ENTRE MUNDOS (Terminada)

14 𝙻𝚊 𝚟𝚎𝚛𝚍𝚊𝚍 𝚜𝚘𝚋𝚛𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝚙𝚎𝚛𝚍𝚒𝚍𝚘𝚜.

Escuchaba voces en la lejanía, distintas... dos personas. Una era más grave que la otra y calmada, parecía de más edad. Pasos acercándose y luego retirándose, después el siseo de una puerta. Esperó por largos minutos, asegurándose de que no hubiera nadie en la habitación, y abrió los ojos.

Estaba acostado sobre una camilla médica, muy similar a la de la nave minera. Su torso desnudo, pero aún conservaba los pantalones. Un pitido constante en sus oídos lo hacía entrecerrar los ojos, afectado por una terrible migraña.

Se incorporó sobre sus brazos y miró alrededor, la habitación estaba llena de equipos extraños y pantallas. Bajó de la camilla con lentitud, sin perder de vista la puerta. No conocía lo que ocurría, ni donde diablos estaba, pero si algo sabía con seguridad era que tenía que salir de allí. Dejarlo inconsciente para llevarlo a ese lugar, no era "buena" señal.

No había panel interior para abrir la puerta, así que esperó a un lado de ésta, muy quieto, a pesar del frío que casi lo hacía tiritar, aún más estando descalzo.

Cuando escuchó de nuevo el siseo de aviso, se lanzó encima del yarks que había entrado inmovilizándolo contra una pared.

—¡¿Por qué carajos estoy aquí?!— gruñó alto y muy sorprendido al reconocer a Shisui como su secuestrador.

—Espera...— raspó en su garganta.

Otro yarks desconocido entró, y Naruto arrastró el cuerpo del científico para cubrirse con él y alejarse a una posición segura. El extraño levantó las manos y negó asustado.

—¡No le hagas daño!— suplicó.

—Naruto...— dijo Shisui —déjame explicar.

—¡¿Qué vas a explicar?!— gritó —No sé si esté bien aquí, pero en mi planeta se condena con la cárcel a quienes raptan a una persona— presionó más su brazo en la espalda, arrancándole un quejido.

—¡Te dije que era mejor hablar!— gritó el desconocido al científico.

—No va a entender— siseó éste.

—¡¿Qué es lo que tengo que entender?!— inquirió Naruto.

—Por favor, suéltalo. Te lo explicaremos todo.

El comandante evaluó la situación, obviamente, él estaba más preparado físicamente para una pelea. Podría hacerse cargo de los dos, en caso de lo atacasen, pero estaba en un mundo diferente con seguramente armas extrañas que desconocía. Aún así, algo en los ojos del extraño lo instaba a entregar algo de confianza.

Empujó a Shisui hacia delante y se mantuvo en guardia.

—Habla— ordenó con un gesto de su barbilla.

Ambos se miraron y con un semblante de temor, devolvieron su atención a Naruto.

—Necesitábamos nuestras de tu médula espinal,— empezó Shisui —para crear un antídoto.

—¿Qué?— el comandante frunció el ceño —¿Un antídoto para qué?

—Para la intangibilidad de nuestros cuerpos.

—¿Cómo es eso posible? Sasuke me dijo que su ADN había mutado después del gran colapso.

—¡Es una mentira!— gritó el otro.