ENTRE MUNDOS (Terminada)

0.5 𝙿𝚎𝚛𝚍𝚒𝚍𝚘

El trabajo en la nave minera era tranquilo. Los yarks hacían sus labores a la perfección, así que habían muy pocos heridos que atender. Se pasaba los días que duraba el periodo de extracción, paseando por los corredores o aprendiendo cosas nuevas, después de todo, ese era su deber. El oráculo le dió el camino de la curación, y de eso se encargaba Sasuke, allá, donde quiera que iba.

El texto en su dispositivo manual holográfico pasaba rápido, sus ojos seguían los caracteres sin fallar, pero ni la concentración en la lectura evitó que, de un momento a otro, mirara por la ventana hacia el exterior.

La sorpresa de notar un vórtice cerca de la nave, lo hizo sonreír. Muy pocos tenían la oportunidad de ver uno en su vida. Se puso de pie del cómodo banco en el que descansaba y apoyó la mano en el cristal, viendo como se abría el pasaje que burlaba el tiempo y la distancia, totalmente negro.

—¿Qué es...?— murmuró. Algo de color naranja salió de la oscuridad. No lograba distinguir que era, entonces buscó cerca los controles de la ventana y acercó la imagen en ese punto.

La "cosa", tenía forma de un ser. Rápidamente, sin pensar en nada más, dió la alarma. No esperó a que los rescatistas respondieran su llamado, entró corriendo a la sala de descompresión y después de colocarse un dispositivo en el pecho, una capa transparente cubrió su cuerpo por completo, como si fuese un traje invisible.

Con ayuda de los propulsores llegó hasta él. Era extraño, su piel no parecía tener escamas, o al menos la de su rostro, su cabello era de un tono dorado. Y sus ojos.... Por un segundo se perdió en ellos, pero la criatura los cerró, sacándole a tiempo de su estupor.

No necesitó hacer mucho para saber que le ocurría, cuando el droide de la enfermería retiró su traje y lo colocó en la cápsula de curación. Su fisiológica era muy parecida a la de los yarks, pero más macisa, más fuerte.

Después de un escaneo descubrió dos cosas, la primera era que su corazón se había detenido por un ataque cardíaco, y la segunda; que solo era macho.

—Aun no puedo creer que existe vida más allá de Yarkost— dijo Shisui a su lado, revisando los mismos datos que él veía —Es tan... extraño.

—No es tan diferente— apuntó —Inyecta las células madre para la reparación del ventrículo.

—¿Estás seguro? No sé como lo pueda afectar— dijo serio —No sería mejor esperar por una decisión del consejo.

—Sabes que no resistirá mientras aguardamos— señaló.

—Tal vez es mejor que así sea. Puede ser peligroso.

—Es un ser vivo ¡¿Pretendes que lo deje morir?!— inquirió molesto. Y otra vez recibió esa mirada.

Los yarks eran seres muy medidos y correctos, siempre ecuánimes, siempre perfectos. Pero él, a pesar de mantener a raya sus emociones, era más propenso que los demás al enojo.

—Los siento, hermano. Solo estoy un poco... impresionado— admitió.

—Te comprendo— dijo Shisui —Hagamos el procedimiento, si después descubrimos que es una amenaza, simplemente acabamos con su vida.

Sasuke asintió y las células madre fueron inyectadas a la cápsula.

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Salió de la enfermería aún sosteniendo su mano. No podía creer lo que había pasado, pero después de todo, era otra especie. Era obvio que no estaba regido por el oráculo.

Lo había dejado solo con la justificación de buscar algo para que comiese, pero en lugar de ir a la cocina, se dirigió al laboratorio.

Su compañero examinaba una muestra de su sangre, revisando que todos los parámetros estuviesen en orden, pero cuando lo vió llegar, le indicó que cerrara la puerta de inmediato y se acercara.