Rodrigo De Paul X Leandro Paredes

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rumores.

Eso es lo que repetía una y otra vez, desde hace tres horas.

Rumores, rumores, rumores.

Pero jamás me atreví a negarlo concretamente, sería como fallarle a él, a esto raro que tenemos.

Colgué la llamada por quinta vez en estos veinte minutos y dejé el celu sobre la cama, frotándome  los ojos. Necesitaba pensar y arreglar esto lo más rápido posible.

Porque claro estaba, nosotros juntos no podíamos estar, al menos no de manera pública.  Eso sería demasiado.

Y ojalá Rodri fuera una persona comprensiva y amorosa, que entiende la situación y no juzga. Haría todo más sencillo, pero no, estaba sentado en su cama; mirándome serio y con el ceño fruncido. Estaba muy enojado.

— No me mires así.  — Dije después de un tiempo, tapándome el rostro con las manos.

— Te miro como quiero, ¿o qué? si para vos es más fácil decir que todo es mentira mientras te reís, no te da para decir que..

Y lo interrumpí, realemente no estaba de ánimos para sus escenitas.  — Andate, Rodri. Andate y volvé más calmado porque no estoy para aguantarte.

No argumentó nada, pero tampoco se fue. Se quedó sentando allí un rato hasta que finalmente se levantó y salió de la habitación.

Y si se preguntan porqué estamos así, básicamente un fanático se metió al predio de Ezeiza, después de un entrenamiento y grabó todo.

Rodri me estaba abrazando mientras dejaba unos besitos sobre mi cuello y decía boludeces, algo común y tierno; cosa que se malinterpretó por todos lados.

¿Relaciones sexuales entre la selección Argentina?

¿Por qué tan juntitos?

¿Será que Rodri juega así de bien porque Paredes lo motiva?

¿Están juntos?

¿son gays?

Eran las preguntas más usuales, las más repetidas, las más densas.

Por supuesto que no iba a decir que teníamos algo, si lo confirmaba públicamente, sin la opinión de Rodri también se lo hubiera tomado a mal.

Y es que a demás, ¿qué iba a decir?
Jajaja si, Rodri y yo estamos juntos pero no, porque no es oficial. Él en España, yo en París. Nomas nos vemos cada tanto por la selección.  No somos pareja pero nos amamos, queremos pero no podemos, es re divertido.

Claramente no.

Y Rodrigo estaba enojado porque creía que estaba ocultando lo nuestro por miedo, no es así; gritaria a los cuatro vientos lo mucho que lo amo y lo lindo que es estar con él, pero no siempre se puede.

Estuve casi una hora solo en la habitación, pensado en todo y a la vez en nada. Solo ahí, en la cama.

Hasta que apareció por la puerta con el mate y una bolsita de plástico verdosa. — Amor, traje el mate. — Se acercó como si fuera otra persona. Claramente más calmado, quizás también necesitaba despejarse.

— Bueno, dale. — Dije y me senté. Él dejó la bolsita sobre mi cama y yo la abrí, dentro había una bolsa de cartón media marrón con facturas dentro.

— Cambia esa cara de orto. — Se quejó, sentándose en frente mío, ya con el mate listo.

— Vos me haces poner así.

— Ya sé, perdón. — Cerró la boquilla del termo y se acercó para darme un beso, cosa que negué.  — ¿cómo me vas a cortar el rostro así? ¿estás loco? — Volvió a quejarse, dejando el termo en la mesita de luz con el mate, para agarrarme del cuello y empujarme a él.  — Te amo, ¿me perdonas? — Y besó mis labios. — ¿si? — otro besito.— Perdón, perdón, perdón.  — Y por cada perdón, dejaba un beso en mi rostro, cosa que me hizo reír.

— Bueno, salí denso. Cebame mates.

— Lo que mi amor pida. — Volvió a besarme y agarró de nuevo el mate y el termo para ponerse a cebar.

— Te amo, Rodri.  — Dije después de recibir el mate. — Algún día se nos va a dar.

— Si, obvio.  — Sonrió. — Te amo muchísimo más.

.


Corto pero lindo, ¿no?

lamento si hay faltas de ortografía tengo sueñoo

one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora