Capítulo 3

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Luke POV

¿Qué había sido eso?

En aquellos momentos mi cara de imbécil mientras miraba el coche debía de ser épica. Maldita sea. Aquella había sido de las cosas más raras que nos habían pasado, parecía que desde que nos habíamos hecho famosos atraíamos las cosas surrealistas como las moscas a la mierda.

Hacía unos años que nos habíamos consagrado oficialmente como una banda, y desde entonces todo había cambiado. En Australia apenas podíamos descansar sin que la prensa nos acosara. Y honestamente, desconfiaba de toda aquella nueva persona que conocía y que se mostraba especialmente amigable. Había siempre buitres intentando vivir de nosotros.

⁃ ¿Qué cojones ha sido eso? –preguntó Ashton, que estaba a mi lado viendo el coche alejarse mientras unas manitas salían por la ventanilla diciendo adiós.

⁃ Unas tías locas –contesté, llevándome el piercing a la boca.

⁃ Pues como todos en este país estén así, menudo sitio hemos elegido para relajarnos -bufó Jack.

Observé a mis hermanos de reojo y fruncí el ceño. Se habían venido por pasar un tiempo conmigo antes de retomar la gira por Europa, y nos pasaba esto el primer día nada más salir del avión. Como le contaran estas cosas a mama, la pobre se iba a asustar más de lo que ya estaba.

⁃ Las españolas están locas...

⁃ Vamos Jack, un poco de diversión nada más empezar –Ben le dio una palmada en el brazo mientras se reía.

Al menos a ellos les hacía gracia, pero a mí no. Quizás era el hecho de que estaba acostumbrado a que todo estuviera bajo control. O que simplemente todo saldría tal y como lo había planeado. Y no es que fuera un obseso del control, sino que me gustaba que las cosas se hicieran bien. Y esas chicas... se habían reído de nosotros en nuestras caras. Con su acento gracioso y sus cuchicheos inteligibles en español.

⁃ Va tío, quita esa cara de acelga –miré con los ojos entrecerrados a Ashton, que se pasaba la mano por el pelo -. Vamos a coger otro taxi y punto, ¿Qué más da?

Antes de que pudiera decir nada, él ya había echado a andar hacia dos taxis que había a unos metros. Este Ashton y su capacidad para no enfadarse.

⁃ Bueno Luke, piensa que la parte positiva es que una de ellas te comía con los ojos –Ben me griñó un ojo y también se fue hacia los taxis juntos con Jack.

Oh, sí, la rubita vacilona. No se me iba a olvidar su cara.



Mireia POV

Cerré la ventanilla del taxi y miré a las chicas mientras nos reíamos sin parar. Lola empezó a dar aplausos mientras miraba hacia la parada de taxis, donde habíamos dejado a los tíos tirados.

⁃ Primera putada hecha a terceros en nuestro fin de curso –canturreo haciendo olas ella sola como una ovación. Aunque es triste reconocer que acabamos todas haciéndolas.

⁃ Luego esto nos va a pasar factura seguro –Nerea estaba roja como un tomate por reírse-. El karma –añadió al ver nuestras caras-, pero ha merecido la pena ver sus caras.

⁃ Han flipado en colorines y alta definición –dijo Lolita.

Nos tomamos un momento para coger aire mientras veíamos los coches pasar por la autovía. El taxi iba rapidísimo para mi gusto, no sabía si el tío quería que acabáramos nuestras vacaciones en el hospital o es que el capullo tenía prisa por recoger a los siguientes clientes.

⁃ Bueno Lola, cariño, cual es el súper fantástico hotel de la muerte.

⁃ Pues Mi, querida, es el RIU Oliva Beach Resort.

Cuando me di cuenta de que Lola no continuaba, me gire y la di una leche para que siguiera hablando.

⁃ Es un todo incluido.

Y volvió a callarse. Esta vez fue Lorena la que la metió un pellizco en la pierna, haciendo a Lola saltar y meterla un manotazo de vuelta.

⁃ Dilo ya coño.

Lola nos miró a cada una y cogió su móvil, y empezó a pasar aplicaciones hasta que se detuvo en una, tecleo unas cuantas cosas, y lo giró hacia nosotras para que pudiéramos verlo todas.

⁃ Tenemos una media horita de taxi muy rica –añadió con una sonrisa, como pidiéndonos perdón.

⁃ ¿Pero el hotel, pese a que está en mordor, está bien? –pregunté mirando el recorrido que nos esperaba, aunque parecía ser que al menos tendríamos todo el rato vistas al mar.

⁃ Pues claro, tiene discoteca, masajes, dos piscinas, spa... y es todo incluido, bebidas también –y esto último lo dijo alzando las cejas de manera insinuante.

⁃ Unas alcohólicas parecemos desde fuera –dijo Alicia también moviendo las cejas como Lola-. Pero tú no te preocupes, que media hora se pasa enseguida.

Quince minutos después ya estábamos todas asqueadas. Podía ser porque, pese a que íbamos frente al mar, ver el cielo gris y la lluvia que había empezado a caer sin piedad no era tan bonito como nos gustaría. También que estábamos cansadas y que además empezábamos a tener calor metidas todas en el taxi, con la música de arriquitaun del taxista y su mutismo mientras nos echaba ojeadas por el retrovisor. Nos iba a sablar seguro con el precio. La verdad es que a medida que nos íbamos alejando del aeropuerto, la Mireia ahorradora también se iba quedando atrás. Mirando el papel informativo que Lola había sacado de su enorme bolso, parecía que el hotel ofrecía muchas excursiones y actividades para hacer. Y como sólo se vive una vez, pensaba hacer todas las que pudiera.

⁃ Tias, hay una actividad que es ir con quad y otra que es montar a caballo –comento Ali, que miraba su folleto leyéndolo todo rápidamente.

⁃ Eso estaba mirando yo. ¿Alguna se apunta? –pregunté.

Fueron todos afirmativos menos Lola, que negó con la cabeza muy seriamente, agregando que si queríamos matarla haciéndola montar en esas cosas después de haberse bebido hasta el agua de los floreros la noche anterior. Todas nos reímos pero ninguna volvimos a insistir. Mejor que Lola se quedará durmiendo la mona.

Cuando descargamos todo del taxi con la ayuda de unos amables botones que metieron nuestras cosas dentro, nos acercamos a la recepción, donde Lola empezó a hablar con la recepcionista para que nos dieran las habitaciones.

⁃ No está nada mal el hotel –comentó Nerea, que estudiaba todo con sus ojos marrones.

⁃ Nada mal –confirmo Ali sonriendo.

⁃ ¿Y qué vamos a hacer ahora? –les pregunté mirando hacia fuera, donde el cielo seguía gris.

Lorena arrugó la boca, gesto que hacia siempre cuando pensaba en algo.

⁃ Lo mejor será que deshagamos las maletas, nos demos una ducha y quedemos en una horita en el lobby, listas para comenzar la relajación en el spa.

⁃ Que gran pensadora eres Lore cariño –le dijo Nerea sonriendo y dando palmas con entusiasmo.

Lola se acercó y nos pasó a cada una las llaves de la habitación. Compartíamos las habitaciones, por supuesto. No ganábamos tanto como para tener una habitación propia cada una. A mí me había tocado con Ali, y a Lola, Nerea y Lorena en otra. Un amable chico se acercó con un porta-maletas y recogió todo nuestro equipaje, echando andar hacia el ascensor.

Cuando íbamos cruzando el lobby, Nerea me agarró fuerte del brazo y tiró de mí para escondernos tras una columna, mientras miraba hacia la recepción. Le iba a decir que qué leches estaba haciendo cuando giró la cabeza y miró hacia la recepción, tirando de mí para que hiciera lo mismo.

Sentí como si me hubieran echado un cubo de agua fría por la cabeza.

Nuestro Karma estaba hablando con la recepcionista con la que unos minutos antes Lola mantenía una agradable conversación.

⁃ Ahhh –masculló Nerea, cerrando los ojos.

⁃ Estamos jodidas –susurré.

Incondicional (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora