White Rose|| l.s omegaverse

Capítulo 9.

Señalar faltas de ortografía.

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Puede que haya tomado un poco. Pero solo un poco.

Estaba indicándole al chofer por donde ir, no era demasiado tarde, solo que estuvo bebiendo muy temprano, cerró un gran contrato y quiso celebrarlo, se sentía muy estresado, y un par de copas lo relajaron.

–Hemos llegado, señor.

–Muchas gracias– se bajó del auto y le dió un billete de 50 dólares, creyó que estaba bien darle una propina.

Caminó hasta la puerta de la casa y tocó 3 veces, unos pasos se escucharon y la puerta fue abierta, vió como un pequeño omega apareció.

–¿Harry? ¿Estas bien? –la confusión y preocupación en su rostro era evidente.

–Ho-Hola– tartamudeo el Alfa– Quería v-verte, estoy un poquito ebrio– junto sus dedos dejando un pequeño espacio.

–Claro, pasa, te daré un poco de agua– sonrió mostrando sus arruguitas en sus ojos.

El oji-verde se sentó en el sofá, esperando al castaño que fue por agua. Tras un par de minutos regresó.

–¿Quieres contarme por qué estás ebrio?

–Yo solo quería celebrar un contrato, pero me pasé de copas– una risa tonta llena la habitación.

–Y, ¿viniste aquí para verme?– la pregunta sarcástica se escapa de sus labios.

–Si, exacto– estaba somnoliento.

–No duermas en el sofá, vamos al cuarto de huéspedes.– pasó su brazo por la espalda de Harry, pero este lo abrazó, escondiendo su rostro en el cuello de Louis.

–No, tu olor no está ahí– dejó pequeños besos en el cuello del más bajo.

–P-puedes dormir en mi habitación, y yo d-duermo en la de huéspedes– las palabras salieron entrecortadas gracias a los suaves besos en su cuello.

Caminaron hasta la habitación del castaño, cuando entraron, el alfa aún seguía abrazado a Louis.

–Hazz– lo llamó– a la cama, tienes que dormir– con unos cuantos pasos ya estaban frente a la cama y Harry solo se tumbó, haciendo que el oji-azul quedara al lado de él.

Lo abrazó.

–Quédate, por favor, no me dejes– su voz salía tan baja y un poco decaída, que Louis solo lo abrazó y empezó a dejar pequeñas caricias en su cuello.

–No me iré, tranquilo.

Harry conectó sus ojos verdes con los azules de Louis.

–Eres hermoso– dijo con total admiración– Tan hermoso como una Rosa Blanca.

Louis sonrió algo nervioso pero maravillado por las agradables palabras del rizado. Dejó un tierno beso en la frente del alfa.

–También eres hermoso, Hazza.

El corazón de ambos latía sincronizadamente, acelerados, enamorados.

En los brazos del otro durmieron, dejándose llevar por sus olores combinados, creando un ambiente tan precioso.

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