ϟ Conect-land es un internado masculino, de alta clase. En dónde hijos de familias orientales adineradas, son mandados a aprender modales y a vivir en una sociedad regida por clases sociales.
Aquel año como cualquier otro, el internado da el gusto d...
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Para comprender la magnitud del incendio, solo debían observar la larga fila de estudiantes con quemaduras y rasguños por todo el cuerpo. Se supondría, que el incendio no saldría del teatro, que los únicos afectados serían los castigados, pero todo salió mal después de rescatar al japonés. El fuego se extendió poco a poco y varios estudiantes, que se encontraban cerca de la zona o eran curiosos, salieron con heridas leves.
Y entre ellos, dos compañeros de cuarto que esperaban para curar las heridas que los hacía desfallecer, en especial al menor.
Decir que ahora era feo, era una exageración, o así lo creía Jake. Quien se reía internamente, cada que el azabache se quejaba de los moretones en su fino rostro.
Ambos sentados uno al lado del otro, esperando su turno para ser atendidos por la única enfermera del internado. Jake se mantenía estático y en silencio; mirando hacia un punto fijo, mientras que Sunghoon sostenía su mano y acariciaba su índice con dulzura.
El coreano, se sentía culpable, el rasguñó que residía en el labio inferior del australiano, había sido lastimado por él, el responsable de que ahora ambos se encontrarán ahí.
— ¿Te sientes bien...? — Preguntó, curioso. A lo que Jake asintió, con una sonrisa, tan tímido como siempre. — Puedes hablar? Es que me pones nervioso.
— Esos colores son distintos. — Señaló la pared marrón frente a ellos, Sunghoon no vio la diferencia.
— Yo solo veo café. — Replicó el azabache, sorprendiéndose cuando Jake de su mochila saco un frasco marrón y una pequeña brocha. — ¿Eres así de paranoico, con el arte?
Jake lo ignoro y dando ternura se sentó frente a la pared tomando su pincel y delicado esparció su pintura por todo el muro. Odiaba que los colores sólidos, fueran confundidos con colores como esos.
El castaño atraía las miradas de los demás estudiantes, no era nada común ver a un estudiante lastimado y manchando el honorable uniforme, parecía feliz pintando sobre uno de los sagrados muros. Adorable para unos, extraño para otros. ¿Para Sunghoon? Veía un castigo doble, pues creía que el mayor estaba atentando contra las reglas de internado.
