20 𝚃𝚊𝚌𝚝𝚘

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Suspiró en la penumbra de su habitación. La luz azulada y tenue iluminaba la cintura y las caderas de Itachi, de una forma muy seductora.

Él estaba totalmente dormido. Ese semblante preocupado que siempre tenía, se perdía cuando cerraba los ojos. Haberse dado placer también ayudaba, aunque después el dolor de la distancia de sus cuerpos mellaba su fortaleza.

Shisui pasó la mano por su cabello negro y rizado, a pesar de que notaba cambios a su alrededor, debido a los nuevos sucesos; se sentía impotente al no tener como acelerar las cosas. Más aún al no poder darle lo que quería al yarks que amaba.

La imagen de Sasuke vino a su mente. Esa convicción, sin dudas en su rostro al ponerse en riesgo para probar el supuesto antidoto ¿Por qué no podría él, imitar al sanador? Maldijo en un murmullo cuando se puso de pie, lentamente. Miró por última vez a Itachi en su lecho, antes de dejar la habitación.

Al llegar a su laboratorio se dejó caer en una silla y alcanzó el frasco de cristal que contenía el resultado de su investigación. Un líquido rosa y espeso que burbujeaba. Lo rodó sobre la mesa, pensativo. En el último mes, desde que Sasuke y Naruto se fueron, siguió trabajando en mejorar la cura, pero el resultado con las células sanguíneas seguía siendo el mismo.

—¿Y si tiene razón y solo probándola sabré si funciona?— dijo mirando el frasco. El recuerdo de Itachi sobre su cama lo hizo gruñir y tomar un inyector. Colocó el medicamento e impulsó la aguja cerca de su cuello, pero allí se quedó estática —Estoy loco...— concluyó y dejó que el líquido entrara en su aorta.

El ardor recorrió su cuello y luego, solo un instante después de dejar la jeringa sobre la mesa; un latido en su cabeza lo hizo jadear ahogado. El fuerte zumbido permaneció, nublando su vista y llevándose su aliento. El dolor fué descendiendo y se quedó constante en su abdomen bajo.

Gritó compungido y cayó al suelo, doblado sobre sí mismo, incapaz de pensar con claridad. Golpeó, voqueó en busca de aire, pero el dolor era tan intenso que sentía su consciencia alejarse por momentos.

No supo cuanto tiempo estuvo así, pero cuando los embates se hicieron menos, Itachi entró al laboratorio y abrió los ojos, horrorizado por la escena.

—¡Shisui...!— gritó temeroso, agachándose junto a él —¡¿Qué te ocurre?! ¡Dime algo!— imploró cuando sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas.

El científico negó, casi incapaz de hablar. Extendió una mano e Itachi, con su vista desorbitada, alargó la suya.

El contacto de sus dedos se sintió extraño. Los hizo quedar a ambos en estado de shock. Luego entrelazaron sus manos y el llanto compulsivo los cubrió, pero la sonrisa adornó sus rostros.

—Te estoy tocando...— señaló Shisui —Puedo tocarte, Itachi. Por favor...— murmuró, aún adolorido —abrázame.

Moyata sŭshtnost, moeto vsichko... (Mi escencia, mi todo...)— lloriqueó, acercándose y rodeándolo con sus brazos —Te estoy sintiendo.

Las manos de ambos yarks recorrieron torpemente sus cuerpos. Itachi palpó la cara del científico, sus pestañas, su cabello. Colocándolas en sus pechos percibieron sus latidos acelerados, la respiración errática y nerviosa. Luego acercaron sus rostros, frotaron sus mejillas y sus labios en una acción desesperada, intuitiva. Con besos torpes juntaron sus bocas hasta que en un ritmo lento se cordinaron y besaron por al menos una hora; allí, sin preocuparse de estar en el suelo.

El dolor de Shisui fué menguando, y con la emoción de haber triunfado y de estar disfrutando del contacto de la persona que amaba, menos lo sentía.

—Pudiste morir— recriminó Itachi, sujetándo sus manos sin querer separarse ni un milímetros.

—Si ese era el precio por haberte tocado, lo hubiese pagado gustoso— confesó —Itachi, tu calor, tu piel... Eres tan perfecto.

—Yo no puedo creer que esté ocurriendo. Tantas veces lo soñé cuando ni siquiera sabía como se sentiría— balbuceó sobre sus labios —Todos merecen saberlo, Shisui.

—Sí...— gruñó. Ahora le parecía más cruel el castigo al que habían sido sometidos todos los de sus especie desde el gran colapso.

El palpadeo en una de sus pantallas le anunció que llamaban a la puerta de su hogar. Ambos se tenzaron. Sabían que si alguien se enteraba de lo que habían hecho, los asesinarían.

—Yo atiendo— dijo Itachi.

—¿Y cuando te pregunten que estás haciendo aquí, qué les dirás?— negó —Iré yo.

—Pero apenas puedes ponerte de pie...— se quejó.

Shisui retuvo el aire y con ayuda de su pareja, se irguió. Miró sus manos unidas nuevamente con una sonrisa y luego a paso lento llegó a la entrada.

Al acercarse a la puerta, una pantalla automática se creó y mostró la imagen de su visitante. Shisui contuvo la respiración al ver al consejero central con un ceño fruncido.

—Sé que estás ahí. Abre la puerta— ordenó serio.

Solo con un gesto de su mano, la cerradura cedió y el yarks de ojos grises entró al salón.

—Bienvenido, consejero ¿A qué se debe su visita?— preguntó de manera formal.

—Prescinde de las formalidades, Shisui. Lo sé todo— el científico se tensó —Pero no vengo a lo que crees.

—¿Entonces...?— preguntó, desviando la vista por un momento cuando vió a Itachi llegar.

—¿Cómo sabes?— inquirió éste.

—Los he observado por largo tiempo. Aunque estaba dudoso en un inicio, ahora sé con seguridad que están comprometidos con la causa— ambos yarks lo miraron sin entender y haciéndolo suspirar —Yo soy el que ustedes conocen como "Neji".

—¡¿Qué?!— exclamaron los dos a la vez.

—¿El consejero central es el cabecilla de la insurgencia?— preguntó Shisui sarcástico —Es difícil de creer.

—No importa si creen o no— exclamó Neji, sacando un recipiente metálico de su túnica —Preferiría mantener mi identidad en secreto y así poder seguir de cerca a Izuna, pero las circunstancias apremian— le lanzó el objeto al científico.

—¿Qué es ésto?— preguntó, observándolo con detenimiento.

—La nueva "sopa" con la que alimentan a los clones. Analízala, te dejo el placer de ver por tí mismo de lo que se trata.

Shisui, con el ceño fruncido, se dirigió con rapidez a su laboratorio y colocó una muestra del líquido sobre una placa de cristal. Al analizar los datos que en la pantalla holográfica se mostraron, dejó apoyar su espalda en la silla, totalmente estupefacto.

—¿De qué se trata?— inquirió Itachi que lo había seguido, mirando de él al consejero.

—Es un veneno...— jadeó —No hay otra forma de describirlo— Neji se acercó y cruzó los brazos sobre su pecho —¿Con qué objetivo querrían sincronizar la sinapsis cerebral de todos los yarks?

—Para crear una mente colmena— respondió el consejo.

—Pero...— Shisui trató de buscar las palabras, en su confundida cabeza —¿Sirviendo a Izuna?

—No, el regente últimamente ha estado demasiado disperso y créeme que no tiene la capacidad para idear algo como eso.

—¿Entonces quién?— preguntó Itachi, su voz se escuchaba nerviosa.

—No lo sé— confesó Neji.

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Éste capítulo está dedicado a MariaMontss . Muchas felicidades por tu cumple, hermosa. Eres la mejor ❤️

ENTRE MUNDOS (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora