Capítulo 14

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N: ¿Que demonios haces?- preguntaba con los nervios desatados ante lo poco escuchado.

Az: Me ha pegado... esa hija de puta me ha pegado- señalaba la puerta cerrada de la vivienda.

N: ¿Que le has dicho?... Azucena... ¿que le has dicho?

Az: Nada que no sea verdad... que importa... no es más que una pu- su boca volvía a ser callada por la mano de Natalia.

N: No vuelvas a llamarla así... ni lo intentes Azucena.

Az: ¿Te pones de su lado?... ¿te recuerdo quien es tu mujer?

N: Ve a mi casa... vete a mi casa

Az: Si vienes conmigo, de lo contrario no me muevo de aquí.

N: No lo quería así- se tapaba la cara ofuscada- te juro que no lo quería así- se descubría el rostro, subía los escalones y aporreaba la puerta- Alba...

Az: No lo hagas Natalia, detente ahora mismo o te vas a arrepentir toda tu vida.

N: Alba ábreme- gritaba golpeando la puerta- mierda- lo dejaba mirando hacia la vivienda buscando una forma de entrar.

Az: La última oportunidad Natalia, volvamos a que tus padres y hablemos de esto tranquilamente- poco a poco y viendo la actitud de Natalia, un miedo no conocido comenzaba a quemarla por dentro- Natalia hazme caso.

N: Alba- ignoraba las palabras de su mujer y se centraba en mirar por una de las ventanas intentando encontrar a Alba- joder- rompía el cristal de la misma con su codo.

Az: Entra ahí y convertiré tu vida en un infierno.

N: El infierno eres tú- apartaba con verdadera ansiedad los cristales de la ventana, buscando hacer un hueco para entrar.

I: Por la virgen enceráh... ya se ha liao- veía a Natalia y a Azucena en la entrada de la vivienda Reche, todavía en el coche con Santi.

A: Joder... ¿y esta que hace aquí?

Az: Pienso contarlo todo, todo el mundo va a saber quién eres y lo que haces- continuaba con sus amenazas intentando que desistiera.

N: No sabes lo poco que me preocupa eso ahora mismo- se colaba por la ventana.

Az: No eres más que una anormal... ¿me oyes?... y todo el mundo lo va a saber- gritaba ya desquiciada.

Mientras tanto a unos metros de ahí.......

- Señor- abría la puerta de un vehículo.

P: ¿Todo bien?

- Si... pero... me dirigía a la finca Reche... se escuchan voces.

P: ¿Voces?... ¿Está Encarna?

- No, su hija lleva unos días aquí.

P: ¿Y qué haces aquí?... vamos para allá... Rosario

Ro: Os he odio... ¿Qué pasará?

De regreso a la finca Reche...

N: Alba- entraba por la ventana- auch- se cortaba en la pierna con un cristal.

A: Vete... vete de aquí- se abrazaba así misma, sentada en contra la puerta.

N: Alba- llegaba hasta ella y se arrodillaba- no hagas caso a nada de lo que te ha dicho, no habido nadie más que tú y... y... y ella pero... tienes que creerme.

A: Yo tengo que creer en ti pero ¿y tú?- la miraba de frente.

N: Han sido celos... nunca los he sentido y no se manejarlos- no podía ser más sincera.

La SexólogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora