Maratón 1/2
#VuelveMack
D A N N A
Pasaron dos días desde que mi hermana menor, Mackenzie, desapareció. Dos días donde con mi madre no comemos ni dormimos bien. Dos días escuchando lo que la gente del pueblo dice de nosotras. Dos días donde la policía local da vueltas de aquí allá investigando todo. Dos días que han sido un infierno para nosotras entre el silencio e incertidumbre de no saber absolutamente nada de Mack.
Ya es lunes. En el trabajo a mamá le dieron unos días libres para poder estar en casa conmigo y pendiente de los avances del caso. Mi tío se encargó de hablar con la directora de la escuela para que yo tampoco vaya, al menos por esta semana él me dijo que no me preocupara. Sinceramente mucho no había pensando en eso, solo logro concentrar mis pensamientos en esa noche donde mientras yo me divertía y estaba drogada, mi hermanita menor vivía una pesadilla real.
Zev y Cody aparecieron el sábado por la mañana en la comisaría. Al principio no reaccioné, seguía en shock. Cuando sentí los brazos del pelinegro rodeándome por primera vez después de horas de haberme enterado y tratado de desintoxicarme fue que exploté en llanto. No me importó quienes me vieran y/o escucharan. Necesitaba eso, que alguien más me sostuviera.
Entre los dos me contuvieron hasta que pude calmarme algo. Mi tío para ese entonces ya había llegado y no podía creer nada de lo que sucedía. En un momento me cegué creyendo que culparlo iba a ser la mejor solución, que así terminarían rápido la investigación y podría tener a mi hermana conmigo. Le hice un escándalo a tal punto que casi llaman a una ambulancia y me inyectan un calmante. De nuevo, gracias a los chicos no me hicieron nada porque ellos se encargaron de mi inestabilidad.
Luego de lo que fueron horas, estando más calmada y siendo obligada por los chicos a comer algo, mientras todos los adultos habían desaparecido tras una puerta gris después de haber sido llamados por un oficial. Pudieron explicarme que habían ido casi corriendo con los padres de Cody a la comisaría porque iban a presentar pruebas de que fuimos todos drogados con una droga lo suficientemente fuerte para olvidar todo lo que sucedió esa noche después de las 00. Así también quedaba impune de sospechas en el caso de mi propia hermana. Cuando escuché eso me pareció ridículo, ¿cómo iba a hacerle algo así a Mack? ¿Fingir este dolor?
Ahora podía entenderlo un poco mejor, ellos no sabían cómo era mi relación con Mack. Para la policía, todos éramos sospechosos hasta que se probara lo contrario.
Así fue como me interrogaron a mi, a mi madre, mi tío, Lesslie, Jenna, incluso a mis amigos y a sus padres.
Suspiro levantándome de la cama y yendo al baño. Necesito una ducha y no pensar al menos por unos minutos. Mi celular no ha parado de sonar; mensajes de personas que jamás nos dirigieron la palabra por los errores que cometieron mis dos padres en el pasado pero que ahora mágicamente contamos con su apoyo para cualquier cosa.
Nótese el sarcasmo, la ironía y la falsedad de todo eso.
Quisiera apagar mi teléfono, como así también apagar mi cerebro en el proceso. No voy a encontrar o saber más que los policías, pensando una y otra vez que pudo ocurrir exactamente. Saber por qué se la llevaron a ella. Por qué no fui yo o mi madre. Por qué esa noche.
Pienso en que ese día, viernes por la tarde, yo estuve jugando con ella. Acomodamos su cuarto y sus estantes con libros. Había salido temprano de clases y pase por ella a la salida, le había prometido ir a comprarle un disfraz para la noche que salía con mamá y un par de niñas, amigas suyas, a pedir dulces por el pueblo. Al final también me convenció de comprarle un libro y pegatinas porque pensaba marcar sus libros favoritos con ellas. Eligió disfrazarse de Iron Man, su superhéroe favorito. Habíamos vuelto a casa emocionadas de prepararnos para la noche.
Freya llegó un rato después con ganas de distraerse así que estuvimos viendo el maratón de Halloween en Disney hasta que Zoe se desocupó y nos pasó a buscar en su auto para irnos las tres por nuestros disfraces para la fiesta de la noche.
Se me vienen las últimas palabras que intercambié con Mack confiada de verla al otro día. Sacudo la cabeza, no quiero pensar eso. Ella debe estar bien, debe volver con nosotras.
Apago la ducha al escuchar sonar mi celular. Una llamada. Leo el identificador «número desconocido». Intento contestar pero mis dedos están mojados por el agua y se resbalan en la pantalla. Salgo secándome el cuerpo y pienso quién podría llamarme ahora. ¿Será alguna persona del pueblo dándonos sus basuras palabras de apoyo de nuevo?
Mi pantalla se prende con un mensaje del mismo número desconocido:
«Si extrañas a tu hermanita, me escucharás atentamente y no irás con la policía.
De lo contrario...»
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Soy Zev ✔️ #CA2022
Short StoryUna ayuda inocente terminó en un secuestro. Un familiar terminó siendo la mente maestra. ¿Qué más falta? ¡Ah, si! Mentiras, traición, bromas, castigos, peleas, amor y un poco más es lo que vivirán estos cuatro adolescentes. «Mantén a tus amigos...