ϟ Conect-land es un internado masculino, de alta clase. En dónde hijos de familias orientales adineradas, son mandados a aprender modales y a vivir en una sociedad regida por clases sociales.
Aquel año como cualquier otro, el internado da el gusto d...
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— ¡Buenas noches internado de Conect-Land! — Saludaba en el televisor, el amado Han Jisung. — Transmitiendo desde el patio central. ¡El director nos ha informado sobre un descanso prolongado!
Anuncio y todo el mundo al rededor celebro.
— Las tormentas se acercan y no hay maestro que se atreva a salir, con tal ventisca. — Mostró la gran cantidad de nieve, que caía. — Aprovechen su tiempo y cuídense de los resfriados.
Recomendó antes de que la cámara captará un pequeño y tierno estornudó, para después cortar la transmisión.
— Oh... El chico se va enfermar. — Comentó Jake con una mueca preocupada en el rostro. — Será mejor abrigarnos.
Dijo y se abrazó a sí mismo, sin notar el bufido de su amigo.
— Es un exagerado. — Rodó los ojos, ante la declaración de Sunghoon. — Yo paso todo el tiempo en el hielo y mírame, no puedo estar mejor.
Soltó con toda confianza, pero no contó que una fría brisa le hiciera soltar una fuerte tos.
— ¿Decías? — Se rio Jake; tocando el sonrojado rostro de Sunghoon, asegurándose que no tuviera fiebre.
De nuevo se sumergían en una burbuja invisible, una que Sunoo no estaba dispuesto a presenciar.
Se perdió en sus pensamientos, y evalúo lo que su compañero había dicho. Un descanso gracias a una tormenta.
No les temía a las tormentas, pero le preocupaba que su zona estuviera en los patios. La ventisca estaría fuerte y no sabría, si sería capaz de resistir la magnitud.
Pero ya estaba acostumbrado a perderse entre las tormentas, sobre todo en las vueltas de amor. Dónde el príncipe y la bruja, habían intercambiado papeles y aun así seguía sin ser correspondido.
Con su bandeja en brazos y una clara incomodidad, se aclaró la garganta y regreso a la pareja de su mundo de mimos.
— Deberíamos aprovechar... El comedor aún no está lleno y no queremos las sobras. — Dijo y después se dio la vuelta, maldiciendo por su notorio ataque de celos.
