0.2 𝙳𝚎𝚜𝚙𝚎𝚐𝚞𝚎

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Los habían hospedado en cuartos bastante estrechos. La cama plegable e individual se sacaba de la pared y había una sola mesa, pero la ventana era enorme.

Naruto miró hacia la Tierra, brillaba en azul en lo negro del infinito. Al contrario de sus camaradas; no sentía nostalgia por ella. Nada le quedaba allá abajo que fuese de su real interés. Sí, había mantenido una relación con Hinata Hyuga por cinco años, de los cuales, sumando todo el tiempo que estuvo en la Tierra, ni siquiera alcanzaba para completar dos de ellos.

Siempre aceptaba misión tras misión. Traslado de recursos hasta la Luna, vigilancia y comando en la E.E.I (Estación Espacial Internacional). Cada vez que solicitaban un comandante de vuelo, allí estaba él. Y eso no significaba que no le gustara su mujer, era emprendedora y muy bonita; pero si tenía que ser sincero consigo mismo, había sido más la necesidad de intimar, que cualquier otra razón.

Tenía once horas de descanso antes del despegue, de las cuales no aprovechó ninguna. Se dedicó a pasear por las instalaciones, terminando por detenerse en el cristal por el que se observaba el hangar. Ya descansaría cuando el Artemis estuviese en ruta, pero en ese momento, las ansias no le dejaban pegar los ojos.

Él y Shikamaru habían llevado a cabo un largo entrenamiento en simuladores de la nueva nave, allá en la Tierra, pero eso nunca se comparaba a vivir la experiencia. Era la cúspide de su carrera, lo único que no había podido hacer; viajar a Marte. Con los nuevos impulsores, los cuatrocientos cincuenta días que duraba el viaje, eran reducido a solo treinta. Aprovechando que el planeta no estaba en conjunción (el Sol entre Marte y la tierra), la NASA había calculado bien la fecha del viaje. En ese momento, serían 54,6 millones de kilómetros, y no los 399 que alcanzaba en su punto más lejano.

No había pasado media hora desde que volvió a su habitación, cuando la puerta corrediza se abrió, y entraron dos personas vestidas de blanco.

—Saludos, comandante— dijeron ambos, y él se puso de pie para asentir —Somos del equipo médico.

—Claro— sonrió y volvió a sentarse.

Ya conocía la rutina, así que se quitó la parte superior de su uniforme y dejó que le conectaran los equipos, que iban desde un monitor cardíaco, hasta medidores de presión. Después de dar el visto bueno a los resultados, le hicieron varios análisis inmediatos.

—¿Qué es eso?— preguntó, cuando vió que uno de ellos preparaba una jeringa extraña.

—Un nano-chip, vincula sus signos vitales con el nuevo traje y la nave.

—Pero mi otro equipo ya hacía lo mismo— señaló.

—Éste es más fiable, comandante— Naruto asintió y siseó de dolor cuando la gruesa aguja se clavó en su brazo —Gracias, y que tenga buen viaje.

—A ustedes— correspondió.

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Sin dudas habían gastado mucho capital en esa misión. Los nuevos trajes parecían sacados de una película de ciencia ficción. No eran anchos y blancos, como a los que estaba acostumbrado. Tenían un color naranja, parecido a el de los astronautas de hacía siete décadas atrás, pero era ajustado al cuerpo, permitía más amplitud de movimiento en las articulaciones y mejor cordinación de manos. El casco era también de última generación, a la derecha del visor tenía una pantalla que le mostraba datos de ubicación y varios sistemas del equipo; oxígeno, presión, temperatura, radiación externa...

Cuando al fin se ubicó en el asiento que le correspondía como comandante de la nave, relajó un poco de tensión. Shikamaru se sentó a su derecha y Sakura detrás, desplegando una pantalla holográfica frente a ella.

ENTRE MUNDOS (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora