12. Barquitos de papel

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Las cosas con Jimin yo no iban tan desastrosamente como al principio, de hecho, iban bastante bien. No discutían tan amenudo y aunque no fuese capaz de admitirlo en voz alta, Namjoon ya no lo encontraba tan fastidioso... quizá nada en absoluto.

Iban caminando uno al lado del otro en silencio, Namjoon consumido por sus pensamientos y Jimin admirando todo, sorprendido como un turista. Namjoon había accedido a sacarlo en su forma humana para que lo acompañe a hacer las contadas compras de víveres semanales.

Claro, en su sano juicio no lo hubiese hecho pero Jimin hizo uso de sus supuestos poderes que, en la opinión de Namjoon, únicamente se basaban en pucheros demasiado adorables, un par de mejillas sonrojadas por el enojo y una insistencia terrible que violaba su espacio personal; así que con sus ahorros compró un conjunto deportivo de su talla en una tienda de segunda mano, le dio un par de zapatos viejos y lo sacó a la calle.

De momento iba bien, si no contabamos que le había atado una trenza de zapato en la muñeca y el otro extremo en la suya para no perderlo –poco le importaba si le miraban mal, tenía un hada que proteger– y que Jimin hacía preguntas y comentarios fuera de lugar debido al filtro estropeado en su cabeza. Oh y cuando lo hizo correr media cuadra para alcanzar a ver un pollito que caminaba tranquilo en una frutería y tuvo que callarlo porque insistía en que "Se llamaba PiuPiu y tenía calor", se  llevo al hada antes de que pensaran que tenía algún problema mental.

De todas formas, Jimin se veía feliz y Namjoon descubrió recientemente que eso lo ponía feliz a él también.

Una vez hecha las compras y de camino al departamento, con ambos manos ocupadas cargando las pocas bolsas de comida y su mente cargando las grandes bolsas de basura, Namjoon sintió la trenza tensionarse en su muñeca sacándolo de sus pensamientos, volvió su vista a los curiosos ojos azules del hada, quién señalaba una pequeña tienda a lo lejos.

—Humano, ¿qué es esa masa que se derrite? —Namjoon dirigió su vista a la "masa que se derretía" solo para ver una pizzería poco económica.

—Se llama pizza, Jimin y no me llames humano en frente de tanta gente —Susurró el castaño tirando de su muñeca. Jimin no le dio mayor atención y siguió admirando la pieza de pan

—Huele rico, ¿Podemos comer pizza, huma... Namjoon? —Preguntó el rubio con emoción pero Namjoon solo pudo mirarlo con pena y algo de tristeza

—No, lo siento, pequeño, no nos alcanza para un lujo de esos...

—Esta bien —Comprendió Jimin sonriendole cálidamente en un intento por consolarlo —Me gusta tu comida —Afirmó esta vez consiguiendo una pequeña risita de Namjoon como respuesta —¿Podemos ir a esa rueda gigante?

Preguntó el hada esta vez con más cautela, buscaba algo que pudiera hacerles pasar más tiempo juntos y de paso fuera accesible para el bolsillo del humano. Se podría pensar que el vivir juntos les unía suficiente pero no era así, Namjoon llegaba del trabajo únicamente a dormir y cuando tenía tiempo libre se encerraba en sus libros y Jimin quería solo... compartir algo más que solo su casa.

Namjoon miró la rueda de la fortuna del parque temático alzándose sobre todos los edificios a la lejanía y pudo darle una mirada menos nostálgica al rubio.

—Creo que podríamos, no es tan cara, pero esta semana todo el presupuesto esta calculado, quizá la próxima ¿te parece?

—Si —Asintio Jimin con ilusión pero buscando otro plan en su cabeza —¿Podemos adoptar un compañero para JjinJjin?

—Los bonsái son demasiado caros...

—Ou... tiene que haber algo que podamos hacer —Suspiró Jimin con un puchero y acariciando su barbilla para pensar —¿Podemos hacer barquitos? —Propuso con entusiasmo —Podríamos hacerlos nadar en el río aquel donde me... rompiste la burbuja —Namjoon notó como aquello ya no era un reproche y se sintió ligero

—Ahora que lo mencionas, no voy en un rato. Vayamos —Jimin aplaudió complacido —Espera ¿sabes hacer barquitos?

—¡Si! Leí uno de tus libros de origami, se hacer barquitos y grullas, saltamontes, cisnes, un sapito... —Empezó a enumerar con sus dedos y Namjoon pensó que era imposible que existiese algo tan bonito como Jimin

—Ya entendí —Le interrumpió el castaño sacudiendo sus pensamiento —Vamos por papel

Moonfairy [Minimoni]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora