Ataviada con un vestido con escote palabra de honor, de color negro y largo hasta medio muslo, esperaba junto a su madre a que el maitre las acompañara a la mesa.
En: Alberto nos acompañará más tarde.
A: Bien.
- Señoras, cuando quieran las acompaño.
En: Si gracias- seguía al maitre y detrás de ella lo hacia Alba. Ya en el salón divisaba en una mesa a los Lacunza cenando, deteniendo su caminar.
A: ¿Qué ocurre?
En: Si lo prefieres cenamos en otro sitio- giraba su cuerpo para que su hija pudiera ver la mesa.
A: Eh - su corazón daba un vuelco al distinguir su espalda y la de su mujer- no veo problema- disimulaba tratando de no demostrar la menor emoción.
En: ¿Seguro?- preguntaba mirándola fijamente.
A: Si- trataba de no fruncir el ceño ante lo extraño del comportamiento de su madre- lo único es que prefiero que cenemos aparte.
En: Como quieras, pero Pedro insistirá, ya lo conoces y sabes que te tiene adoración- le sonreía y giraba su cuerpo para continuar avanzando hacia al salón.
Imitaba a su madre caminando tras ella, mientras sus manos comenzaban a sudar por los nervios que la situación provocaba en ella.
Durante el último tiempo, había luchado por apartar de su mente todo lo relacionado con el matrimonio de Natalia. No queriendo pensar en aquello que compartirían o lo que harían. Pero ahora iba a compartir espacio con ellas, conociendo de antemano el dolor, que ver ciertas cosas entre ellas, le produciría.
A pocos pasos de la mesa, hacía un esfuerzo para aparentar normalidad y ya mostraba su mejor sonrisa mirando a Pedro.
P: Esto sí que es una sorpresa- las recibía puesto en pie.
En: No os levantéis- pedía al resto de comensales.
Nada más escuchar su voz y sin girarse aún, su corazón comenzaba a bombear al límite de la taquicardia. Más, cuando por primera vez en su vida, envidiaba a su padre, al verlo abrazar a una Alba, que ante sus ojos aparecía como la mujer más hermosa del planeta.
Tratando de calmarse y de no quedar en evidencia, apretaba sus manos por debajo del mantel.
Mientras tanto, otra era también sorprendida por la presencia de Alba allí, pero a esta no se le alteraba el corazón si no la rabia al verla- que ganas tengo de borrarte esa estúpida sonrisa de la cara me las vas a pagar todas juntas- pensaba mientras la miraba sonriéndole.
Escuchaba como Pedro, Rosario y su madre debatían si se unían a la mesa, mientras cruzaba un segundo su vista con ella, y lo que veía en sus ojos, le hacía cambiar su posición disimuladamente, para quedar a su lado.
Y Natalia cuando la sentía a su lado, con su olor colándose por sus fosas nasales, dejaba una de sus manos en el apoyabrazos, buscando tener al menos, el consuelo de poder rozarla.
La veía colocar su mano en el apoyabrazos y nuevamente con disimulo, y tratando de que su pierna las encubriera, rozaba su mano con la suya propia un segundo. Segundo que Natalia aprovechaba para unir sus dedos índices, apretándolos.
En: Os dejamos continuar cenando, después si acaso tomamos una copa juntos- daba por finalizada la discusión y a su vez la unión de sus dedos.
P: Doctora, dame otro beso- pedía alargando su mano hacia Alba- no creo que haya Doctora más guapa en todo este país.
A: Adulador- unía su mano con la de él y al momento se la besaba.
En: Vamos Alba- apremiaba a su hija.
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La Sexóloga
FanficSinopsis: Alba es psicóloga y prepara su tesis para su doctorado en sexología. Natalia vuelve de un largo viaje junto a su esposa para hacerse cargo de la empresa familiar el viñedo Lacunza-Reche. Adaptación Historia original de gemo