No recuerdo el momento exacto donde hubo ese click en nosotros.
Tan sólo pasó.
Pasó sin más, tan rápido que no fui capaz de darme cuenta hasta que nos tocó el mes de distancia entre las fechas de eliminatorias para el mundial de Qatar.
Esos días lejos de él eran aburridos, interminables y agotadores, todo se volvía monótono. Poco a poco fui extrañando sus halagos absurdos, su risa escandalosa y hasta su toqueteo constante.
Hasta que no pude ocultarlo más. Fue en una madrugada que llamé a mi buen amigo Leandro, aquél ojiazul que me había arrebatado el corazón y se había ganado mi confianza absoluta hacia tanto. Comenté con él mi estado y entre risas me dijo "Esta bien, Gio. Lo queres y se nota que es mutuo, arriesgate. " Me negué, obviamente.
Cómo si fuera fácil callar las inseguridades y confesarle al jugador más lindo de la selección que sentía una fuerte atracción por él.
Claro que no.
Días después llegó la convocatoria para la otra jornada de eliminatorias y obviamente me encontraba en esa lista, debajo de su nombre.
Viajar de Inglaterra hasta Argentina había sido lo más lindo, con Ota, Emi y Cuti vageando todo se hizo más rápido, aunque no me animé a comentarlo con ninguno.
El predio de Ezeiza tan lindo como siempre, tan hogareño, tan argentino. Hasta los vestuarios decorados con el triunfo de la Copa América se habían extrañado.
Para mi sorpresa en esa ocasión me tocó compartir habitación con la figura del campeonato argentino. Julián era algo tímido y callado, siempre atento con la mirada penetrante, nunca logré tener una conversación tan avanzada con él. No salía del grupito de River.
Me saludó con un pequeño abrazo y el mate listo, parecía estar relajado con una canción de Emilia de fondo. Me tiré a la cama sin más, escuchando cantar bajito.
— Parece que pensas mucho. — Comentó, con el termo en la izquerda y el mate en la diestra.
— ¿Se nota tanto? — Me senté.
— Si, bueno, estás medio distraído. Te pregunté tres veces si querías un matecito. No cebo tan mal.
Me reí, moviendo la cabeza y estirado el brazo para recibir el mate. — Lindos goles lo que haces, ya anda sonando tu nombre en Inglaterra.
— Me voy a quedar en river yo, quiero llegar bien al mundial. — Dijo despacio, bajando el volumen de la música. — ¿algún consejo?
— Sea lo que sea que elijas va a estar bien, no te apures al salto en Europa. Disfruta que sos chico todavía.
Movió la cabecita de arriba a abajo, parecía estar de acuerdo. — Si, bueno, ¿en qué pensas tanto? pareces ido, ¿estas cansado?
Negué, devolviendole el mate. — Me dormí todo en el avión, nomas pienso en...en que, bueno, si te digo algo no vas a contar nada, ¿no? — Negó. — Pienso en que hace mucho pienso seguido en Rodri y no sé, nunca fui cerrado a mi sexualidad pero me da cosita.
— Culiao. — Suspiró luego del trago de mate. — ¿Quién no piensa seguido en Rodrigo De Paul? — Bromeó, sacándome una sonrisa. — esta bien, no sé, me dejaste medio sorprendido pero deberías hacer algo para ver si nomas le tenes ganas o si te pinta algo más, ¿no?
— ¿Sabes lo que pasa, Cordobita? pasa que el tipo esta casado y tiene una nena, además de que es molesto con todos, capaz la estoy flashando yo nomas.
— Pero por eso mismo, culiao. Hagamos algo, mira... — Hizo el ruidito del mate. — ¿queres sabes si te gustan los hombres o solo él?
— Me atrae él, pero no sé si es porque es hombre o porque es él, ¿entendes?
Asintió, dejando las cosas del mate en la mesita de luz. Se paró de la cama y dió tres pasos hasta acercarse a mi, cerró los ojos con fuerza antes de abrirlos y agarrarme de los cachetes. — Te voy a regalar un beso. — Avisó antes de chocar su boca contra la mía.
Y diría que me quedé helado, pero no. Dirigí una mano a su nuca y otra a su cuello para sostenerlo también y así corresponder a su beso.
¿qué sentía? Nada.
Si, su lengua bailaba perfectamente en mi boca, sus dientes mordian con fuerza e incluso sus labios se movían de manera adictiva, pero no había ese algo que tenía que haber.
Se separó después de unos segundos, suspirando con fuerza en el intento de retomar aire. — ¿y?
— Voy a twitear que La Araña Álvarez acaba de darme un beso. — Aleje mis manos de su cuerpo. — Nada, amigo. Sin ofender, besas bien y todo eso, pero no hubo ese algo.
Se dió media vuelta y volvió a seguir el mate. — Ahora anda y besa a Rodri, nada puede salir mal.
— ¿cómo que no? Juli, todo puede salir mal.
— No seas exagerado, si es un beso nomas. Si te rechaza la haces corta, te das media vuelta y no le hablas hasta que deje de ser incómodo y si te la sigue, mínimo merezco una invitación a la boda y tener mi discurso de "por qué Rodri y Gio se enamoraron profundamente gracias a mi."
Mucho que procesar, sin dudas.
Pero algo de razón tenía.
Esa noche me dormí pensado en esas palabras y al otro día me levanté decidido.
.
aaaaaaa feliz año 💜
hacia tanto no subía nada ajjsjaja la corté pq sino se hacía muy largo y no me gusta tanto, ¿sale segunda parte?
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one shots
RandomHistorias cortas sobre futbolistas. Vení a hundirte en miles de emociones con nuestros protagonistas.