Villain |Villain!Bakugou Katsuki|

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Bakugou solo se quedó mirando de forma rara y sorprendida a kirishima, ¿Qué hacía él ahí con Hana?

—¿Tú qué haces aquí, pelo mierda? —preguntó el cenizo aún estupefacto y dudosa, sacándole una sonora risa al de dientes de tiburón.

—¿Yo? Solo me encontré con Hana en el centro comercial y la invité a comer, y ahora somos grandes amigos. —respondió de lo más normal como si no importara el peso de sus palabras.

Hana, quien hasta ahora se había quedado fuera de la conversación intentando procesar todo, habló confundida.

—¿Se conocen? —señaló con inocencia a Bakugou y después a Kirishima, buscando una respuesta de ambos.

—Desgraciadamente... sí. —comentó serio el cenizo con una notable molestia sin apartar la mirada de Kirishima.

—No seas así, Kacchan~ —susurró con dulzura fingida y haciendo un puchero para después reír y mirar a Hana, quien todavía tenía tres signo de interrogación en su cabeza.

—¿K-Kacchan...?

—Sí, es un apodo que Bakugou odia con todo su ser. —habló sin borrar su sonrisa burlona, observando como Bakugou tenía la cabeza gacha mientras apretaba sus puños.

—Y-Ya veo... ¿Desde cuando se conocen? —preguntó con una leve sonrisa forzada, Bakugou notó la tristeza en su voz así que rápidamente levantó la mirada para acercarse a Hana. Kirishima se confundió un poco por la actitud de la pelirroja.

—Hmph... creo que cuando teníamos 15 años, nos hicimos mejores amigos aunque la rubia explosiva me utilizaba más de saco de boxeo. —soltó una risita que contagió a Hana pero aún así se sentía un poco triste.

—Hana... —susurró bajito en el oído de la menor mientras la abrazaba con delicadeza, la nombrada se quedó en su posición pero no se negó al abrazo del rubio cenizo.

—Pensé que querías que nos hiciéramos amigos los tres. —volvió a hablar Kirishima confundido notando la tristeza en el ambiente y teniendo un escalofrío por la filosa y gélida mirada que le dedicaba el mayor.

—Sí quería, pero ustedes se conocen de más tiempo y Kirishima... seguro tú sabes más cosas de Katsuki que yo... son mejores amigos y Katsuki me dejará de lado... —habló la menor haciéndose una historia en su pequeña cabeza, preocupando a ambos mayores pero aún más al cenizo que no se separó de su lado.

—Hana... Hana mírame... —llamaba el mayor de los tres intentando encontrar la mirada de la pelirroja. —No es cierto, tú sabes mucho más de mi que cualquier otra persona porque confío muchísimo en ti... sabes que te quiero pequeña...—susurraba aquel rubio cenizo en el oído de la menor intentando llegar a ella pero Hana todavía estaba en su mundo.

—No... N-No... H-Hay otras personas que conocen todo de Katsu... No soy especial para él... —volvía a decir mientras lloraba y caía en los brazos de Bakugou ya que había perdido la fuerza en sus piernas.

—No, calma pequeña... —seguía diciendo el mayor en el oído de la pelirroja sin dejar que cayera, pero lentamente se arrodillo en el césped junto con Hana, en ningún momento dejó de abrazarla. —Eres todo para mi, eres la razón por la que sigo existiendo... —acarició la cabeza de la pelirroja mientras seguía susurrándole en el oído. —No digas que no eres especial para mi sin saber como me siento yo al respecto...

Bakugou todavía estaba procesando todo desde su mente, había estado presente a uno de los ataques de ansiedad de Hana por primera vez... de aquella pequeña niña que comenzó a mover cosas en él. Sabía que de vez en cuando los tenía pero siempre era cuando la menor estaba con Karma, pero no sabía que el temor más profundo de la menor, lo que no la dejaba estar en paz era no ser nadie para él, eso le rompía el corazón al igual que tener a Hana llorando en su pecho mientras se aferraba a él.

Iba a intentar calmarla de no ser porque se escuchó una explosión cerca de ellos, Bakugou y Kirishima rápidamente voltearon a ver, un ataque de villanos.

El mayor se separó un poco para levantar a Hana mientras gruñía y chasqueaba la lengua hacía el lugar de la explosión, viendo a varios nomus salir creando masacre, los héroes no tardarían en aparecer.

—¡Hana será mejor que-! —iba a seguir hablando de no ser que justo cuando volteó para ordenarle escapar, la pelirroja no estaba a su lado, el rubio volteó rápidamente a todos lados aún sin verla. —¿¡Hana!?

—Katsuki, tenemos que ir. —habló sorprendentemente serio Kirishima mientras tomaba el brazo se Bakugou para correr hacía la explosión y los nomus pero Bakugou se negaba.

—¿¡Qué dices!? ¡Aún no quiero revelar mi identidad y no voy a dejar a Hana sola cuando puede salir lastimada por culpa de aquellos idiotas! —gritaba el cenizo, sin embargo Kirishima activó su quirk para obligar a Katsuki que lo siguiera, pero se desvío hacía un auto que los esperaba en la entrada más cercana.

—¡Los héroes la salvarán idiota, tú no eres ningún héroe! —le gritó Kirishima abriendo la puerta del auto y soltando bruscamente a Katsuki para que lo viera. —Se que la quieres pero tú no eres un héroe, eres un villano y debes encargarte de éste problema que crearon tus aliados. —lo miró serio dejando al cenizo estupefacto. —Ella estará bien, los héroes la rescatarán, estoy seguro.

Sin embargo Bakugou bajó la mirada por un momento para después volver a levantarla mirando a Kirishima decidido.

—Tienes razón, no soy un héroe, pero Hana es la razón de mi existencia, es mi todo, ella es mi salvación... y si ella está en peligro yo seré su héroe, aún si debo dejar mi trabajo de villano, lo haré con tal de tener a Hana conmigo. —lo miró serio para después ir corriendo hacia donde había mucha gente corriendo y gritando por el ataque de los nomus, sin Kirishima yendo detrás de él.

El pelirrojo sonrió leve soltando un suspiro.

—Ah~ el amor.

—¿Entonces que hacemos, Kiribro? —preguntó un rubio con un rayo en su flequillo sacando la cabeza del auto para ver al pelirrojo de brazos cruzados y con una mirada orgullosa.

—Haremos lo que debemos hacer Kamibro, ir por nuestro jefe. —respondió con una sonrisa mirándolo y entrando en el auto de copiloto. —¡Ya escuchaste, Sero! —gritó emocionado, indicándole al piloto lo que debía hacer.

—Demonios... —suspiró con una sonrisa mientras pisaba el acelerador, yendo a la misma dirección por la que fue el cenizo.