – Como te gusta perder el tiempo con ese maldito muerto de hambre –

- Quiero saber por qué el profesor estaba loquito por ti perrita – le dijo en el oído, pasando de nuevo su lengua por segunda vez.

Ambos chicos se alejaron, los demás compañeros solo miraban, nadie se atrevía a defenderlo, o era él o ellos, preferían contribuir al acoso, al final solo eran estudiantes cobardes que creían que el pelinegro merecía todo lo que le pasaba. Menma limpió la sangre que corría por su rostro, no valía la pena ir a la enfermería, ahí tampoco preguntaban qué pasaba y no les interesaba, limpió sus lágrimas y se dirigió a su salón.

Los días cada vez eran peores, Hidan era el que se encargaba de golpearlo en todo momento, amenazándolo con hacerle mil cosas si le contaba a alguien sobre lo que pasaba. No lograba entender por qué le hacían todas esas cosas malas y feas.

- ¡Hey imbécil! – gritó Hida, al ver caminar a Menma – ven acá – el llamado se acercó con miedo, sería peor si lo ignoraba, la última vez que trato de hacerlo, el maldito de Hidan le fracturó la muñeca. – Ya estás aprendiendo, sabes quién manda, ahora quiero que hagas mi tarea, la necesito para mañana a primera hora – jaló del cabello al azabache al ver la mueca de disgustó que hizo - ¿me estás contradiciendo? –

- Jamás haría algo así – contestó el menor con miedo, cerrando con fuerza su puño derecho, si tan solo tuviera el valor de defenderse, de golpear al maldito abusador – yo la haré – una carcajada resonó por todo el patio, viendo cómo se alejaba el pobre de Menma.

Un pequeño chasquido hizo que volteara a ver quién le llamaba, comenzó a sudar al ver a Menma sonriéndole, eso era imposible ¿Verdad? Él estaba muerto, Hidan se había burlado de todos, él no había visto al azabache, pero no podía creer como había enloquecido Izumi, siempre diciendo que Menma la acosaba, que había regresado del más allá solo por venganza. Él no caería en su juego, iba a reunirse con sus amigos, Deidara le había dicho que se reunirían con Itachi y Naruto. Habían decidido mantenerse lo más cerca posible a esos dos y tenerlos bien vigilados.

Corrió hacia la salida principal de la escuela, en esa dirección el azabache había huido, todos los estudiantes le impedían ver bien, el alboroto por el evento deportivo había vuelto una locura la escuela. Se quedó inmóvil por un momento, observando a su alrededor, el maldito marica tendría que estar cerca.

Sus manos comenzaron a sudar y su cuerpo temblaba, solo podía recordar unas cuantas cosas, pero no estaba tan seguro, no es como si hubiera estado en sus cinco sentidos todas las veces que molestó al menor.

Please forgive meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora