Capítulo 6

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No conseguí dormirme. Así que decidí ir a dar el coñazo a Lorena, que ya que me había despertado era lo mínimo. Me vestí con unos shorts vaqueros y una camiseta negra de tirantes, unas gafas de sol enorme y una trenza. Me puse unas vans viejas que tenía por ahí tiradas y salí de la habitación procurando no hacer ruido.

Cuando bajé, me serví un café cargado en un vaso de cartón con una tapa de plástico y fui a buscar a Lorena a las mesas, pero no había rastro de ella por ningún lado. Me frustre. La capulla me había despertado para nada.

Eche andar por uno de los caminos que daban a las instalaciones del hotel mientras bebía poco a poco el café. La verdad es que había dormido de lujo, y me sentía descansada y sin nada de resaca, lo cual era rarísimo teniendo en cuenta el vino que había bebido la noche anterior. Aunque me hubiera gustado seguir durmiendo durante algo más de tiempo, sobre todo si mañana nos tocaba una excursión, pero bueno.

⁃ ¡Mireia!

Pegué un brinco al escuchar a Lorena gritar mi nombre. La vi en la cancha de tenis, saludando con la mano. Me acerque a la valla y la miré interrogante, viendo a un chico con el pelo rojo al otro lado de la red.

⁃ Me han invitado a jugar –explicó mientras recuperaba el aliento.

Antes de que pudiera decir nada, un chaval intervino.

⁃ Vaya, ya somos cuatro para poder jugar. Perfecto.

Un chico alto, algo mayor que yo, con el pelo rubio y los ojos claros había llegado a mi lado, con una gran sonrisa y dos raquetas de tenis en la mano. El tío este debía de estar flipando para pensarse que yo iba a jugar. Ni siquiera me había podido acabar el café.

⁃ Es que estaba esperando a que viniera alguien y así jugar unos dobles –se explicó con una sonrisa, sin parar de tenderme la raqueta.

No conteste porque mi mente aun no podía conjugar una frase decente en ingles sin que tuviera un cortocircuito. Bebí otro trago de café y gire mi cabeza hacia Lorena e incline la cabeza para que viera mis ojos interrogantes a través de las gafas.

⁃ Este es Jack, y aquel chaval de pelo rojo es Michael –les presento Lorena en inglés.

⁃ Tía, no me apetece hablar en inglés a esta hora –me queje haciendo un puchero, pero resignándome a que me iba a tocar hablar en guiri.

El tal Jack miró a Lore, que negó con la cabeza indicándole que no quería, y volvió a girarse hacia mí con una sonrisa amigable.

⁃ Vamos hombre, te despejaras jugando – me animo Jack.

Al final acabe aceptando y me bebí lo que quedaba del café de un trago. Estaba loca por ponerme a jugar cuando aún estaba medio dormida, pero bueno, les haría el favor.

El chico llamado Michael me saludó desde el otro lado del campo.

⁃ ¿Y qué os estabais jugando? –pregunté mientras me situaba en un lado del campo.

⁃ ¿Cómo? –preguntó Lorena dando vueltas a la raqueta entre sus dedos.

⁃ Si, que cual era la apuesta.

Lorena miró a Michael que me miro a mí, colocando la raqueta tras su cabeza mientras se estiraba.

⁃ Pues no nos jugábamos nada –contestó encogiéndose de hombros y sonriendo bonachonamente.

⁃ Ah, ¿no?. Hay que jugarse algo, que así me motivo –dije echando la raqueta a mi hombro.

Lorena se puso a pensar, Michael intercambiaba ideas con Jack, que no paraba de negar desechándolas. Yo no estaba aún tan despierta como para pensar nada bueno, así que me senté en la cancha a esperar una sabia resolución.

Incondicional (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora