ϟ Conect-land es un internado masculino, de alta clase. En dónde hijos de familias orientales adineradas, son mandados a aprender modales y a vivir en una sociedad regida por clases sociales.
Aquel año como cualquier otro, el internado da el gusto d...
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Su madre, una vez le dijo que no tenía por qué sentirse cohibido ante la gente. Después de todo, era lindo, talentoso, amable e inteligente. Características que le permitían triunfar en la vida y sobresalir entre los demás, pero... Jake siempre ha visto el lado oscuro de las cosas.
Representaciones inofensivas de él llegando al internado. Como un corderito entrando en la boca del lobo, un inocente ángel llegando al infierno o una cebra rodeada de leones. Eran los pensamientos que atravesaban su mente al verse en vuelto entre tantos estudiantes.
Se encontraba solo. Su madre y su hermano, habían insistido que bajará con ellos en la entrada del internado. Pero él se había negado, pensando que le daría un poco más de tiempo para calmar sus nervios.
Había acompañado al valet parking hasta el estacionamiento, claramente sin dirigirle la palabra y termino solo, cuando el señor estacionó su auto y se llevó las llaves. Ahora el castaño, se debatía en quedarse en el auto o superar su cobardía y caminar entre toda esa multitud, solo para encontrar a su familia.
Observaba escondido tras la ventana de la puerta, miedoso de lo que pasaría una vez saliera de ese auto. Había muchos chicos y eso causaba un claro estruendo en su cuerpo, era una gallina...
Dio un pequeño salto, cuando el timbre de su celular resonó en el auto, sobresaltándolo. Era su hermano y si llamaba con insistencia, significaba que no estaba feliz.
— ¿Que paso Hyung...? — Un reclamo, exigiendo saber dónde se encontraba, se escuchó al otro lado de la línea. — Aún estoy en el auto.
Escucho a su mayor inhalar y exhalar, antes de que le diera el regaño de su vida. Chan le informo, que su madre lo quería ahí, porque quería que conociera a alguien muy "especial". El castaño aún con su ansiedad presente, se negó aún más cuando le dijo que querían presentarlo a alguien. Christopher tuvo que jurarle y amenazarle, que daría en adopción a Layla, su querida mascota, si no bajaba del auto en ese momento.
