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Un día después, Hana andaba caminando por el gran centro comercial de Hosu.

No se podía comparar con el de Tokio pero aún así, no era exactamente pequeño.

Había decidido buscar un regalo para Bakugou, le encantaba hacerlo ya que sentía que debía recordarle al cenizo cuanto lo quería y apreciaba aquella hermosa amistad que formaron desde que básicamente era un pequeño retoño.

Sin embargo no encontraba el regalo perfecto para el de ojos carmín, debía ser algo que combinara con su carácter explosivo pero también con algo que le gustara a ella ya que era una forma de recordarle la hermosa amistad que compartían.

Soltó un suspiró y decidió ir en un pequeño local donde vendían katsudon y otras variedades de platos, iba a acercarse sin embargo chocó con otra persona provocando que callera de pompas al suelo por ser más bajita.

-¡Auch! -se quejó un poco adolorida sobándose su parte trasera, notando poco después como la persona frente a ella le extendía la mano.

-¡Cuanto lo siento! Déjame ayudarte. -se notaba un poco preocupado, pero Hana hizo un ademán mientras sonreía levemente aceptando la ayuda.

-No pasa nada, sólo fue un pequeño accidente. -dijo suave soltando una risita para hacerle entender que no había pasado nada ya cuando estuvo de pié mirando al chico.

-Aún así, no es de hombres empujar una chica al suelo. -comentó con una especie de puchero que lo hacía ver como un niño pequeño, Hana se enterneció.

-Pero de seguro eres un gran hombre. -le respondió sonriendo, sacándole una sonrisa al contrario dejando ver que tenía unos dientes puntiagudos y afilados semejantes a los de un tiburón, atrayendo completamente la atención de la pelirroja.

-¡Soy Kirishima Eijiro! ¿Cómo te llamas? -preguntó con notable entusiasmo el de peculiar.

-¡Yo soy Akabane Hana! Un gusto Kirishima-kun. -extendió su mano hacía el pelirrojo quien gustoso aceptó mientras sonreía en grande, Hana estaba enternecida por lo hermoso que era su sonrisa, era muy brillante como el Sol y sentía que debía cuidar esa sonrisa.

-¿Te gustaría comer algo conmigo como disculpa? -le preguntó a la menor ya soltando sus manos unidas.

-¡Claro! Justo iba a comer un poco de Katsudon pero no tienes que disculparte más, fue un accidente y ya te he perdonado.-respondió riendo y caminando al lado del de dentadura puntiaguda hacía aquel pequeño local. Kirishima no pudo evitar reír avergonzado por lo antes dicho de parte de la pelirroja.

-Pero yo quiero invitarte a comer para disculparme, porque es lo que un hombre hace. -aquello dicho le saco una risa a la menor.

-Bueno vale, pero yo pago el postre.

-No te dejaría ya que no es de hombres invitar a comer a una mujer y hacer que ella pague, pero te dejaré pagar sólo el postre. -respondió soltando un suspiro para seguidamente reír, la de ojos color cobre no quedó atrás e iban conversando hasta que entraron al local y pidieron su comida.

. . .

Se la habían pasado bien toda la tarde.

Hana estaba feliz por tener un nuevo amigo, sin duda Kirishima era una gran persona y estaba agradecida de que él solito se hubiera interesado en conocerla.

Ambos eran unos raros, porque ¿Quién rayos se haría amigo de una persona con la que chocó y no conoce de nada, aparte de ellos dos? Pero por eso se llevaron tan bien en tan poco tiempo, sentían que eran amigos de toda la vida.

Mientras estaban almorzando juntos en aquel local, Hana le comentó sobre Katsuki a Kirishima, no con detalles, sólo que era su mejor amigo y que quería que llegarán a conocerse para ser amigos los tres. Kirishima no se negó y sorprendentemente había dicho que le gustaría conocer a Katsuki, eso emocionó a la pelirroja pero sabía que iba a ser complicado por la parte del pelicenizo.

Justo cuando terminaron, pagaron y salieron del lugar, la menor llamó al ojirubí para quedar en aquel parque donde se encontraron. El pelicenizo aceptó ocultando su confusión, conocía perfectamente a la de mirada cobriza como para saber que planeaba algo.

Entre charlas y risas, Hana iba caminando entre joyerías en compañía de Eijiro. Le había pedido ayuda para elegir un regalo dedicado a una persona especial, Kirishima ya se imaginaba para quien, mas no dijo nada al respecto y simplemente acompañó a la menor dispuesto a ayudarla más que gustoso.

Entre tantos pendientes y colgantes, la de ojos color cobre se decidió por un collar con un pequeño dije de una flor y por separado compró el dije de una explosión para que acompañara a la flor, en una forma de combinar algo que caracterizaba al rubio cenizo con algo que la caracterizaba a ella.

Estaba satisfecha y Kirishima no podía sonreír más por presenciar la felicidad que emanaba la pelirroja, le hacía feliz ver como daba todo por encontrar un lindo y simple regalo que le gustara a su "persona especial"

La hora en la que habían acordado encontrárse con el pelicenizo se acercaba cada vez más, la pelirroja iba cómoda hablando con Kirishima mientras caminaban hacia el parque.

Una vez allí, Hana pudo reconocer la revoltosa cabellera ceniza de su mejor amigo, haciendo que un hermoso brillo se notara en sus ojos y que sus mejillas fueran poseídas por un tierno color rojo sin pedir permiso. El pelirrojo mayor siempre estuvo atento a sus reacciones.

La de mirada cobriza rápidamente fue corriendo hacía Katsuki, iba por su espalda así que el ojirubí aún no notaba su presencia, pero fue tomado por sorpresa cuando la menor saltó a su espalda, abrazándolo mientras reía y se colgaba fuertemente a él.

El pelicenizo intentó mantener la compostura y el equilibrio para cargar en su espalda a Hana, por suerte lo logró. Volteó para confirmar que se trataba de su pequeña y justo cuando la vió sonreír tan ampliamente, gruñó.

-¿Acaso quieres matarnos, microbio? -preguntó un poco molesto pero con un tono divertido, no podía enojarse con la menor cuando ésta le estaba sonriendo, mostrando sus pequeños y tiernos dientecitos.

-Hola Tsuki~ -ignoró el comentario del rubio para besarle la mejilla mientras ella se reía con las mejillas sonrojadas.

-¿Cuántos apodos me vas a poner? -comentó divertido mirando tiernamente a la menor por la lista interminable de apodos que le ponía cada vez que se encontraban. -Hola pequeña ¿Por qué me llamaste tan de repente? ¿Pasó algo? -cambió su tono a uno más preocupado.

Hana negó sin borrar su sonrisa.

-Te tengo que contar algo. -habló tranquila intentando bajarse, Katsuki al notar eso la dejó en el suelo y se volteó para verla correctamente. -¡Conocí a alguien nuevo hoy! -habló con notable emoción para después tomar la mano del cenizo, tirando de ella para llevarlo hasta donde quería. Mientras era llevado por la pelirroja, Bakugou aún intentaba procesar lo que le dijo ya que ni siquiera le dió tiempo a comprender sus palabras.

No pasó mucho tiempo hasta que dejó de sentir como tiraban de su brazo, fue cuando elevó la mirada para encontrarse con Hana pero se llevó una gran sorpresa al ver a quien estaba presentando tan orgullosa y alegre.

-¡Él es Kirishima Eijiro, mi nuevo amigo!

Kirishima sólo le dedicó una sonrisa cómplice mientras lo miraba divertido con los ojos entrecerrados.

Villain |Villain!Bakugou Katsuki|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora