White Rose|| l.s omegaverse

Capítulo 8

Señalar faltas de ortografía.

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Estaba terriblemente nervioso.

Estaban sus amigos, Harry y Louis en la comisaría, esperaban que alguien los llamara para poder declarar. Louis estaba decidido en contar todo lo que le hizo anteriormente.

Todos lo apoyaban, lo protegen, a él y a su cachorro.

–Louis Tomlinson– una voz gruesa lo saca de sus pensamientos, viendo que era uno de los policías, lo llamaba para declarar– Sígame– caminaron hasta una pequeña habitación al final del pasillo.

Era de un color gris, y tenía solo una mesa y dos sillas, en una estaba sentado un policía, y en la otra se tenía que sentar él.

Empezó a relatar todo lo que vivió con Jackson. En algunos momentos su voz se cortaba, sentía tanta importancia, porque si el no se hubiese ido, su cachorro pasaría por ese maltrato, tal vez y ahora el pudo haber terminado en un hospital.

Su declaración duró 30 minutos, después Harry ingresó a la habitación, también para declarar lo que pasó aquella vez en casa de su hermana.

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Dos horas después, estaban saliendo de la Comisaría.

–Deberías ir a descansar, cariño– Gemma habla hacia Louis.

–Si– sonríe cansado– chicos, yo quería darles las gracias por acompañarme.

–Siempre te acompañamos, Lou, a donde sea– Zayn lo abraza cálidamente.

Se despidieron todos, Liam y Zayn tenían que recoger a Andrew y Gemma tenía que trabajar.

–¿Quieres que te lleve?– Harry pregunta.

–No quiero incomodarte, puedo tomar un taxi.

–No hay problema, vamos– indicó donde estaba el auto.

El camino a casa fue silencioso, nada incómodo, no se dió cuenta cuan tenso estaba hasta que su lobo se tranquilizó apenas sintió el aroma del alfa impregnado en todo el auto.

Cuando el Audi se estacionó frente a su casa, Louis pensó rápido en como estar más tiempo con el Alfa, el quiere estar más tiempo con el Alfa.

–¿Quieres tomar un café? – cuando la pregunta abandonó sus labios, sus mejillas se tornaron de un suave carmín– como agradecimiento, por lo de hoy– trató de ocultar sus nervios.

–Claro– una pequeña sonrisa se asoma en el rostro del rizado.

Harry por primera vez estaba en casa de Louis, y para ser honestos, nunca sintió la necesidad de quedarse en un lugar para siempre hasta que estuvo dentro de la pequeña casa. El aroma del Omega estaba impregnado en todas partes, y eso le encantaba, pero no sabía porque exactamente.

Louis preparó el café y algunas galletas con relleno las puso en un plato. Ahora estaban sentados en el sofá mientras veían "El Rey León" y Louis es algo... sensible.

Justo en la escena donde el padre de Simba muere, Harry escucha pequeños sonidos, voltea el rostro y logra ver pequeñas lágrimas caer en el rostro del oji-azul.

–Hey, Lou, ¿Qué pasa?– suavemente lo atrae para acomodarlo entre sus brazos.

–S-se murió, bebé está triste.

–¿Bebé quiere ver otra película?– suavemente acaricia el lacio cabello de Louis.

–No, bebé quiere dormir– adormilado por las caricias, se acomoda para quedar abrazando a Harry.

Y esa noche, durmieron abrazados en el sofá, con Harry acariciando la pequeña pancita del Omega, desprendiendo su aroma para envolver a la persona entre sus brazos, sintiéndose en paz.

Ambos estaban en paz.

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