Día 1: Presentaciones

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Disculpad que no me haya presentado antes, pero no era el momento oportuno.
Antes que pienses que es el típico libro que puedas leer en otro sitio, quiero que sepas una cosa.Me da igual. Puede que la encuendres adictiva o una pura bazofia que no sabes si reír o darme un tiro.
Como ya había dicho antes el final de la historia está por determinar. En un primer momento creía que esta historia sería mucho más breve, puesto que muchos apostaban verme en mi entierro el otro día.
La psicóloga me obliga a hacer esto por motivos obvios: que no vuelva a inentar suicidarme.
No sé si con esta tontería llegaré a buen puerto, pero le daremos un voto de confianza a este experimento.
Sin más demora me presentaré (da la sensación de estar en alguna asociación de alcohólicos anónimos o alguna cosa por el estilo), me llamo Annabelle Williams, tengo 17 años recién cumplidos en una fiesta que sólo asistí yo. Soy hija única, podría haber tenido más hermanos, no obstante mi madre sufrió varios abortos naturales.
Dicen que sufro depresión y que antes de medicarme prefieren utilizar métodos alternativos.
Mi físico es algo indiferente, en resumidas cuentas soy una chica del montón. Ni alta ni baja, ni gorda ni delgada, ojos castaños oscuros casi negros que están ocultos por unas gafas de pasta negras; mi pelo seco ondulado es de un negro azabache con algunos mechones blancos.
¿ Quién querría llegar a conocerme?
Mi mejor amigo, que a veces me abandona cuando hay ruido, se llama Silencio. Es algo tímido, sin embargo nos llevamos muy bien.
El asunto clase es otra historia que ya escribiré más adelante, ya que todavía tengo que hacer deberes para mañana.

Memorias del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora