LA APUESTA

El comienzo

*Lo siento si tiene errores ortográficos, espero te guste*

Mateo

Sigo observando con demasiada determinación a la muchacha que está sentada en las gradas del instituto. Su cabello castaño oscuro se ve un poco más claro debido al inmenso sol que hoy nos acompaña.

Ella no se da cuenta de mi presencia, lo cual supongo que es normal, ya que la estoy observando desde una distancia prudente. No sé cómo llegué a este punto de acosador; sin embargo, no me quejo. Alice, la chica a la que observo, no es el prototipo de chica que me gusta, pero no niego que me resulta entretenido verla.

—Vas a desgastar a la pobre chica si la sigues mirando —susurra mi mejor amigo a mi lado.

—¿Tiene novio?

—¿Quién? ¿Alice? —Cristóbal, mi amigo, casi suelta una carcajada escandalosa como respuesta a mi pregunta, pero se abstiene. —Nunca se ha conocido un novio de ella.

Lo último que dice capta totalmente mi atención.

—¿Nunca?

—Al parecer, nuestra compañera de clase aún no conoce a su príncipe azul...

Dejo de escuchar lo que dice Cristóbal al notar que un chico medio alto se ha sentado al lado de Alice. Parece que hay confianza entre ellos, pues él, al momento de saludarla, le da un abrazo muy largo mientras besa su mejilla. Y eso a ella no parece incomodarle ni un poco.

—¿Quién es él? —alzo las cejas en su dirección para que Cristóbal capte la pregunta.

—Su mejor amigo.

—Veo que sabes mucho de ella.

—No tengo nada que hacer con mi vida. Además, el chisme corre por mis venas. Saber la vida ajena es mi pasión.

—¿Tiene más amigos?

—Cristóbal niega con la cabeza. —Así que él es su único amigo.

—Al parecer. ¿Por qué tanta curiosidad de repente?

Cambio de tema.

—¿Te imaginas a ella conmigo?

—No, ella ni te haría caso.

Eso ha afectado mi enorme ego. Poco a poco, una gran curiosidad se estampa en mi pecho al preguntarme cómo me vería con ella. La vuelvo a observar, tratando de descifrar esta incógnita que de repente tengo.

—No me retes, Cristóbal.

—Con ella no podrás.

—Yo nunca pierdo, y lo sabes.

Me cruzo de brazos, sin apartar la mirada de aquellas dos personas que charlan tan plácidamente en las gradas. Alice parece emocionada contándole algo a su amigo, mientras que el otro está muy feliz de oírla.

—¿Quieres apostar? —noto la picardía en la voz de mi mejor amigo ante su pregunta.

Sonrío de lado mientras me giro hacia él.

—Me encanta la idea.

—Bien, si ella se enamora de ti, te prestaré la estúpida cabaña que no uso y el CD de esa banda que te gusta, pero si pierdes, quiero tu coche.

Proceso su apuesta. No está tan mal; he querido ir a la cabaña que tiene en su poder desde que sus padres se la dieron. Mi lado moral se cuestiona un poco por lo estúpido que suena el jueguito este; sin embargo, no niego que podría ser divertido.

Sin esperar más, le dedico una de mis mejores sonrisas antes de encaminarme hacia la chica de cabello corto que ahora está sola. Al parecer, su amigo ya se marchó, lo cual agradezco.

Al llegar a ella, unos grandes y hermosos ojos azules me esperan con una confusión evidente ante mi acercamiento sin razón. Con toda la confianza del mundo, me siento a su lado. Ella me observa con desconfianza.

—Hola, soy...

—Mateo, lo sé.

Bien, al menos me conoce.

La escaneo con la mirada sin ningún tipo de disimulo. Alice se remueve incómoda ante ello, pero no dice nada al respecto.

—Nos vamos a divertir mucho este año, Alice.

Antes de que ella pueda decir algo, me acerco a su boca y le robo un beso. No le doy tiempo a procesarlo o a que me diga algo, pues en un dos por tres, ya estoy dándole la espalda y encaminándome a mi siguiente clase.

Definitivamente me voy a divertir.

*

Un nuevo año.

Una nueva historia. 

Un nuevo comienzo. 

Espero les guste la historia. <3