Capítulo 11

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Capítulo dedicado a kkumi03
Si lees esto, te reitero por acá, muchas felicidades por tu cumpleaños (igual, el desmadre por WhatsApp, como siempre XDDD). 💜

Atraso severo con mis actualizaciones, lo siento 🛐. Una vez que entro a trabajar, mis planes de actualizar siempre se van por la borda. Si el martes me noqueó, ayer fue una guardia terrible. ¿Cuatro accidentes masivos en un mismo día? ¡¿Qué le hice yo al universo para merecer esto?!

 ¿Cuatro accidentes masivos en un mismo día? ¡¿Qué le hice yo al universo para merecer esto?!

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Jimin se deleitó con la vista del hermoso y majestuoso hombre desnudo y ofreciéndose para él. Las dudas y el temor habían desaparecido en el transcurso del viaje; no porque Jungkook hubiera hecho esa loca grabación —aunque en parte sí—, sino porque, si lo consideraba, ¿dónde estaban los riesgos? Estaban fuera de la facultad, en un ambiente privado, compartiendo como dos adultos responsables de sus acciones. Pensándolo bien, la universidad era enorme, ¿qué le garantizaba no haberse acostado con algún estudiante sin saberlo? Jeon fue simplemente una coincidencia entre coincidencias que lo llevó a pensar demasiado las cosas, sin necesidad.

Jungkook no era como esa chica, cuyo nombre ya no quería mentar o recordar, él siempre se había acercado con sinceridad, y descaro en exceso, exponiendo lo que deseaba, y sin ningún tipo de reparo o vergüenza para pedirlo. Lo había sacado de su zona de confort demasiadas veces, hasta el punto de que follar en su propio escritorio se volviera una fantasía que deseaba cumplir, y únicamente con él. Había pasado de mirarlo con deseo, a hacerlo con adoración y cariño; había tantas nuevas sensaciones inexplicables, que lo hacían incluso cuestionarse si deseaba que esta fuese la única y última noche de sexo que compartieran. Sin embargo, todo eso no le quitaba las ganas de follarlo salvajemente y hacerlo gemir toda la noche. Jimin quería darle placer de todas las maneras posibles, esa era su forma de hacer las cosas. No le gustaba que los hombres que estaban con él, sintieran que entregarse era una muestra de sumisión o que les restaba hombría; quería que vieran que en las manos correctas, podían obtener toneladas de satisfacción de una manera distinta nunca antes experimentada.

—¿Donde está tu mente? —habló Jungkook, trayéndolo de regreso de sus pensamientos—. ¿O es que tengo que traerte los pies de vuelta a la tierra?

El azabache dejó un camino de besos en el cuello de su profesor, volvió a succionar uno de sus adictivos pezones, y dejó caer saliva sobre ambas erecciones, masajeándolas juntas similar a como lo hicieron en el baño, cerca de una hora atrás. El líquido preseminal comenzó a salir y mezclarse con el resto de fluidos, lubricado sus sexos.

—¿Es que no sabes qué hacer ahora que te di vía libre? Si necesitas un ejemplo, solo avísame. —Se besaron entre jadeos.

—Tranquilo, me encargaré de que no olvides esta noche.

Jimin lo volteó y quedó con la erección entre sus nalgas, frotándose y simulando embestidas al mismo ritmo que una de sus manos lo masturbaba y la otra introducía dos de sus dedos en la boca de Jeon, empapándose con su saliva y jugando con su lengua. Los gemidos se hacían cada vez más fuertes por parte de ambos, excitándolos cada vez más. Los dedos de Jimin se dirigieron a la entrada contraria. Entró uno primero, otro después, haciendo círculos, tijeras y toda clase de movimientos que, combinados con el ritmo de la otra mano que jugaba ingeniosamente con el glande, preparaban a Jungkook para la irrupción venidera.

—¡Oh, Jimin! —gimió cuando su próstata fue encontrada—. Joder... Tan bueno. —Recostó la cabeza en el hueco de su cuello. El erótico punto no dejaba de ser estimulado con precisión.

Ambos permanecían arrodillados en el colchón, la espalda de Jeon estaba acoplada al pecho y abdomen de Jimin; estaban envueltos en sudor, gemidos y placer.

—Te sientes tan bien, Jungkook. —Le volteó la cara al menor y compartieron un beso lleno de lascivia.

—¡Métela... de una vez! —rogó.

—¿Dónde tienes los condones? —Recordó que sus pantalones habían quedado tirados quién sabe dónde—. Dímelo y te daré lo que pides. —Aceleró el ritmo de las manos, sobreestimulando a Jungkook.

—En la gaveta... de la derecha. ¡Agh! —Sintió que podría venirse—. ¡Mierda! Apúrate.

Ya no quedaba rastro del orgullo o la arrogancia que Jeon Jungkook siempre proyectaba, solo era un amasijo de sonidos obscenos y movimientos que se acoplaban a los de Jimin, quien estaba apunto de perder la cordura de tanto contenerse; había priorizado tanto el placer de su pareja, que el propio se había postergado demasiado. La sangre martillaba en su miembro necesitado y adolorido. Con movimientos rápidos, tomó el preservativo de la gaveta, rasgó la envoltura y se lo colocó; aprovechó un pomo de lubricante que encontró en el mismo sitio para verter una generosa cantidad sobre el látex, y contribuir a incrementar el placer desde un inicio.

Acomodó a Jeon de lado, con una almohada bajo sus caderas para levantarlo y amortiguar las embestidas, levantó una de sus piernas y la colocó en su hombro; lo penetró de una sola estocada, lenta y profunda, permitiéndole adaptarse a la invasión y disfrutar el contacto. No dejó de masturbarlo y repartir caricias en ningún momento, desviando la atención del dolor al juego de sus experimentados dedos alrededor de la longitud de su aún erecto pene. Un par de estocadas suaves acompañaron a los eróticos sonidos disimulados, una más veloz y certera llegó exactamente a ese punto dulce que con sus manos se había encargado de su sensibilizar previamente; después lo golpeó sin descanso, desencadenando niveles indescriptibles de placer.

—¡Oh, Dios! —gimió Jungkook, sobrecogido por sensaciones desconocidas que lo llevaban al paraíso—. ¡No pares!

—Tranquilo..., no iba a hacerlo.

Apresuró el ritmo, llevando a una descarga de plenitud también para él. El interior de Jungkook era apretado y cálido; lo recibía sin descanso, acompañando el delicioso contacto con gemidos afrodisíacos que lo deleitaban de sobremanera.

—¡Joder! Te sientes tan bien, bebé. —Le levantó más las caderas, logrando profundizar las embestidas al máximo, a la vez que masturbó con mayor ahínco la erección de Jeon, compenetrado ambos ritmos.

Entre jadeos, gemidos, embestidas y goce mutuo, ambos llegaron a un increíble orgasmo que los hizo olvidar todo y pensar solamente en el mar de placer sobre el cual los había hecho flotar. Jimin salió lentamente de él, anudó y tiró el condón y se recostó a su lado. Las respiraciones descompasadas de ambos se fueron normalizando. Se miraron, se besaron y Jungkook le dedicó una sonrisa satisfecha.

—Eso fue... increíble —dijo—. Nunca creí que llegaría a sentirme así con alguien; quizás es que hasta ahora ninguno de los anteriores sabía lo que hacía. —Se puso la mano en la barbilla, como si lo estuviese analizando a profundidad.

—¿Me estás insinuando que soy bueno en la cama? —preguntó pícaro.

—No tengo que insinuarte lo que seguramente sabes de sobra, no te hagas el inocente. —Le dio un golpecito en el hombro. Jimin se echó a reír—. Me has dejado con ganas de repetir, aunque eso implique no poder sentarme.

—Te noto bastante flexible. ¿Qué pasó con tus ganas de follarme?

—Siguen ahí, pero sabes que soy sincero.

—No te preocupes, la noche es larga. Arreglaremos eso sin falta.

Según qué tanto pueda descansar de la guardia, y cómo se comporte el resto de la semana, estaré actualizando en estos días

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Según qué tanto pueda descansar de la guardia, y cómo se comporte el resto de la semana, estaré actualizando en estos días. 💜

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

Pride or Sex ❀ 𝐣𝐤𝐦 ~ 𝔽𝕚𝕟𝕒𝕝𝕚𝕫𝕒𝕕𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora