Moonfairy [Minimoni]

14. Mal día

Jimin comprendió, en el poco tiempo que llevaba su estadía en casa de Namjoon, que la vida humana era un sube y baja.

Las personas no mantenían una estabilidad en cuanto a sus emociones y las situaciones de la vida ayudaban mucho a que las cosas fluctuasen tan repentinamente.

El Hada sabía que para Namjoon era difícil sobrellevar las situaciones y las emociones en conjunto, por lo que no había preguntado sobre su vida personal casi nunca, ni su trabajo, ni nada que pudiera atormentarle... pero ese día, Jimin necesitaba saber que le pasaba al humano.

Namjoon salió de trabajo con el ceño fruncido y la cara enrojecida, no dijo una sola palabra en todo el camino y Jimin sentía la tensión, era imposible no darse cuenta que estaba pasando algo malo. Ni siquiera intentó hacer conversación, Namjoon ya miraba mal a cualquiera tan solo por respirar el mismo aire que él.

Cuando llegaron a casa el castaño azotó la puerta y quitó su sombrero del que Jimin salió rápidamente para darle su espacio. Namjoon sólo se sentó en el sofá y miró a la nada como si fuese su peor enemiga.

En vista de que el humano no se movía, Jimin se acercó dubitativo y se sentó sobre su rodilla con cautela, Namjoon se percató y le miró con resignación.

—Fue un mal día —Empezó sin necesidad de que se lo preguntase —Voy a resumirlo, un idiota hizo mal un trabajo e hizo creer al gerente que era mi responsabilidad, tuvimos una gran pelea y solo resultó en errores de otros descontadas en mi paga —Jimin hizo una mueca triste, percibiendo la rabia del humano que se contenía —Postule por décima vez a una editorial ¡Ja! Fui rechazado —Río amargamente y tironeo su cabello con desdén, Jimin podía ver el esfuerzo que mantenía para no derrumbarse —Un tipo en la calle me vio y me dijo "Te ves deplorable" Que amable ¿no lo crees?  —Jimin negó lentamente con las mejillas abultadas

—Lo siento mucho —Susurró el hada pero era obvio que con su tamañito y estando tan lejos del castaño, perdido en su frustración, no lo iba a escuchar. Pero Jimin realmente lo sentía, realmente le dolía

—Es como... es casi como... —Divagaba Namjoon haciendo ademanes por intentar expresarse, terminó por suspirar cansado y frotarse la cara. Jimin se sentó en su hombro solo para estar más cerca —Dios ¿Cuando van a mejorar las cosas? Es este sentimiento de que las cosas serán una mierda para siempre

—Joon... —Intentó decir algo, cualquier cosa que le sirva de consuelo pero Namjoon sólo gruñó empujando a Jimin de su hombro tal cual fuera un insecto. El hada cayó en el sofá pero sin un rasguño alzó en vuelo de nuevo, con el corazón dolido pero sin rencor, entendía al humano.

—Lo siento, Jimin, quiero estar solo

Fue lo único que dijo antes de encerrarse en el baño. Jimin miró la puerta cerrarse con ansiedad, entendía que el hombre quisiera estar solo pero Jimin quería hacerle saber que no estaba solo, que podía apoyarse en él. El rubio se sentía profundamente preocupado por él humano, quería abrazarlo y quería llorar con él como sabía que estaba haciendo solo.

Y eso lo rompía, Namjoon no estaba consciente de que Jimin era un ser muy sensible y sufría con él, sí él estaba mal entonces Jimin estaba mal y el humano solo caminaba lejos en lugar de abrir un lugar para Jimin a su lado, entonces podían estar mal juntos.

Jimin se sentó junto a JjinJjin por horas, intentando apagar la llama de su propio dolor, un par de veces tocó la puerta del baño pero Namjoon repetía con la misma voz ahogada y congestionada "Quiero estar solo" y el hada volvía a su lugar derrotada.

Creyó que saldría pronto pero pasaron horas, se hizo medianoche cuando la puerta fue abierta y para cuando Jimin se percató ya Namjoon estaba bajo las sábanas, cubierto hasta la cabeza y encerrado como si eso pudiese protegerlo del resto del mundo.

Cansado de estar allí sentando sin hacer nada por Namjoon, Jimin se levantó y buscó a sus lados por algo que pudiera ayudar. Como si una bombilla se encendió en su cabeza, Jimin tuvo una epifanía y recordó aquello en lo que estuvo trabajando los últimos días, era el momento indicado para entregárselo.