💬| Capítulo XX

20 4 24
                                    

#ElRescate

Z E V

Estaciona mi papá y a nuestro alrededor llegan las demás camionetas negras blindadas de los federales, rodeando la casa. No tiene escapatoria.

Bajamos, estamos todos equipados. Incluso Cody y yo participaremos en esto. Tenemos nuestros chalecos antibalas y pistolas en mano. La familia West también llega, pero se les pidió que no bajaran por si algo salía mal o Mackenzie se alteraba al verlos.

Oímos al sargento dando órdenes de posición. Avanzamos a pasos lentos, precavidos y atentos a cualquier movimiento en la casa. Parece abandonada, se ve descuidada pero casi al instante vemos cómo se enciende una luz y se cuela por una de las ventanas cerca a la puerta. Esa es nuestra señal de que siguen ahí dentro, que podremos capturar a uno de los criminales más buscados en los últimos años. Esto sin duda hará que con Cody nuestras carreras desciendan rápidamente a la cima.

Uno de los detectives lleva al mando la voz. Intenta negociar con el criminal. Ofrecerle un trato si deja salir a la niña y se entrega voluntariamente. No hay respuesta. No se ven movimientos. Nada.

Comienzo a creer que si no piensan en una estrategia rápido, algo malo sucederá. Todo sería más fácil si no tuviera a la chica con él, sería menos presión encima.

Suspiro por lo bajo, si fuera así, este trabajo no sería lo mismo. Es obvio que nunca será fácil capturar a un criminal. Menos a uno como él.

De repente todos hacen silencio. La puerta se está abriendo lentamente. Sostenemos bien nuestras armas, atentos a lo que sea que pase. Nos relajamos y se da la orden de bajar las armas al ver, ni más ni menos que, a Mack salir a paso lento y temeroso de la casa. Mamá, que es una de las que está al frente intenta acercarse con cuidado llamándola pero Mackenzie retrocede gritando no.

Volteo a ver a Cody confundido por su reacción y busco que está mal para que no quiera avanzar.

—¡Tiene una bomba! —grita alguien del montón y vuelven a tomar posición todos.

Mis ojos recaen el temporizador de la bomba. Tenemos menos de media hora para desactivarle la bomba o esto se pondrá peor de lo que está.

29 minutos.

—¡No apunten! —demanda el sargento a nuestro lado.

Mamá se tensa volviendo a su lugar, con nosotros cerca.

Mack hace un puchero y tiembla empezando a llorar parada en el medio de todos. Está asustada, y no es para menos. Tiene una bomba con cuenta regresiva de 30 minutos hacia atrás. Reconozco el sistema con el que está hecho, no solo puede explotar al finalizar la cuenta regresiva, sino también con un control remoto inalámbrico. Él debió decirle lo que debe hacer o apretará el botón. Se aseguró que no podamos acércanos o ella acercarse a nosotros para desactivarla a tiempo, si damos un paso en falso, él hará volar a su propia hija.

Aprieto los labios enojado. Es un bastardo, y ojalá pase el resto de su vida tras las rejas.

Interrumpo a mis padres, que hablaban con el sargento al mando, el detective que portaba la voz para negociar con John, y los Collins, pidiendo permiso para que hablemos Cody y yo con Mack. Ella nos conoce, somos amigos de su hermana mayor. O algo así, tal vez de esta forma, si somos quienes le hablan, ella pueda calmarse un poco y nos ayude a rescatarla a salvo.

Ellos aceptan, ya que no encuentran otra alternativa, no ha parado de llorar y cada vez se pone peor. Tampoco nos ha dicho algo aún. Y tenemos el tiempo contado.

Guardamos nuestras armas y avanzamos solo dos pasos más que el resto. Todos guardan silencio a la expectativa. Intento llamar su atención hablándole.

Soy Zev ✔️ #CA2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora