Moonfairy [Minimoni]

2. Burbuja inestable

Se levantó de golpe cuando recordó de repente que debía trabajar, en medio de sus, también, pesimistas sueños. Miro a los lados y el paisaje en penumbra bajo la luz de luna le devolvió la tranquilidad, recuperó la respiración con la mano al pecho por el susto. Estaba dispuesto a irse a su casa, sin embargo, algo llamó su atención, era un pequeño destello de luz que se movía con parsimonia sobre el río.

Se levantó con cautela y se acercó unos pasos con intriga, aquel destello titilaba como una estrella pero su luz no era demasiado potente, Namjoon frunció el ceño sin poder identificar que era. Se detuvo al notar como el círculo de energía flotaba en dirección a él, espero pacientemente con una extraña emoción recorriendole, más se decepcionó cuando a centímetros de su cuerpo desfiló una simple burbuja. Chasqueo la lengua con desgana y observó como la burbuja pasaba de él y seguía flotando en dirección apuesta al río, empezó a seguirla con curiosidad, la envolvía una casi translúcida luz blanca y lucía tan relajada y a gusto hasta que pareció notar la presencia de Namjoon y se detuvo.

El castaño miró a los lados sintiendo que estaba en algún programa de cámara escondida, aunque bien sabían que él era demasiado insignificante como para aparecer en uno de ellos.

¿Porque le daba tantas vueltas? Era un burbuja común, frágil e inestable, que de alguna forma reflejaba la luz de luna.

Se arrodilló frente a la burbuja y acercó su dedo para pincharla y terminar con eso, pero una fugaz imagen cruzó su vista, parecía haber un persona dentro. Miró tras él, con temor de que fuera algún extraño reflejado allí, pero no había nadie en ese parque a esa hora más que él. Cansado de vacilar pinchó la burbuja y un pequeño humo blanco salió de ella, seguido de un muy agudo y casi imperceptible sonido.

Namjoon negó sintiéndose tan estúpido por temerle a una simple burbuja, se levantó y tomó su gorra del pasto para finalmente irse a su casa.

Había caminado unos pocos pasos cuando la insoportable presencia de lo que creía era un mosquito le fastidiaba volando a su alrededor, de un manotazo le apartó pero en lugar de irse, se quedó adherido a su mano.

—Jodidos insectos

Gruño con molestia, la cual se esfumó tan rápido como llegó cuando giró la mano y lo que abrazaba su dedo medio no era un insecto.

Era... ¿un humano del tamaño de la palma de su mano?

—¿Que demonios?